Jalisco, no te rajes: un sitio con las tradiciones, cultura y el sabor de México

Propuestas para conocer de punta a punta el estado donde nacieron las costumbres más genuinas del país azteca: mariachis, tequila, tacos e historias.

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Pintoresca calle en Jalisco

Por Adriana Garzón / El Tiempo / GDA
Huele a tortillas, sabe a tequila y chiles picantes, suena a mariachi, viste de charro, habla de historias y revoluciones, encanta con su gente auténtica, amable y sencilla, con sus artesanías invadidas de color y con su gastronomía que entre tradiciones e innovaciones cautiva todos los paladares.

El estado de Jalisco está al occidente sobre la costa Pacífica, en el Valle de Atemajac, y tiene la esencia de ese México que nos hace suspirar.

El color de Tlaquepaque.

Por la puerta del taller del maestro ceramista y cantautor Paco Padilla entramos al mundo de Tlaquepaque. Uno de los pueblos mágicos de Jalisco, a media hora de Guadalajara por carretera. A través del arte, las esculturas y la música, Padilla nos lleva por historias de este pueblo alfarero donde el arte se respira en cada cuadra. “Pueblos mágicos, riqueza y tradición, gente noble que tiene una razón, playas y montañas, tierra de bondad, ver el horizonte desde un equipal, una escaramuza, el traje de charro, árbol que florece, jarrito de barro, esa es mi tierra, tierra de color...”, canta a viva voz.

Caminamos sus calles engalanadas con esculturas modernas, galerías de arte, almacenes y boutiques, y restaurantes de talla mayor como Casa Luna. Entre sus históricas edificaciones figuran la alcaldía, las ventas de artesanías y joyería de plata y las emblemáticas esquinas que vieron nacer a los mariachis allá en 1920. Entonces era música del pueblo que se emborrachaba con vino de mezcal.

El recorrido nos lleva por el antiguo mercado que hoy se llama El Parán y es un centro turístico y gastronómico, lleno de color y sabor. “Conserva esa arquitectura que recuerda una de las locaciones donde se grabó la película ¡Ay Jalisco, no te rajes!, en 1941, con Jorge Negrete y Lucha Reyes -dice nuestro guía-. Dato clave, pues es justo entonces cuando se reinventan y se potencian la música y figura de los mariachis, con sus vestidos de charros, con más instrumentos musicales y arreglos que los lanzan a la gloria”.

Allí están la plaza cívica con su kiosco, las bancas, los puestos de comida y la fuente, que no faltan en ningún pueblo mexicano. También el ayuntamiento, ubicado en lo que fuera la cárcel municipal, y ahora reconstruida acoge las oficinas de gobierno.

Más que un licor.

Los cultivos de agave azul son la primera imagen de esta tierra. Cientos de pencas de hojas azuladas son cultivadas con maestría y esmero para producir esa bebida que lleva a México por los paladares del mundo: ¡tequila! Enseguida nos recibe un pueblo lleno de vida, con calles de colores, una plaza central y una gran iglesia. Tequila tomó su nombre de un volcán dormido que domina la zona y, a su vez, le dio su nombre al licor.

La mirada va hacia el cielo y a 30 metros de altura se ven los Voladores de Papantla, una antigua tradición, hoy atracción turística, en la que cuatro hombre ataviados con ropa de colores vuelan alrededor de una vara alta en la mitad de la plaza y dan varios giros hasta llegar al suelo mientras cantan y tocan flautas y tambores.

Jalisco

¡Guadalajara! ¡Guadalajara!

Le llegó el turno a la capital de Jalisco. De la mano del guía Luis Enrique Carrillo recorremos el centro con sus construcciones que hablan de la revolución mexicana, de una región poderosa y luchadora, incluso, de tierras que guardan osamentas de mamut.

Hoy Guadalajara es una ciudad con mucho movimiento y una importante economía, es la capital industrial del occidente de México, con 1.500.000 habitantes en la zona metropolitana. Paseamos por la rotonda de los Jaliscienses Ilustres, el palacio municipal con el escudo de armas, la catedral de la Virgen de la Asunción, plazas, parques y museos.

Carrillo nos relata historias de luchas, revoluciones, independencias y líderes que marcaron el destino de estas tierras. Nos habla de los orígenes de México, de sus indígenas, de la Conquista, la Independencia desde cuando el país adoptó el nombre de Estados Unidos Mexicanos. Nos habla de las muchas culturas que dominaron estas tierras. De las migraciones que se tomaron el territorio de Texas para luego independizarse, y de batallas memorables como la del castillo de Chapultepec. “Jalisco se independiza primero que el resto del país, en 1821, y siempre ha sido ejemplo por seguir, en estas tierras nacen los símbolos que hacen parte de la identidad de México, es reconocida por ser el lugar donde nacen los símbolos importantes y distintivos del país: el mariachi, el tequila y, por supuesto, la charrería”.

Luego recorrimos el centro con sus zonas comerciales y artesanales, y finalizamos en el Museo Cabañas, donde se aprecian 57 murales y techos pintados al fresco, en 1939, por el artista José Clemente Orozco, para recordarnos la transformación social, política y económica de este país. Fue declarado en 1997 patrimonio de la humanidad por la Unesco y es considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica en México.

La noche en Guadalajara es para disfrutar de excelente gastronomía en Veneno Restaurante, que además de contar con una muy premiada propuesta de arquitectura y diseño, inspirada en la zona arqueológica de Paquimé, de Chihuahua, ofrece comida mexicana que invita a cerrar la jornada con broche de oro.

PUERTO VALLARTA A TODO DAR

A casi dos horas de Guadalajara en avión está Puerto Vallarta. El cálido sol del Pacífico nos da la bienvenida a esta ciudad, turística por excelencia y mexicana en sabor, cuerpo y alma. En la zona sur, sus blancas playas acogen una amplia zona hotelera. El recorrido comienza en el centro histórico, con su icónica Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, símbolo arquitectónico y religioso de esta ciudad, el Malecón con sus esculturas y los Murales y el Muelle de los muertos. Una propuesta sabrosa es el Tour de Tacos, que comienza en el Parque Lázaro Cárdenas, y entre sabrosos bocados y muchos datos curiosos nos lleva a recorrer buena parte de sus calles mientras probamos tacos al pastor, la mejor birria de la región, ceviches, chilaquiles, mole, tacos de carne de res y de cerdo... y tequila en los puestos callejeros y en restaurantes de no perderse.

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