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Gabriela Sabatini: el tenis, su amor al canto y al café, y los rumores sobre su sexualidad

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Gabriela Sabatini tiene 52 años y se retiró de las canchas con 26. Foto: La Nación.
ENTREVISTA CON GABRIELA SABATINI ALFIERI MAURO 11/10/2013

NOMBRES

Alcanzó la gloria gracias a la raqueta. Hoy es empresaria de perfumes, aficionada al café y toma clases de canto. Se dará el lujo de enfrentar a Nadal y Rudd el 23 de noviembre en Buenos Aires.

Celebró el decisivo triunfo del argentino Guillermo Vilas en el Masters de 1974 cuando tenía 4 años. Doce meses después, se cruzó con su ídolo en un aeropuerto y no se animó a pedirle un autógrafo. Ambas acciones pintan de cuerpo entero a Gabriela Sabatini: era introvertida al extremo -tanto que se quedaba contra la pared en los recreos de la escuela- y entregó su vida entera al tenis. El deporte de sus amores le consumió las 24 horas del día hasta los 26 años, edad en la que se retiró, pero el sacrificio no opacó el sinfín de alegrías que le trajo.

“El tenis me dio mucho más de lo que me pudo haber quitado. Soy una afortunada de haber vivido lo que viví”, confesó a La Nación.

La hizo crecer y madurar de golpe, le sirvió para vencer la timidez porque la ayudó a expresarse; le permitió viajar, hacer amigos por el mundo, y levantar trofeos desde adolescente. Su primera conquista la saboreó a los 15 años en el circuito WTA en Tokio.

unidos por la raqueta

Cumbre de cracks en Buenos Aires

El próximo 23 de noviembre será especial para Gabriela Sabatini: se enfrentará a Rafael Nadal y Casper Rudd, número dos y tres del mundo respectivamente. La exhibición será en el Parque Roca y se da a partir de una invitación que Sabatini hizo a Nadal vía redes sociales, que él aceptó sin dudar:

“Feliz de jugar ese doble mixto contigo cuando vaya a Argentina. Ahora tenemos que encontrar otra jugadora que juegue con Casper y que esté a tu nivel”, contestó el español. Vale aclarar que Sabatini había vuelto a las canchas en mayo pasado para jugar el Torneo de Leyendas de Roland Garros, y llegó a la final.

Flechazo

Nació en Villa Devoto hace 52 años, y aunque se radicó en Suiza (allá tiene amigos, está tranquila y practica deportes de montaña), le gusta volver seguido al barrio para visitar a familiares y amigas.

Empezó a practicar tenis con 6 años para imitar a su hermano mayor, Osvaldo Sabatini, pero arrancó para el frontón porque nadie quería jugar contra ella. “La primera vez que toqué una raqueta me enamoré del tenis”, dijo en nota con ESPN. Pasaba horas pegándole a la raqueta sola contra la pared y llamaba la atención por sus dotes naturales y su técnica fenomenal.

Sus padres advirtieron ese talento, vieron que su hija iba en serio con el tenis y la mandaron a clases con Daniel Fidalgo.

Hizo su primera gira internacional de juniors con 13 años y la pasó mal. Viajó con la tenista Mercedes Paz, se quedaban en casas de familia y en hoteles solas, y Gabriela se despertaba llorando de madrugada porque extrañaba: “Quería volver a mi casa todos los días pero entraba a la cancha y era el mejor momento, me olvidaba de todo”, contó a TyC Sports.

La cancha era su lugar en el mundo. Ahí disfrutaba, podía ser ella y lograba expresar sus emociones. Esa niña súper vergonzosa que no se animaba a pedir para ir al baño en la escuela rompió varias raquetas en el polvo de ladrillo: “Mi madre una vez casi me saca de la cancha por mi malhumor. Me descargaba en la cancha. Después me calmé”, confesó a CNN.

HERMANOS

Gabriela sobre Osvaldo: "No tuvo una vida fácil"

Gabriela y su hermano Osvaldo han sido muy compinches. Él le lleva cinco años, y ella, como buena hermana menor, empezó a jugar al tenis con el mero afán de copiarlo, porque lo seguía en todo. Gabriela empezó a viajar por el deporte siendo una adolescente y la compañía de su hermano le hizo la distancia más llevadera: “Mis primeros años en el circuito viajé con él y era bárbaro. Hablaba y compartía todo con él”, dijo a El Gráfico. En esa misma nota se refirió a lo difícil que fue para Osvaldo que lo tildaran de ‘hermano de’, a pesar de que tenía su carrera de actor y modelo: “Pienso que no tuvo una vida fácil, aunque muchos crean lo contrario. No es común tener una hermana como la que tuvo, eso no le permitía tener vida propia. Pero lo manejó bien y lo ayudé en todo lo que pude”, confesó.

Se dice de mí

Gabriela Sabatini ganó 27 títulos individuales y 14 en dobles, entre ellos un Gran Slam.
Gabriela Sabatini ganó 27 títulos individuales y 14 en dobles, entre ellos un Gran Slam.

Está convencida de que los mejores partidos los jugó contra la alemana Steffi Graf, número uno del mundo en esa época. La venció en el US Open de 1990, y así conquistó su único Grand Slam en mayores. Logró, además, la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, y ganó dos veces el Masters de fin de año de la WTA en el Madison Square Garden, en 1988 y 1994.

Se ubicó tercera en el ranking mundial, y estuvo a solo dos puntos de llegar a la cima del podio. Le costó lidiar con la prensa: sintió la presión que le ejercían por no haber llegado a lo más alto.

“Cuando empecé a ser famosa, que ya estaba entre los primeros puestos del ranking, la prensa empezaba a exigir el número uno y a decir cosas como que entrenaba poco, que me falta esto o lo otro. Me dolía mucho todo eso y tuve que hacer un trabajo importante para poder alivianar la parte tenística, porque yo cargaba con todo ese peso”, expresó a CNN.

No fue el único invento que le tocó oír. Se rumoreó que era homosexual y, si bien no salió a desmentirlo, aprovechó a aclarar los tantos cuando un periodista de El Gráfico quiso saber cómo había manejado esa situación: “Me duele escuchar que digan eso de mí porque no es la realidad. Me molesta que inventen. Pasé momentos muy feos por este tema. Si me enteraba quién decía esas cosas lo enfrentaba. Pero generalmente no dan la cara, van por atrás. En Italia, durante uno de los Abiertos, hasta lo escribieron en un diario. No llegué a hablar con ese periodista, pero papá creo que trató de buscarlo”, reveló.

En esa misma entrevista que data de 1999 declaró que soñaba con formar una familia aunque no se desesperaba. Tiempo después, en una nota con CNN le volvieron a preguntar por qué nunca se había casado y contestó: “Soy una persona a la que le gusta mucho estar sola. Me cuestan un poco las relaciones, tengo muchos amigos y de esa manera quizás completé esa parte. Cuando una es joven siempre sueña con tener hijos, pero siendo más grande nunca tuve esas ganas”.

otras pasiones

Entre bares y micrófonos

Colgó la raqueta a los 26 años y ya pasaron otros 26 más. En ese lapso ha aprovechado para alimentar nuevas inquietudes y otras añejas. Hizo un curso de barista en Suiza y se convirtió en amante del café: le gusta salir a degustar con amigos y también disfruta de prepararlo. Siempre viajó con una guitarra a cuestas porque le fascina la música, y como es íntima amiga de Valeria Lynch, le pidió que le recomendara un profesor para tomar clases de canto. “El maestro quería que cantara (en público). ‘Tenés las condiciones’, me decía. Y yo le contestaba ‘no, pero no quiero hacer esto, o sea ya pasé por esto. Estoy un poco agotada. No quiero otra vez esta exposición. Seguiré cantando en privado, y lo hago todo el tiempo pero en mi casa”, contó en entrevista con CNN.

Ser humana

Se define como alguien simple y dice que no tiene nada diferente al resto. Se pone nerviosa si hay mucha gente esperando por ella. Detesta ser el foco de atención o hablar de sus logros deportivos. Para evitar que algo así sucediera dejó de asistir a un reencuentro de exalumnos del colegio: “Sentía que no tenía nada que ver con ellos y por el hecho de ser conocida no quería ser el centro de la reunión”, explicó a El Gráfico.

Le gusta mostrarse tal cual es. Tiene los pies sobre la tierra y dice que siempre le importó más la persona que la tenista.

Se retiró joven, con 26 años, porque la invadió la fatiga psicológica, le pesaba entrenar y dejó de disfrutar estar en cancha. Y cuando deja de pasarla bien, se aleja. Desde entonces, se enfocó en su rol de empresaria: ha hecho proyectos inmobiliarios con amigos y mantiene su línea de perfumes desde hace 36 años.

Tras dar un paso al costado se dedicó, sobre todo, a sacar jugo a la libertad, que según repite, es su palabra favorita porque es lo que siempre buscó y añoró.

“Disfruto la libertad, que no tenía cuando jugaba, de poder hacer lo que quiero: no tengo que levantarme, ir a entrenar, almorzar, volver a entrenar. Hoy decido cada día y disfruto de no tener que acostarme temprano y poder quedarme leyendo, mirando TV, ir al cine, a visitar a mi hermano y mis sobrinas. Disfruto mucho esas cosas pequeñas”, le contó a TyC Sports.

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