Mickey en las galaxias

| George Lucas creó el universo Star Wars, lo convirtió en una mina de oro y se lo vendió a Disney por US$ 4.050 millones.

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La vida no cambió para George Lucas el martes 30 de octubre, cuando vendió su compañía, Lucas Film, a los Estudios Disney por 4.050 millones de dólares. Ya había cambiado hace mucho, tanto como 35 años, cuando la 20th Century Fox aceptó producirle una idea un tanto loca: una película de ciencia ficción con aires de un western y un toquecito seudorreligioso.

Lucas creía tanto en su proyecto que aceptó dirigir el film sin sueldo, apenas por un porcentaje de las ganancias y reservándose el merchandising, por entonces un campo casi inexplotado por Hollywood. La Fox le dio diez de los doce millones que costó la producción, el resto tuvo que conseguirlo él. Los ejecutivos creyeron ver un signo de locura en el joven cineasta cuando proclamaba entonces que se aprestaba a rodar la cuarta película (pero la primera en filmarse) de una serie de seis.

No quiso (o no pudo) contar con grandes figuras. Estuvo Harrison Ford, sí, pero en ese entonces nadie lo conocía. Y el británico Alec Guiness gozaba de enorme prestigio, aunque no era una estrella de Hollywood. El héroe fue interpretado por el joven Mark Hammill. Para los trajes se basó en películas baratas de ciencia ficción de los `50, el uniforme de Darth Vader era una adaptación de un traje samurai y el siniestro emperador estaba inspirado en el expresidente estadounidense Richard Nixon.

Es conocido cómo siguió la historia: Star Wars (La guerra de las galaxias en América Latina) destrozó las taquillas y la serie de películas ya lleva seis, con miles de millones de dólares de recaudación e ingresos por merchandising inimaginables. Conquistó una legión de fanáticos y hasta aportó elementos a la cultura popular, como la oscura presencia de Darth Vader con el mal detrás de su careta o la expresión "Que la Fuerza te acompañe", como sinónimo de buena suerte.

De cualquier forma, para Lucas no todo fue soplar y hacer películas. En algún momento, debido a problemas personales, estuvo a punto de cancelar la saga. De la misma forma, también se mareó con tantos personajes cuya vida y acciones debía explicar en cada episodio, por lo cual hubo numerosos guiones diferentes y muchos colaboradores en la vuelta. Incluso la idea clave de toda la serie -el villano es el padre del héroe- nació luego del primer film, lo que obligó después a atar muchos cabos sueltos.

Por fin en 2005 completó las dos primeras trilogías. Ahora, bajo la firma de Disney, se viene una tercera trilogía de la lucha entre el bien y el mal en una galaxia muy, muy lejana, como se explica al comienzo de cada una.

La primera producción se anuncia para 2015 y supuestamente la trama continuará a partir del sexto episodio. Lucas no estará al frente como director y productor, pero sí como asesor.

VISIÓN. Dicen que Lucas era el menos talentoso del grupo de cineastas jóvenes que en la década de 1960 encabezaba Francis Ford Coppola. Hoy puede concluirse que en el mundo del cine existen distintos talentos: unos para hacer grandes historias, otros para vender bien historias más pequeñas. Al niño George le gustaba la ciencia ficción y su primera producción, cuando era estudiante de cine, fue algo llamado THX 1138. Ford Coppola le recomendó que buscara temas más tradicionales y fue así que Lucas dirigió (y Coppola produjo) American Graffiti, una evocación de los jóvenes de los `60. Se asegura incluso que el cineasta italoamericano pensó en él para confiarle la dirección de Apocalipsis ahora. Después la hizo él y le costó muchos dolores de cabeza y buena parte de su fortuna.

Ya entonces Lucas tenía apuntes referidos a una historia sobre héroes espaciales, que en su opinión daban para más de una película. Recorrió estudios sin resultados, hasta que llegó a ese particular acuerdo con Fox. La guerra de las galaxias, estrenada en 1977, se convirtió enseguida en un fenómeno, mezcla de objeto de culto y mina de oro. En tres meses recaudó 300 millones de dólares, que en 1977 eran una fortuna todavía mayor que la actual.

Tanto, que Lucas pudo filmar la segunda, la tercera parte, y después las tres precuelas con su propio estudio. Para financiar las primeras pidió préstamos bancarios, para las últimas no fue necesario: invirtió dinero de su bolsillo, que obviamente recuperó con suculentas ganancias.

Quien pudo aprovechar menos el éxito fue Hammil, demasiado identificado con su Luke Skywalker. Por años se ganó la vida repitiendo el personaje en convenciones o actos publicitarios, hasta que se recicló como actor de doblajes.

CAMBIOS. Su productora, Lucas Film, ubicada en el Skywalker Ranch, en un sitio apartado de las montañas de California, fuera de Hollywood, le dio la tan ambicionada independencia de los grandes estudios. También fundó una empresa para crear sus efectos especiales, Industrial Lights and Magic, y los estudios de desarrollo de video juegos Lucas Arts. Hasta diseñaba las cámaras que luego utilizaba en sus películas.

Sin embargo, los avances tecnológicos tentaron a Lucas a introducirle constantes retoques a sus viejas películas, algo que los admiradores siempre le criticaron. Él se defendía argumentando que eso le permitía filmar detalles que diez o veinte años resultaban imposibles debido a las limitaciones técnicas. Claro que después la versión modificada se convertía en un nuevo producto para vender y hacer dinero. Incluso hubo retoques que significaron un cambio esencial en la narración de alguna escena.

Si bien utilizó animación digital para mejorar alguna escena que originalmente involucraba muñecos, se atrevió por ejemplo a cambiar un duelo de Han Solo (el personaje de Harrison Ford) con el cazarrecompensas Greedo. En la versión original de 1977, Han disparaba a quemarropa y asesinaba a su enemigo. En el reestreno de 1997, el malo tiraba antes y Han simplemente se defendía al matarlo. "Han Solo disparó primero", fue el lema de los fanáticos más estrictos de la serie, pues entendían que el personaje era moralmente ambiguo, de allí que pudiera matar sin provocación. El retoque, decían, directamente edulcoraba la trama. Lucas adujo que la primera versión no estuvo bien filmada y no se apreciaba que el primer ataque fue de Greedo.

Pueden ser minucias, en todo caso pocos segundos de la película, pero encierran un debate sobre cuándo una obra debe considerarse completa y si el autor puede modificarla luego de que la presentó al público. ¿Podría Michael Corleone perdonar a su hermano Fredo al final de un retoque de El Padrino II, para dejarlo volver con vida del día de pesca?

CON DISNEY. Darth Vader está ahora en el mismo plantel que el ratón Mickey y el pato Donald. "Quiero entrar en otra etapa de la vida. Ya no estoy en el negocio del cine", afirmó Lucas tras la venta a Disney.

Más que a sus 68 años de edad, muchos atribuyen la venta a la reacción negativa de los seguidores a sus últimas decisiones. Incluso, algunos creen que las precuelas no estuvieron a la altura de lo esperado. Otros opinan que un día Lucas se miró al espejo y vio a Anakin Skywalter pasándose al lado oscuro de la Fuerza: aquella independencia de los grandes estudios, su intento por ser siempre él mismo, cambió por otra fuerza, la de los hechos, al convertirse en la cabeza de un imperio, aunque siga vistiendo con camisas a cuadros, vaqueros y championes.

"Quise poner a la compañía en una entidad más grande para que pudiera protegerla. Disney es una compañía enorme con todo tipo de capacidades y facilidades", fue la explicación de Lucas.

"Cuando hicimos Star Wars, todo el mundo en Hollywood dijo que era una película que debió haber hecho Disney. Con este acuerdo, la saga tendrá una vida más larga. Más fans, gente que pueda disfrutarla. Es un gran universo que he creado, hay un montón de historias disponibles", añadió.

El cineasta adelantó que donará la mayor parte del dinero recibido por la venta a filantropía, sobre todo a instituciones educativas. Su fortuna personal, debe decirse, supera el monto de la operación. Cuesta imaginar que se retirará del todo. Que la fuerza te acompañe, George, le dirán los más cercanos, aunque sea con la voz aguda de Mickey Mouse.

VAN SEIS, VIENEN MÁS...

El universo de Star Wars, desarrollado por ahora en seis películas, es demasiado complejo para resumirlo en pocas líneas, con múltiples personajes, escenarios y situaciones. Pero en el fondo funciona como las viejas películas del Oeste o las de guerreros medievales, con buenos y malos, peleas y persecuciones, aunque en vez de tiros y espadas usaran armas láser y sables de luz. El héroe de la segunda parte de la saga, Luke Skywalker, resulta ser hijo de su enemigo, la mezcla de máquina y humano Darth Vader, que en algún momento se llamó Anakin Skywalker y era bueno. La primera trilogía se refiere a su nacimiento, su juventud y cómo las malas compañías terminaron llevándolo por rumbo equivocado. Al final de la sexta, el moribundo Anakin se redime ante su hijo para el consabido final feliz. Claro que todo es culpa de la Fuerza, un poder metafísico que anda por todos lados y tiene su lado luminoso y su lado oscuro. Con esto, y unas cuantas cosas más, Lucas hizo seis películas y ahora Disney hará otras tres, por lo menos, más series de dibujos, historietas y videojuegos. "Me gusta pensar en mí como en un fabricante de juguetes que hace películas", dijo en 1971, anticipándose al fenómeno.

La primera película, estrenada en 1977 bajo el nombre Star Wars (La guerra de las galaxias), pasó a ser el cuarto episodio de la saga y fue rebautizada Una nueva esperanza. Los films son los siguientes (entre paréntesis, el año de estreno):

-Episodio I: La amenaza fantasma (1999)

-Episodio II: El ataque de los clones (2002)

-Episodio III: La venganza de los Sith (2005)

-Episodio IV: Una nueva esperanza (1977)

-Episodio V: El Imperio contraataca (1980)

-Episodio VI: El retorno del Jedi (1983).

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