Hedonistas y compulsivos

| UTILIZAN MEDIOS ILEGITIMOS PARA ALCANZAR ESTILOS DE VIDA HOLGADOS, SOLO ELIGEN LA CUMBIA Y ADORAN EXHIBIR SU CUERPO. LOS SOCIOLOGOS TIENEN DISTINTAS MIRADAS SOBRE ELLOS

El diccionario de la Real Academia Española tiene 18 acepciones para la palabra plancha, pero ninguna de ellas coincide con el significado que actualmente toda una generación de jóvenes le otorga en Uruguay. Aunque el término no sea descrito ni siquiera en la infinita enciclopedia de Internet, no hay adolescente que lo dude. "Un pibe que use gorrito visera, pantalones anchos, campera aviadora Alpha, championes caros, pelo teñido de rubio y camine ‘de acá’ (moviendo los hombros hacia adelante): eso es un plancha, o al menos su estereotipo".

El adjetivo —netamente nacional— está impuesto. Desde hace un tiempo los planchas han copado los principales lugares de encuentro juveniles, tanto como han acaparado espacio en los medios de comunicación. En realidad, el fenómeno comenzó hace cinco años, cuando el término se extendió. Su significado tiene dos posibles orígenes. Puede provenir de la jerga carcelaria, donde la ficha de cada preso se llama plancha y por tanto el que está adentro es "un plancha". O bien puede venir de "meter la plancha", ir de pesado.

La investigación Cultura juvenil y educación media superior en Uruguay, finalizada en agosto de 2004 y coordinada por el sociólogo Eduardo de León, dedica un tramo a las subculturas juveniles y trata el fenómeno en base a entrevistas a jóvenes.

El estudio afirma que la palabra plancha traduce la imposibilidad de tener valor en la sociedad y especula que, por esa razón es que se apropian de marcas comerciales caras, socialmente valoradas. Ese comportamiento los deja, a su entender, investidos de cierta "dignidad".

Si bien algunos jóvenes se identifican a si mismos como planchas con orgullo, la calificación, que habla de sectores sociales marginados, funciona también como juicio despectivo. Un estudiante de 15 años graficó: "los planchas no tienen cabeza. Son los sin cerebro de la ciudad. Piensan que son los más locos por salir a ganar (robar)".

Para muchos chicos, otra de las acepciones de plancha tiene que ver con su manera de vestir. E incluso se da una particular situación: emulando el ideal estético de ciertos jóvenes marginados, otros de mayor status social adoptan un estilo similar para parecerse a los primeros. Aunque de todos modos, la estética plancha significa falta de buen gusto.

VISIONES. Entre los testimonios de los jóvenes recogidos en la investigación de Eduardo de León existen diversas visiones acerca de cómo son y qué hacen los planchas. Una de las características que todos encuentran típica es que escuchan cumbia villera. Los adolescentes incluso explican que el género musical preferido por alguien es imprescindible para llegar a conocerse. "¿Qué música escuchás? Este verano fue la frase para empezar una conversación. Describe a la persona".

Otra referencia continua es la actitud de violencia que ejercen. En este sentido, los adolescentes reconocen que, al provocar temor, los planchas infunden respeto. "Algunos se hacen los planchas para que la gente les tenga miedo. Te vienen a meter la pesada y no les cabe ninguna. Si vos le tenés miedo a una persona, la vas a respetar un poco más", razonan.

Entre las características de un plancha se puede enumerar: un consumo compulsivo, la naturalización de medios ilegítimos para alcanzar metas altas, estilos de vida holgados y la actitud desafiante, afirma la investigación del sociólogo. También, agrega, las actitudes hedonistas y de exhibición del cuerpo, como el gusto por el baile y un modo de bailar propio, colores vivos, adornos, sexualidad directa y el uso de diversas sustancias.

Sin embargo, esta última característica no implica una asociación directa. No todos los planchas son consumidores de drogas ilegales ni, mucho menos, todos los jóvenes consumidores son planchas.

otra mirada. Hace tiempo que la expresión "tribus urbanas" se popularizó para definir a los grupos conformados por hippies, punks, skaters, darkies y otras subculturas juveniles. "Se les dice tribus porque son bastante cerradas. Tienen su propia cultura; lenguaje, vestimenta, lugares a los que van", explica el sociólogo Rafael Bayce.

Contrariando la definición que se maneja popularmente, el experto aduce que los planchas no son una tribu, puesto que ni siquiera conforman un grupo. "Los planchas son un personaje común a las distintas tribus. No hay una tribu de planchas, sino que hay planchas dentro de cada tribu".

Decir que los planchas son un grupo es como decir que los rubios son un grupo, opina el sociólogo. "No hay un club de rubios que defiende sus derechos frente a los morochos. Lo mismo pasa con los conchetos o los terrajas. No son grupos sino categorías que algunas personas hacen de otras. De repente a un supuesto concheto le preguntás si se cree así y te dice que no. Para ser de una tribu, tengo que reconocerme como parte de ella".

Con esa visión, Bayce sostiene que un plancha es "alguien que tiene más exageradas las características de la tribu que el resto de sus integrantes. Es más estereotípico que el resto".

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