La época de los piojos

DR. PABLO PERA PIROTTO

Ya hace mucho tiempo que tener piojos dejó de ser sinónimo de falta de higiene, pobreza o hacinamiento. Hoy en día es frecuente que cualquier niño se contagie en la escuela, jardín de infantes o en un club. Es que estos insectos, que se alimentan exclusivamente de la sangre de los seres humanos, cuando tienen oportunidad de colonizar otra cabeza no la dejan pasar. Pero, a diferencia de lo que popularmente se cree, los piojos no saltan, sino que corren a gran velocidad sobre los pelos para llegar a su objetivo, por lo que el contacto debe ser estrecho ya sea con una persona infestada (ése es el término correcto cuando se habla de parásitos) o con elementos personales como un peine, un sombrero o la almohada, por ejemplo. Es importante dejar claro que el piojo sobrevive muy poco tiempo lejos de su huésped humano, por lo que el agua de las piscinas o la arena no suelen ser reservorios de piojos. Tampoco es cierto que nos podamos contagiar de algún animal, ya que como mencionamos antes, es un parásito exclusivamente humano. En los primeros momentos, estos pequeños insectos se instalan sobre todo en la región de la nuca y detrás de las orejas, para luego cubrir todo el cuero cabelludo.

Los huevos o liendres de 1 a 2 milímetros se fijan al pelo cerca de la raíz de forma muy fuerte, gracias a una sustancia que actúa como cemento. Esto las diferencia de la caspa, que se puede retirar con facilidad. Luego de pasada una semana, las liendres eclosionan y liberan las ninfas, que en quince días se convierten en adultos con capacidad de seguir reproduciéndose. Nueve de cada diez nuevos piojos son hembras, que durante el mes que viven pueden llegar a poner cientos de huevos. Es decir, la capacidad de multiplicarse es muy veloz, lo que se manifiesta en una picazón que cada vez es más intensa y molesta.

Con respecto al tratamiento, las medidas mecánicas son muy efectivas, destacándose el uso del peine fino parar retirar tanto las liendres como los insectos adultos. Se debe pasar por todo el cabello varias veces, siendo más efectivo cuando el pelo está húmedo. Con respecto al vinagre (ácido acético) que muchos han utilizado desde tiempos remotos, debemos decir que no es efectivo para matar los piojos. Lo que sí se constató es que provoca la disolución del cemento con que la hembra fija las liendres al cabello, lo que facilita su extracción. En cuanto a las lociones existentes, siempre resultan más eficaces cuando se aplican con el pelo seco. Tampoco es bueno lavarse la cabeza con acondicionadores, que no hacen otra cosa que proteger a los piojos de los efectos de los tratamientos.

Entre las distintas sustancias químicas disponibles, se destacan las piretrinas naturales, la permetrina y el malation. El lindano, que se utilizó mucho años atrás, debe aplicarse con precaución ya que puede tener efectos secundarios sobre el sistema nervioso. Por esta razón está contraindicado en niños pequeños o con historia de convulsiones, y en mujeres embarazadas.

Si bien al haber un miembro con piojos se debe examinar al resto del grupo familiar y a aquellos que tengan contacto directo con la persona infestada, debe quedar claro que sólo deben usarse los tratamientos en caso de encontrar los insectos, ya que no sirve de nada aplicarlos en forma profiláctica. Más aún, es una forma de colaborar a que se generen resistencias, un problema al que se enfrentan los laboratorios que elaboran estos productos.

En general conviene repetir la aplicación de cualquiera del los tratamientos aproximadamente a los diez días, para evitar que la persistencia de alguna liendre provoque la reinfestación.

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