GABRIELA VAZ
Entre los tres canales privados de aire se emiten 57 programas nacionales. La cifra triplica la de hace diez años. El inédito auge encuentra varias razones: la proliferación de productoras independientes, la necesidad de consumir identidad local por parte de los espectadores, y el perfeccionamiento de un negocio cada vez más rentable.
Es cierto que hacer televisión en Uruguay resulta caro. Una producción como Zona Urbana puede superar un costo de 2.000 dólares por programa mientras que comprar un capítulo de Los Simpsons no llega a los 500 billetes verdes. Sin embargo, los anunciantes comienzan a interesarse más por los productos locales. Y aunque no parezca los números cierran. Los actores involucrados —televisoras y productoras—coinciden en que la realización nacional se encuentra en ascenso, que se supera en calidad y que el secreto de una mayor rentabilidad está en la exportación de contenidos.
Si bien los costos son dispares y dependen de muchas variables, realizar una producción local fácilmente dobla en precio al "enlatado" extranjero para ocupar el mismo rango horario. "De todas maneras, es rentable, sino no se podría hacer. En algún momento lo era más comprar lata, pero por suerte eso se revirtió", afirma Florencia De Feo, gerente de programación de Canal 10.
La era digital fue un factor determinante en ese sentido, señala la gerente de producción de Canal 12, Alexandra Morgan. "Permite que gente con talento y capacidad pero sin capital pueda encarar una producción con menos recursos".
COSTOS. No es fácil calcular a ciencia cierta cuánto le cuesta a un canal producir un programa en particular, ya que las televisoras tienen gastos fijos difíciles de desglosar por unidad como son las horas de estudio, edición, cámaras, oficinas de trabajo, teléfono, iluminación y móvil de exteriores.
De todas maneras es posible definir un costo, basándose en los salarios de elenco y producción. Así, un programa nacional diario lateral y de staff reducido cuesta entre 2.500 y 4.000 dólares mensuales, más la parte operativa arriba mencionada. La variación depende del producto. "Una cosa es Loco de Vos, que no tiene exteriores, y otra es Con mucho gusto, que tiene móvil afuera y salidas en vivo, lo que encarece mucho", explica De Feo.
El precio de un programa semanal en horario central puede fluctuar entre 6.000 y 9.000 dólares al mes, a los que también deben sumarse los costos operativos. Otro factor que influye es si el programa es en vivo o no, pues un programa grabado utiliza más horas de estudio.
No se logra un buen periodístico por menos de 1.000 dólares por programa, razona Morgan, quien asegura que las variables más incidentes son el transporte y los rollos de película. "Los salarios no son lo más pesado porque son en pesos. Lo importado es el equipamiento, los rollos, las horas de edición. Y no es negociable, no hay cintas nacionales más baratas".
OUTSIDERS.Los de afuera no siempre son de palo, y menos en el caso de la programación televisiva. Parte del auge de la realización nacional se explica en la progresiva integración de un actor cada vez más frecuente: las productoras independientes.
La mayoría de los programas uruguayos son co-producciones o bien producciones hechas íntegramente por fuera de la estructura de los canales. OZ Comunicación es responsable de Mochileros, Gladiadores del Ring y Las cacerolas del Negro. Si bien sus creadores quisieran dedicarse exclusivamente a hacer televisión, por razones económicas también realizan publicidad. "Nos da un flujo; deja más en menos tiempo. Lo de la tele es más extenso. Podés hacer un ciclo de programas y arriesgar, viendo si conforma el formato", explica Soledad García, co-fundadora de OZ.
Ella como Pablo Arriola, el otro integrante inicial de la productora, afirman que hacer televisión es rentable, pero aclaran que los tiempos del independiente no son los mismos que los de los anunciantes. "Un canal puede tener un programa durante todo un año probando un poco. Nosotros no. Un anunciante te dice ‘el programa está bárbaro, pero voy a mirar cómo evoluciona y luego hago la apuesta’, y de repente en dos o tres meses se terminó el ciclo", explica Arriola.
Las productoras independientes todavía sufren los embates de una industria poco acostumbrada a su presencia. "Lo que cuesta es el día a día. No es que con un programa te va bien, vendés publicidad y estás tranquilo. Nunca nos pasó de decir ‘ya está’. Acá no hay un precio minuto de televisión tan caro como en Argentina que solvente los programas. Hay que tener mucha publicidad para sacar algo", opina Gustavo Rojo, integrante de Contenidos TV, la productora de Vidas y Planta Baja.
Si bien Rojo como los demás cofundadores de Contenidos TV viven de su labor, todavía no poseen una empresa sólida económicamente porque la televisión no les permite hacer un colchón enseguida. "Es un trabajo de hormiga".
La labor independiente conlleva más riesgos que hacerla respaldado por la estructura de una gran empresa, como lo es un canal. Pero un diferencial que gustan agregar las productoras es crear productos —al menos mínimamente— innovadores, lo que sube la apuesta. "Cuando pensamos en un programa siempre buscamos la diferencia. Gladiadores fue un gran riesgo porque lleva mucho vestuario, gente, despliegue y a ciencia cierta no sabíamos cómo iba a responder el público. Un canal tiene otra infraestructura. Cuando una productora se mete en un proyecto televisivo puede tener a todo su equipo humano y técnico trabajando ahí", sostiene García.
Los integrantes de OZ intentan optimizar sus productos para que el costo sea razonable. De todas formas, aclaran que los programas que ha realizado la productora han tenido precios muy dispares. "Mochileros fue muy rentable porque era un equipo bastante reducido, no teníamos escenografía —que encarece mucho— y la parte de viajes y hospedaje se basaba en canjes. Mucha gente quería alojar a los conductores". Arriola afirma que, para ellos, el costo puede rondar entre 500 o 1.000 dólares por programa, o incluso menos. En Gladiadores el precio aumenta porque implica más gente, vestuario especial. Además, varía si el programa es de una hora o de media hora, si el ciclo es de 10 programas o de 20.
IDENTIDAD. Es prácticamente impensable que un canal de televisión llene su grilla únicamente con programas uruguayos, puesto que existen géneros sumamente demandados por la audiencia que no se cultivan en el país, como sucede con la ficción (ver recuadro). "Nos encantaría poner en pantalla solo productos locales, pero es difícil", asegura De Feo.
Sin embargo, aunque aún no cubra la totalidad de la programación, la evolución de la realización nacional de tevé es innegable. En junio de 1995, por el 4, 10 y 12 se podían ver menos de 20 productos locales. "La producción nacional tuvo momentos buenísimos como cuando estaban al aire programas como Decalegrón y Telecataplum. Claro, antes la televisión arrancaba a las 6 de la tarde y existía un auge de cosas argentinas. Y las exigencias eran menores a las actuales ya que no había demasiadas comparaciones. El cable empezó a dejar en evidencia las cosas menos buenas y subió el nivel de exigencia", opina De Feo.
El contacto con el resto del mundo cambió la programación televisiva, según se desprende de las palabras de la gerente de Canal 12. "Durante mucho tiempo lo de afuera no llegaba o no era suficiente. Hoy viene todo. Si querés podés ver el canal árabe Al Jazeera. Tuvimos una sobredosis de globalización y ahora volvemos a la aldea local. Queremos saber qué pasa en nuestro propio país".
La siempre mentada cuestión de identidad también se cuela como una de las razones de este auge productivo. La flamante directora de Tveo, Sonia Breccia, opina que "es absolutamente lógico que los uruguayos quieran verse reflejados en contenidos uruguayos. La investigación realizada por la Universidad de la República Imaginarios y consumo cultural,televisión pública: imagen y alternativas imaginadas, confirma lo que quiere la sociedad: consumir identidad local".
Es algo universal, agrega García, la productora de OZ. "A cualquiera le gusta verse reflejado, donde se habla de la misma manera, donde los códigos son los mismos. Pero si no le gusta, tampoco va a mirar por apoyar la producción nacional. La calidad ha mejorado, por eso la gente está más propensa a mirar productos uruguayos".
Existen ejemplos concretos para confirmar el repunte del consumo local. "Va a llegar el día que algo hecho acá será mucho mejor que lo argentino. Somos muy parecidos pero no iguales. No es lo mismo mostrar nuestras calles, nuestra gente. El primer programa de Vidas fue sobre un policía y marcó muy bien. A los días en el 10 salió un programa argentino, también sobre policías, y marcó bien pero no tanto como el de Vidas. Eran temáticas parecidas, y en el 10 tenía un mejor horario y le fue peor. La gente quiere ver nuestras cosas", sentencia Fernando Loureiro, de Contenidos TV.
EXPORTAR. Así como nadie discute la carrera ascendente de la producción nacional, también existe consenso que aún existen áreas poco aceitadas para los uruguayos en el negocio de la tele.
Una de ellas es lograr la venta de los productos locales hacia el exterior, como una de las mejores formas de amortizar los costos y subir las apuestas. "Se puede producir para afuera. El tema es encontrar el producto vendible al exterior, de buena calidad. En la década de los 70 los humoristas que hacían Decalegrón y Telecataplum se fueron a Argentina y Chile", recuerda Arriola.
Para vender productos de televisión en el exterior se deben tener muchos aspectos en cuenta. Por ejemplo, no se puede comercializar un programa demasiado localista, o de un humor muy de actualidad. "Eso funciona de Argentina para Uruguay pero nunca a la inversa. No todos los productos son vendibles y hay un peso de herencia de productos malos que se intentaron colocar en algún momento, que no facilitan el acceso", afirma el productor de OZ.
La cercanía de grandes mercados como Argentina y Brasil, así como la falta de experiencia en ese área son otras piedritas en el camino para una exportación exitosa. "En cierta forma competimos directamente con Argentina, porque como hablamos de la misma manera afuera nos ven iguales", opina García. "Es mucho más fácil para ellos que para nosotros; eso vale para la lana, para la carne y para un producto de televisión. Estamos hablando de comercio. Es más fácil negociar si te llamás Brasil que si te llamás Uruguay", completa Morgan, del 12.
Asimismo, se deben trabajar los vínculos necesarios para lograr intercambios fructíferos. "Se deben crear caminos para vender, algo que todavía no está muy claro. Pero va a hacerse. Es un paso importante que De Taquito haya vendido una de sus novelas. Que se fomente eso da lugar para manejar otros costos que te permitan mejorar la calidad", razona Arriola.
FUTURO. Una de las señales más claras del buen momento que vive la producción televisiva en el país es la aparición constante de nuevos proyectos que buscan un lugar en la pantalla chica. "No pasa una semana sin que yo reciba cinco propuestas o pilotos de gente que está haciendo cosas, vinculadas al medio y no", afirma Morgan.
Lo mismo ocurre en Canal 10, razón por la cual la empresa decidió crear el concurso nacional de talento para televisión (Conta). "Estábamos recibiendo montones de proyectos y pilotos, entonces pensamos en canalizar todo eso de una forma más ordenada. Y por otro lado, el canal realmente está necesitando más conductores, más productores, más ideas. Es una buena manera de estimularlo", dice De Feo.
Tras toda esa movida, solo resta preguntarse qué le depara el futuro a la realización uruguaya. "A nivel personal, como docente, creo que los canales van a ser mitad emisores y mitad productores, con un gran aporte de empresas independientes", opina la gerente de canal 12.
El futuro de los canales de aire es la producción nacional, entiende Rojo, de Contenidos TV. "Hay muchas cosas que se ven en cable. Cada día se hacen mejores productos. Falta igualar los niveles de calidad".
Por su parte, los productores de OZ, dan una de las recetas que nunca falla. "Eso también consta de que nunca pierdas el tren. Hay que tomar la iniciativa; caer con propuestas, no esperar que te llamen. Ir, mostrar, insistir. Tengo un piloto, no funciona, bueno, pienso en otro. No caer en un bajón. También manejar qué necesita el canal. Qué no hay, qué hay y qué se puede hacer diferente", finaliza García.
HECHO ACA
- CANAL 10 (25 PROGRAMAS). Cerro Rural, Con mucho gusto, Loco de vos, Subrayado, Desafío al corazón, Zona Urbana, Dicho y hecho, Subrayado última hora, Perros y cía, Recta final, ¿Quién da más?, Divina Salud, Las cacerolas del Negro, Puglia invita, Arte y diseño, Victoria Magazine, Locos por saber, Adán y Eva, Trailer, Estilo, Punto penal, La movida, Gladiadores del ring, Subrayado domingo, Va por vos.
- CANAL 12 (18 PROGRAMAS). El despertador, Bien despiertos, Calidad de vida, Planta Baja, Americando, Vertigo, Chichita, El show del mediodía, Código país, Vidas, Cacho Bochinche, Techos.uy, Vamos, En la mira, Telemundo central, Telemundo primera edición, Telemundo tercera edición y Telemundo dominical.
- CANAL 4 (12 PROGRAMAS).Telebuendía, Teledía, Buen día Uruguay, De igual a igual, Telenoche, Telenoche segunda edición, La City, Agro 4, Guía show, De lo nuestro lo mejor, Telesemana, Supersport.
LA COMPETENCIA DE LOS ENLATADOS
Mientras que producir un programa nacional puede sobrepasar los 2.000 dólares por emisión, comprar un enlatado del exterior difícilmente cueste más de 500 dólares por ocupar el mismo rango horario.
Actualmente, Argentina es el país que vende más caros sus productos. Telefé Internacional es la repartición encargada de distribuir tanto sus programas, como algunos de Canal 13 y Canal 9, por lo que los precios son muy similares. Juan Pablo Martínez, del área de programación de Canal 10, explica que la empresa paga 500 dólares por una hora de Dominico o Una familia especial y 550 por un episodio de Botines.
Las telenovelas centroamericanas son más baratas. Una mexicana de Televisa llega a 250 dólares el capítulo.
Generalmente, los precios de los productos se estipulan acorde al mercado al que se venden. Como muestra basta un botón: el capítulo de Los Simpsons vendido a Inglaterra cuesta 150.000 dólares. Canal 10 lo paga en el entorno de los 400.
Las películas son éxito asegurado y por esa razón significan el producto extranjero por el que los canales desembolsan más dinero. Su comercialización para televisión la realizan las majors como Fox, Warner o Universal. Esas distribuidoras venden paquetes que oscilan entre los 30.000 y los 100.000 dólares. "Cuando hay un blockbuster (película de alto presupuesto) como El señor de los anillos sube enormemente el precio del paquete. Una película estreno te sale 3.000 dólares y una en repetición sale entre 1.500 y 1.800 dólares. Después hay proveedores independientes, que venden paquetes más chicos con películas más baratas. Un productor independiente te puede vender American Pie", explica Martínez.
La película más cara vendida a Uruguay hasta el momento fue Titanic por la que, según fuentes, se habría pagado cerca de 40.000 dólares. Tras la adquisición de una película, los canales tienen derecho a tres exhibiciones y un período de licencia para pasarla de dos a tres años.
FICCION: COSTOSA PARA EL MERCADO LOCAL
La ficción es uno de los grandes debes de la producción nacional. Sin embargo, Uruguay tuvo una productora insignia del género: De Taquito Films. La empresa fue la responsable de un unitario y tres telenovelas, algo en lo que muy pocos se han animado a incursionar. Si hacer televisión es caro, realizar ficción multiplica cualquier previsión.
Mañana será otro día estuvo al aire entre junio y diciembre de 2002. "Fue en el peor momento del país. Empezamos a rodar en abril y el tercer capítulo salió al aire en la semana de las corridas bancarias. Para terminar la novela se necesitó el apoyo de los técnicos y los actores que cedieron parte de sus salarios", recuerda Oscar Estévez, uno de los responsables de De Taquito.
A esa primera producción se sumó Constructores, 8 x 8 y Uruguayos campeones. "A la mitad de la primera serie se empezó a sentir que la gente la comentaba, incluso diciendo algo que no me gusta nada: ‘no parece uruguayo’. Esa misma percepción la tuvieron las agencias de publicidad, que podían integrar sus productos como PNT (publicidad no tradicional). El canal estaba muy entusiasmado con la respuesta del público y quería hacer otra. El 24 de diciembre se emitió el último capítulo y el 3 de enero se estaba empezando a escribir Constructores", narra Estévez.
El éxito llevó a que se subiera la apuesta en cada nueva producción. Mientras Mañana... fue realizada a una sola cámara, con un equipo de 17 técnicos y un elenco rotativo de 12 actores por capítulo, Constructores contaba con más de 20 técnicos y 14 actores por emisión. "En Uruguayos... ya había 30 personas en lo técnico y 30 en el reparto artístico. O sea, eran 60 personas para comer al mediodía", dice Estévez, tratando de dar una de idea del presupuesto que eso significaba.
De Taquito se ocupaba de la producción completa de las series y llegaba a Canal 4 con el cassette pronto para emitir. La productora se hacía cargo de los 4.000 dólares que costaba cada capítulo de Constructores y luego de los 15.000 que salía cada episodio de Uruguayos... "Está claro que ese gasto es imposible de amortizar solo con el mercado uruguayo, ya que no hay publicidad que lo cubra".
Por esa razón, estaba todo pronto para vender la serie dirigida por Caetano al canal argentino América, pero el plan no funcionó y dejó a la empresa imposibilitada de seguir produciendo. "Nos encontramos con un problema financiero grande porque se cayó el contrato con América. Uruguayos... fue pensada para mercados de afuera también. Era imposible solventarla solo con el local. Se ha logrado una venta, y se están buscando más para cubrir las deudas que quedaron".
Actualmente, la serie se emite en 22 países de Latinoamérica, con el nombre de Fútbol Club, por el canal de cable The Film Zone. "Es la primer producción uruguaya que logra trascender fronteras. Eso nos tiene contentos y nos da ánimo para seguir peleando", sostiene Estévez.
El productor opina que la ficción es un terreno fértil en el país, si bien todavía queda mucho por hacer. "Tenemos buenos productores, actores, técnicos, locaciones. Con Constructores le ganábamos a Son amores, que estaba en el mismo horario. Lo más difícil se logró: que la gente tenga interés por ver cosas hechas acá".
TVEO: CANTIDAD NO HACE LA CALIDAD
Casi la mitad de las producciones nacionales correspondientes a los canales de aire se emiten por Tveo. La señal estatal siempre estuvo a la cabeza en cantidad, aunque aún no logre subir sus estándares de calidad. A ese respecto, su nueva directora, Sonia Breccia, apuntó que busca con prioridad la "rentabilidad social de la programación".
Si bien Tveo se encuentra realizando una auditoría de todas sus áreas de funcionamiento, Breccia informó que en el nuevo proyecto está contemplada la compra de productos del exterior, básicamente de películas y documentales. Esa transacción se realizará en un futuro. "La Televisión Nacional no dispone en este momento de presupuesto para comprar ningún producto del exterior debido al alto costo de los derechos para televisión. Este año basará su programación extranjera en el intercambio regional e internacional de otras televisoras públicas como TV Brasil, TV de Perú, canal NHK de Japón y Telesur entre otros".
Hasta diciembre de 2005, Tveo mantiene compromisos de coproducción asumidos por la anterior administración. Los planes de la nueva dirección podrán instrumentarse por completo a partir del año próximo. En ese sentido, Breccia indicó que el futuro del canal estatal "es muy auspicioso. La nueva televisión pública nacional ocupará un lugar de admiración y referencia. El canal se propone ser un elemento dinamizador de la industria audiovisual uruguaya trabajando en conjunto con las instituciones educativas, el instituto nacional del audiovisual y la asociación de productores y realizadores".