La belleza en un tablero: así es el Go en Uruguay

Tablero de Go
Jugando al GO, Federacion Uruguaya de GO, Montevideo ND 20220213 foto Juan Manuel Ramos - Archivo El Pais
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

HISTORIAS 

Se trata de un juego milenario asiático que atrapa a cientos de uruguayos. Ellos dedican su vida a encontrar el equilibrio entre la victoria, la jugada perfecta, y sobre todo, el respeto al oponente.

Líber Magallanes juega al Go hace cuatro años —tiene 36 años— y es fundador y tesorero de la nueva Federación Uruguaya de Go. El primer recuerdo que tiene del juego viene desde antes. En Una mente brillante (2001), John Nash, interpretado por Russell Crowe, juega una partida. Suficiente para llamarle la atención. Pero en la francesa El encanto del erizo (2009) escuchó una frase que lo atrapó: “En el ajedrez se mata para ganar, mientras que lo más bonito del Go es que para ganar hay que vivir; también hay que dejar vivir al adversario”.

Esta manera de presentar el tradicional juego de piedras blancas y negras es, para él, algo “hermoso”. Porque de eso se trata: quien vence es el mejor arquitecto. No hay ningún rey para eliminar.

Infinito

Partida de Go
Partida de Go. Foto: Juan Manuel Ramos

El objetivo de la partida es controlar un mayor territorio que el oponente sobre un tablero. El primero que tuvo Martín Benenatti a sus 17 años era de cartón con porotos. La cuadrícula generalmente es de 19x19 y parece sencillo: solo hay que rodear al adversario. Pero en el Go, como en la vida, las apariencias nos engañan.

Esas medidas hacen, según Benennati que a los 37 años es 12 veces campeón uruguayo de Go, que el comienzo del juego sea “casi infinito”. ¿Cuánto? “Tiene 361 posibilidades para la primera jugada y así sucesivamente para las siguientes” ¿Le parece poco? ¿Qué tal la siguiente respuesta? “Si contás la cantidad de partidas posibles que hay en el Go son mayores que los átomos en el universo”. A un 12 veces campeón yo no le discuto sobre un juego de lógica y arte y que, además, mete a la física de por medio.

Así lo cuenta: “El comienzo no se puede aproximar desde la lógica porque no podés procesar todas esas posibilidades; hay que procesarlo desde la intuición y desde la estética. Para orientar esa apertura hay que relacionar las cosas que funcionan con lo que es bello y, luego de que tienen incorporado lo bello, trata de expresar esa belleza sobre el tablero y las cosas funcionan”.

Equilibrio

El Go, del que Jorge Luis Borges escribió que “el tablero es un mapa del universo”, es una combinación de lógica y creatividad. Los dos hemisferios del cerebro deben estar presentes en la partida porque uno solo -el izquierdo que se cree que es el del pensamiento crítico o el derecho que es el del pensamiento artístico- hará perder la visión global de la partida. “Las piezas se mueven como si fueran un líquido. El juego es equilibrio”, apunta.

Borges también escribió: “En él pueden perderse los hombres como en el amor y en el día”. Y este verso no puede ser más acertado cuando Benennati relata que las partidas, las combinaciones y las tácticas para construir algo “más hermoso” que el oponente le “erizan la piel” al visualizar el tablero y pensar el próximo movimiento. “La casi infinita cantidad de opciones es hermosa”, insiste.

También sabe qué significa eso de perderse. A los 17 años, cuando un amigo un poco mayor que él le mostró el juego que le habían enseñado unos profesores durante una ocupación de la Facultad de Ciencias, empezó a jugar hasta 12 horas diarias. “Me enamoré”, confiesa.

El entrenamiento en base a libros, Internet y partidas dio sus frutos: su primer campeonato lo ganó dos años después. Luego representó al país en varias oportunidades en China, Japón y Corea (donde, en realidad, el juego se llama Weiqi, Go y Buduk, respectivamente, y tiene algunas diferencias sobre todo en el conteo de los puntos), hasta llegar al presente cuando ostenta una clasificación de quinto dan. 

Hoy, dice que el verdadero amor de su vida es su hija, y que entre la paternidad y su trabajo como diseñador de infraestructura para campos y paisajes le sigue dedicando al menos dos o tres horas diarias. También da talleres y hace demostraciones en la Federación Uruguaya de Go (como la que se hizo el fin de semana pasado en ocasión de las celebraciones del Año Nuevo Chino) porque siente que le “corresponde compartir” el conocimiento. ¿El futuro? “Jubilado y jugando al Go”.

El 12 veces campeón 
Partida de Go

A la izquierda aparece el 12 veces campeón uruguayo de Go Martín Benenatti en plena partida de Go en un encuentro que se organizó en ocasión de la celebración del Año Nuevo Chino. Benenatti, quien compitió en China, Japón y Corea varias veces, siente el “compromiso” de compartir con los demás sus conocimientos y está dispuesto a enseñar las reglas de un juego milenario que lo tiene profundamente enamorado desde los 17 años. Su primer campeonato uruguayo lo ganó a los 19 y hoy, entre la paternidad y el trabajo, le dedica hasta tres horas por día.

La máquina

La historia del Go de unos 4.000 años cambió el 12 en marzo de 2016. Y la cambió para siempre. Desconozco si hay alguna filosofía oriental que hable sobre lo que implican los cambios (lo más probable es que sí), pero tanto Magallanes como Benenatti coincidieron que el día en que AlphaGo, una inteligencia artificial diseñada por DeepMind, le ganó a Lee Sedol, 18 veces campeón del mundo y considerado el mejor jugador de la última década, no le quitó ni una pizca de belleza.

Hasta ese entonces, los programas a los que accedían Magallanes y Benennati para entrenarse no pasaban de un nivel de primer o segundo dan. “A mí no me podían vencer”, cuenta el campeón. Pero AlphaGo superó al maestro de maestros y se podría suponer que eso hizo más difícil la competencia pero, nuevamente, en el Go las apariencias nos engañan.

Un punto de reunión para todos

La Federación Uruguaya de Go es relativamente nueva. Se formó después de que la anterior se disolviera, pero la nueva directiva consiguió un local propio para reunirse todas las semanas. Aquel interesado en aprender sobre este juego debe concurrir al Centro Cultural Terminal Goes, Sala Verde (Av. Gral. Flores esquina Domingo Aramburú), los sábados de 18 a 21 horas. La página oficial es igouruguay.xyz y su cuenta de Instagram es @federacionuruguayadego. Hay niños a partir de 4 años; este, incluso, ganó torneos.

Una derrota para Magallanes “refuerza el plano social”, aprendés a aceptarla y a valorar al oponente. Para Benennati, AlphaGo hizo el juego “más simple”, en particular, para mejorar el nivel de apertura. “Ahora se trata menos de estudiar tantas aperturas y recordar cosas porque se ha simplificado y te podés dedicar más a lo que más me gusta a mí que es el medio juego, la parte más abierta y creativa. (Con AlphaGo) cambió mi juego; se hizo más moderno”, relata.

Uno de los problemas que más le interesan a Benenatti son los llamados de “vida o muerte” que requieren soluciones lógicas. Otra vez; no tiene nada que ver con matar a un rey, sino que se diferencia un grupo de piedras como “vivo” cuando tiene la oportunidad de permanecer en el tablero y tiene movimientos libres o un grupo de piedras “muerto” porque será “capturado”. Las piezas deben tener opciones de libertad para continuar. “Tenés que encontrar la mejor secuencia para lograr eso y -vuelve a insistir- es una hermosuras”.

Magallanes, por su parte, relata lo que es un atari -sí, como la vieja empresa de consolas-: “Hay cuatro libertades pero tres están ocupadas por el oponente y te queda solo una. La amenaza de ser capturada la pieza se llama atari”. Cada jugador debe aprender una larga lista de términos: aji, gote, sente, hane, kakari y muchas más, inclusive uno que se llama “salto del mono” que normalmente es usado al final de una partida para reducir el territorio del oponente. Hay otro que resume lo que el Go representa para estos jugadores: “Movimiento divino”. Es aquel que se considera como “verdaderamente inspirado”, que equilibra estrategia y táctica y que puede cambiar por completo el resultado.

Al final y al cabo, luego de años de práctica, de lectura, de partidas, de victorias y de derrotas, Magallanes y Benenatti encarnan el último verso de Borges: “Yo, que soy un ignorante de tantas cosas, sé que ignoro una más, y agradezco a mis númenes esta revelación de un laberinto que nunca será mío”.

Kyu y dan: como los cinturones

Un aprendiz tiene un nivel de 30 kyu. Mientras que su clasificación tenga dos dígitos será considerado un jugador principiante. “Cuando salís del doble kyu te estás manejando bien; estás llegando a la profundidad del juego pero te falta un montón”, explica Líber Magallanes. Entre los 9 kyu -el nivel de Magallanes- y 1 kyu se considera que ese jugador es un aficionado intermedio. ¿Pero quién llevaría el cinturón negro? Hay dos ligas: los dan amateur y los dan profesionales. El nivel más bajo es primer dan hasta llegar a noveno dan. Martín Benenatti, 12 veces campeón uruguayo de Go, es quinto dan. “En Latinoamérica soy un jugador fuerte”, afirma. Y tiene toda la intención de llegar, al menos, a séptimo dan. Los medios para otorgar cada rango varían de un país a otro y entre los servidores en línea. Eso significa que Benenatti puede tener una clasificación menor o mayor dependiendo del sistema o del lugar.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar