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Tiro con arco y flecha, un deporte para la mente y el espíritu

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Tiro con arco y flecha

TENDENCIAS

Quienes practican arquería creen que todo aquel que se acerca se apasiona. En Uruguay hay 120 arqueros federados. Ocho irán al Mundial.

También hay que preparar el cuerpo. Manuel explica que un tiro consta de una serie de movimientos. En los preparatorios se busca el equilibrio, para lo que hay que estar lo más centrado posible. El movimiento de esfuerzo es aquel donde se levanta el arco y se jala la cuerda. En ese instante es importante saber que la fuerza la hacen los músculos grandes de la espalda y no los brazos del tirador. “Para lograr ese esfuerzo nos apoyamos con toda nuestra biomecánica. Toda la parte ósea se alinea de determinada manera para que nuestro esfuerzo sea eficiente. Que no forcemos demasiado los músculos y eso termine dando lesiones”, detalla el instructor. En el rostro, en una marca específica por debajo del pómulo, está por lo general el punto de balance de la fuerza

Después viene la suelta, que es el instante crítico. “El jugador de fútbol para patear una pelota busca su balance, su pie de apoyo, y patear la pelota es su instante crítico. En el tiro con arco hay toda una liberación de esa energía que para nosotros es la suelta. Todos los tiros tienen que ser iguales, es el punto que aprendo a dominar”.

Ángeles tiene 16 años, es de Pando y este fue el segundo viaje que hizo junto a su madre hasta el Club Colombes, en el límite de Paso de las Duranas, Prado y Belvedere para practicar tiro con arco en el RAM. Es una de las 20 integrantes del club, y dentro, una de las cuatro mujeres.

El otro instructor y fundador del RAM es Alessandro Piñeyro, sanducero. En Paysandú aprendió arquería con su padre Carlos. Juntos, y con apoyo del Club Uruguayo de Arquería (Cuarq), fundaron hace casi una década el Club Tacurú en su departamento. Cuando se mudó a Montevideo iba al Cuarq, pero empezó a trabajar y las horas del día no le daban para practicar su deporte favorito, tenía que buscar la manera. Así se empezó a juntar con otros tiradores en el Club Tito Frioni de Buceo. Se mudaron al Club Reducto y ahora están recién estrenando en un gimnasio hasta hace poco abandonado en el Colombes.

Este año, en Paysandú se organizó un torneo sudamericano de Tiro con Arco en la modalidad Indoor (“bajo techo”) con visitantes de varias partes del continente. Además, del Club Tacurú viaja uno de los ocho representantes uruguayos en el Campeonato Mundial de Tiro con Arco Bosque 3D en Canadá.

Datos y números

En Uruguay se organizan campeonatos en las cuatro modalidades para arco tradicional: la 3D con figuras de animales que se disipan o se paran dentro de un campo y se simula la caza. El juego de campo, similar pero con círculos concéntricos. Indoor (bajo techo), que se tira al blanco a 18 metros. Outdoor (a cielo abierto), también con blancos similares, pero a 30 metros.

En Uruguay empezó a practicarse en los años 60. Después recayó y renació con la fundación del Club Uruguayo de Arquería en los 2000.

Hoy hay clubes en varias partes del país y una Federación Uruguaya de Tiro con Arco (Futarco) afiliada a la Federación Internacional de Tiro con Arco desde 1983.

En el país también se fabrican arcos tradicionales.

Este año se realizó el Sudamericano de Tiro con Arco en la modalidad Indoor en el Estadio Cerrado de Paysandú.

Desde el 2 al 6 de setiembre ocho uruguayos representarán a Uruguay en el Campeonato Mundial de Tiro con Arco Bosque 3D que se realiza en Canadá.

También se practica Kyudo, un arte marcial tradicional japonés que significa “el camino del arco”, donde el trasfondo filosófico es lo primordial. Gonzalo Tihista, director del centro Yamato Dojo e instructor de kyudo, explica que “ya sea a nivel técnico, físico, mental, espiritual, lo que buscamos a través de la práctica es alcanzar un estado con el cual dar en el blanco sea una consecuencia. Mente cuerpo y alma trabajando juntos. La paciencia para alinearse con el arco es fundamental”.

Un deporte para todos

Alessandro dice que le gustaría ver a más tiradores en su club. Aunque le parece que 20 es un buen número, sobre todo porque tienen un año de existencia y la arquería no es un deporte muy divulgado, cree que tiene potencial para crecer. No hay límites. Pueden sumarse niños como Zelmar, el más chiquito del Colombes, que tiene 11 años —siempre acompañados por un mayor responsable— y personas mayores.

Tiro con arco y flecha
Foto: Gerardo Pérez.

Andrea, de 48, quiere que el tiro con arco le llegue a más mujeres. En su caso empezó hace tres meses y le atrajo porque de niña amaba las películas de cowboys. Ahora tiene su propio arco, hecho en Uruguay y unos conocidos le prestaron una casa vacía para entrenar cuando no tiene clase. Destaca que en España hay un club llamado Flechas Rosas, que funciona como terapia para mujeres que tuvieron cáncer de mama, porque las vibraciones del arco ayudan al drenaje de esa zona del cuerpo.

Zelmar descubrió el club de casualidad el día que el Colombes inauguró el parrillero. ”Vine, vi gente tirando y quise probar. Aprender es lo más lindo de tirar”, comparte. Cuando lo ve con sus trenzas largas, los ojos chispeantes y unas manos que casi no largan el arco, a su madre, Yanet, recuerda la imagen de Robin Hood, y así lo llama.

Gabriela Casanova asumió la vicepresidencia del Cuarq en abril de este año. Tira desde 2016, y lo que empezó para acompañar al hijo más chico junto a su esposo e hijo mayor hoy es su pasión. Lo que más la atrapa es que sea un deporte para toda la familia. Su hijo menor tenía 10 años cuando empezó, y en el club hay gente de hasta 80. En total hoy hay unos 100 inscriptos y, comenta, arqueros federados en Uruguay son unos 120, lo que le parece poco porque sabe que entre los clubes del interior y de la capital son muchos más. Espera que con la fuerza que está cobrando el trabajo de la Federación Uruguaya de Tiro con Arco el deporte se popularice más.

“Mi hijo más chico, hoy de 13 años, es el que va menos a practicar. Para mi esposo se convirtió en una diversión. Mi hijo mayor (19) y yo lo seguimos más competitivamente y este año fuimos al torneo Ranking Mundial de Tiro con Arco en Chile, junto a otros cinco competidores uruguayos. Yo tiro con arco olímpico, mi hijo mayor y mi esposo con arco compuesto”, comparte Gabriela. Como le sucede a la mayoría de los arqueros, a Gabriela lo que le gusta es el trabajo de postura del cuerpo, la relajación y la concentración.

La arquería no requiere estar físicamente apto, aunque la práctica incluye calentamiento y se fortalece los músculos necesarios. Ricardo es uno de los miembros del RAM que está hace más tiempo en la arquería, antes iba al Cuarq. Para él es una alternativa para moverse fuera de sus horas de trabajo, porque como es programador está todo el día sentado. “Me entusiasmé con las olimpíadas y empezar fue una cosa sensacional. Empecé a hacer cosas físicas, e incluso a interesarme por manualidades, e intento cultivarlo como un tiempo de meditación dinámica, porque tiene un trasfondo espiritual”.

Tampoco hay limitantes para personas con discapacidades, porque se fabrican arcos adaptados, y en las competencias mundiales participan todas las categorías en la misma época, en el mismo circuito, en el mismo momento. “Es cien por ciento inclusivo”, afirma el instructor Manuel. Alessandro afirma que en Uruguay, al ser un deporte relativamente nuevo, se está más atrás que en el resto del mundo al respecto.

Manuel destaca que aprender a tirar al blanco ayuda a comprender mejor de qué se trata la filosofía del aquí y el ahora. “Las acciones que voy a hacer ahora se proyectan allá, en el punto amarillo, pero todo lo que pase después es una consecuencia de lo que estoy haciendo ahora. Si tiro en el negro, el color del puntaje más bajo, me tengo que desapegar de esa flecha y concentrarme en la siguiente. Lo trasladás a la vida y es lo mismo: tengo que aprender de las experiencias que llevaron a que tenga un buen tiro para seguir repitiéndolas. Pero lo que importa es lo que hago en el momento, lo demás es consecuencia”.

Lo otro, que es lo que le atrae a Silvia y su esposo Daniel, es que la arquería, aunque tenga mucho de compartir y apoyarse entre pares, apunta ante todo a la superación personal. Empezaron porque les recordaba a sus juegos de niños cuando armaban sus propios arcos con ramas de árboles. Hoy, a Daniel le interesa más la posibilidad de competir. Silvia está muy segura de que quiere seguir viéndolo como algo suyo, sin observar a los otros: “Deja de ser un juego para ser algo muy personal, muy con vos para vos, para disfrutarlo, y de repente se te termina el mundo, no sabés lo que tenés atrás”.

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