IGNACIO QUARTINO
Promover que los internautas bajen música de forma gratuita en Uruguay podría causar más de un dolor de cabeza. En su lucha contra la piratería, la industria del disco local mira con muy buenos ojos demandas legales como las que inició la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) a empresas de Internet, al igual que la creación de tiendas con catálogos musicales legales que permitan bajar temas a cambio de dinero.
Mariano Arsuaga, secretario de la Cámara Uruguaya del Disco (CUD), indicó que las medidas que está tomando Capif en el país vecino son tan ejemplarizantes como novedosas para toda Latinoamérica.
Marcelo Felder, de Bizarro Records, coincide con Arsuaga al considerar que "ya era hora de que apareciera una alternativa legal para vender música a través de la red de redes. Sólo falta esperar que los precios sean adecuados para estos mercados. Es decir, el track no debería costar más de 60 centavos de dólar".
Mientras que en la vecina orilla DBN (una distribuidora) y Epsa (fabricante de discos) lanzarán sitios legales a mediados de diciembre, Felder estima que en Uruguay la comercialización debe ser a través de un e-tailer (catálogo digital) en un portal diseñado por el Palacio de la Música.
Alvaro Uluk, encargado de ventas de la citada casa de discos, confió que la creación de un sitio que permita bajar música digital por la vía legal en Uruguay es inminente. Pero antes que el portal se ponga en marcha, el empresario cree conveniente analizar el listado de temas que divulgarán las argentinas Epsa y DBN para conocer más a fondo las características del mercado de música digital. Ya se sabe, por ejemplo, que difícilmente se comercialicen temas de Pink Floyd o los Rolling Stones.
Frente a esa realidad, la industria es consciente de que en Estados Unidos abundan proveedores de música digital gratuita con todo el listado de las bandas más célebres del rock mundial. No obstante, Uluk tiene claro que desde hace años la red cuenta con tres millones de temas —fundamentalmente de bandas internacionales— que pueden adquirirse legalmente.
"Un sitio web local será beneficioso para proteger los derechos de autor de las bandas nacionales, que actualmente ocupan lugares de privilegio en la lista de los más vendidos", estimó Uluk.
Lógicamente, el boom del rock uruguayo también se refleja en el mercado negro. El 80% de los discos truchos que se comercializan contienen canciones de La Vela Puerca, No te Va Gustar y cualquier otra banda nacional en boga. "En el mercado ilegal funciona todo lo que se escucha en el momento", afirmó Arsuaga.
Por el momento, la prioridad de la Cámara Uruguaya del Disco es combatir la piratería callejera. Para las productoras, en cambio, lo principal es desarrollar artistas para que se vuelvan exitosos.
Sin embargo, tanto Felder como Arsuaga llevan siete años optimizando conocimientos informáticos debido a la variedad de alternativas que existen para difundir música a través de archivos virtuales entre usuarios de Internet.
"Cambió el concepto de distribución musical, se modificó por completo. Hace treinta años, un disco era cuidado como un objeto preciado. Hoy, las nuevas generaciones escuchan música sólo a través del intercambio de archivos digitales", explicó Mauricio Ubal, presidente de la CUD.
Debido a esos cambios, Ubal sostiene que cada vez es más necesario informar a la sociedad sobre la ilegalidad del intercambio de archivos digitales. En Uruguay todavía no existe un marco legal riguroso contra la piratería y eso fomenta que el mercado negro se mantenga vigente. No sucede lo mismo en países del primer mundo, donde los usuarios tienen prohibido el ingreso a sitios reconocidos por distribuir música digital ilegal, como Kazaa o Emule.
Por el momento, la Cámara del Disco sólo está en condiciones de informar a los proveedores de servicios de Internet que existen usuarios que albergan información ilícita. A veces cuentan con el apoyo de los propios sitios —como Mercado Libre y De Remate— que colaboran en la lucha contra la piratería solicitando información sobre portales ilegales, que automáticamente son dados de baja.
MEMORIOSOS. Pero la lucha contra la distribución digital ilegal no se reduce a la información que se baja a la PC y se distribuye peer to peer (entre usuarios). Los reproductores MP3 son cada vez más sofisticados y los Ipod’s (pequeños aparatos ideados por Apple que almacenan cientos de temas) también permiten la distribución de archivos musicales con sus pares.
Las autoridades de la industria entienden que esos aparatos tardarán en masificarse en Uruguay debido a sus costos. Algo similar sucede con la telefonía celular y los truetones, formatos MP3 que, a diferencia de los ringtones, se trata de canciones originales que anuncian la llamada de los teléfonos.
Actualmente, la empresa Wazzup es la única en el mercado que vende legalmente formatos MP3 para celulares con truetones. Pero antes de poner a la venta el catálogo de temas, la compañía debió negociar con las editoriales que representan a los artistas para cubrir los derechos de autor. Contemplando las discográficas y el servicio que brinda Wazzup a los usuarios, el costo de un truetone oscila en los 73,8 pesos uruguayos. Pero claro, bajar un tema gratis es más barato: el tema pasa por lo ético y lo legal.
"RINGTONES" ORIGINALES CUESTAN 45 PESOS
Pablo Pietropinto, de la empresa Wazzup, consideró que el ringtone tendrá los días contados una vez que se masifiquen los móviles de alta gama. Sin embargo, el especialista considera que deben pasar unos cuantos años para que eso suceda y que no tiene dudas que tanto los ringtones monofónicos como polifónicos seguirán siendo utilizados por los usuarios.
Para legalizar un ringtone la empresa que desea venderlo debe pedir autorización a Agadu detallando nombre de la canción e intérprete. En cuanto se obtiene la autorizacion del organismo regulador, se procede a pagar el arancel correspondiente para tener los derecho de la canción solicitada. El costo de un ringtone en Uruguay es de $ 45,51.
USUARIOS ARGENTINOS MULTADOS EN MILES DE DÓLARES
Argentina asoma como el país pionero de Sudámerica en tomar recaudos en la lucha contra la piratería. En las últimas semanas se registraron demandas judiciales a empresas que promueven bajar música gratuitamente, la más notoria la inició la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) a la empresa Telefónica por la publicidad del servicio Speddy, donde se informaba que los usuarios podían bajar "toda la música".
Días más tarde, las compañías discográficas demandaron a 20 usuarios argentinos por compartir música a través de Internet. Cada uno de los implicados están acusados de distribuir más de 5.000 temas en forma ilegal. Cada demanda oscila entre los 3 y 10 mil euros.
PROCESADO EN URUGUAY
El martes pasado procesaron al propietario de un laboratorio de informática que distribuía música ilegal a través de Internet. Una larga lista de mails —dirigido incluso a empresas discográficas— delató al infractor, al que se le incautaron más de 5 máquinas y 600 discos con vasto repertorio de música nacional e internacional.
Cada placa se comercializaba a un costo de "$ 50 o $ 60 cada una", según detallaba el mail que además sugería a los potenciales clientes solicitar por el catálogo musical completo.