Estrés causa dolor de cabeza

MARIA INÉS LORENZO

Cada vez más los niños se quejan de dolor de cabeza. No es casual, ni tampoco demasiado fisiológico. Tiene relación a la actual vida que llevan, repleta de actividades académicas y extracurriculares. A eso se le suma presiones familiares, sociales, deportivas, entre otras.

"Las cefaleas progresivas han aumentado en los chicos en el correr de las últimas décadas. Antes tenían una prevalencia de 20% y ahora del 50% aproximadamente", afirmó el profesor Dr. Leopoldo Peluffo, pediatra de la Asociación Española y docente de la Facultad de Pediatría.

Las características de la vida moderna lleva a los niños en forma recurrente a los consultorios de pediatras. Ellos compiten en lugar de jugar, presentan problemas emocionales, presiones y estrés, que les acarrea cefaleas agudas recurrentes de tipo tensional.

El dolor de cabeza tensional comienza alrededor de los 7 u 8 años, hasta los 15 o 16, y "cada vez se está expandiendo más", se lamentó Peluffo.

Jugar para divertirse, no sobreexigirles dentro del núcleo familiar y escolar, son algunas de las recomendaciones para evitar los dolores de cabeza, aseguró el experto.

"Los requerimientos que se le deben dar al niño tienen que ser proporcionales a su capacidad de respuesta. De lo contrario, las consecuencias pueden llevar a la ansiedad, al estrés y la depresión", explicó el pediatra.

"No significa que el dolor lleve a la depresión; la causa del dolor es un síntoma y cuando éste se convierte en crónico aparecen los trastornos patológicos", enfatizó.

VORAGINE. Los niños ya no se divierten sanamente como antes. Viven inmersos en la vorágine de mundo que no disfrutan y no les hace bien.

"Las cefaleas tensionales modifican la calidad de vida del chico y del adolescente, no tanto por la intensidad sino por la persistencia. Además, se acompañan con otros síntomas como los psico-emocionales. Como consecuencia, el niño se siente cansado, pierde el apetito y no tiene ganas de hacer cosas", reflexionó Peluffo.

En Uruguay no existen estadísticas sobre la cantidad de niños que sufren dolores de cabeza. Pero, estudios científicos realizados en algunos países del mundo en 1974, revelan que el 14% de los menores entre siete y nueve años, tuvieron dolor de cabeza. En los realizados alrededor de 1992, el 51% padecía cefaleas, según relata el pediatra.

Ese aumento sensible se produce por la ausencia de cambios sustanciales, ecológicos, y sociales importantes. "De ahí, se supone que la variable puede ser la exigencia que el mundo moderno tiene sobre determinada población".

REFLEXIÓN. Detectar los dolores de cabeza no es un problema. En forma ingenua, el niño se queja con frecuencia y durante un tiempo prolongado. Normalmente lo hace en la mañana, ante el inicio de su jornada escolar o liceal.

"Lo primero que se recomienda es consultar al médico para analizar cuál es la situación psicológica que hace que el individuo se sienta desbordado y tenga dolor. Luego se modifica la circunstancia que desencadena la cefalea. Por lo general, se trata de no diagnosticar medicación, sino de concientizar a la familia y disminuir las presiones sociales que le imponen al niño", señaló el profesor.

"Se debe reflexionar desde todo punto de vista, y no olvidar que el médico o pediatra es quien tiene el papel de regulador de las actividades que el niño y el adolescente pueden realizar o no", puntualizó.

DISFRUTAR. La familia muchas veces trata con displicencia las cefaleas de los niños; niega la incidencia de factores emocionales, y piensa que el dolor es ocasionado por un tumor o aspectos graves, según el pediatra.

Lo cultural influye en forma muy significativa. "Los niños incorporan permanentemente de su entorno y de sus padres los mensajes: que tienen que triunfar y ser muy buenos en lo que hacen. La vida es una especia de carrera, en todo tienen que descollar".

¿CONSEJOS? Los progenitores deben aconsejar a sus hijos metas claras, y que sean acordes con las exigencias escolares. Ellos pueden estudiar idiomas o realizar otras actividades, si están debidamente capacitados para eso. No se les debe exigir lo que no pueden. Deben realizar una vida sana, higiénica, recreativa y con ejercicio físico.

Los chicos de hoy están muy atareados y su tiempo libre no lo aprovechan de manera saludable ya que están ocupados por destacarse en todos los ámbitos, dijo Peluffo.

Actualmente, la fantasía y la ilusión propias de la niñez son vivencias desconocidas para los chicos. Las consultas que reciben los pediatras y neuropediatras por los dolores de cabeza de tipo tensional se han triplicado en la última década, según datos estadísticos.

Justamente, el neuropediatra Leopoldo Peluffo recientemente participó en el XIV Congreso Latinoamericano de Pediatría, que se celebró en Punta Cana con más de cuatro mil especialistas. La conferencia del médico uruguayo se centró en los dolores de cabeza de tipo tensional. El experto no califica el fenómeno como algo grave, pero sí muy serio, por lo cual tanto médicos como familias deben reflexionar sobre el tema. "Yo no sé que le pasa, si lo tiene todo" se preguntan muchos padres en la consulta. Claro creen que lo tiene todo, pero muchas veces lo que le hace falta es comunicación, porque no saben cómo entablarla o porque, con tantas actividades no tienen tiempo para estar juntos padres e hijos".

Según el especialista, una cosa es jugar al fútbol y otra diferente es intentar ser Maradona. "No hay duda que incide el factor social, la necesidad de éxito, la competencia, lo que lleva al niño de clase media a padecer hoy esos trastornos".

Aumentaron las cefaleas en última década

Hay varios tipos de cefaleas, según los expertos. En primer lugar, se encuentran las orgánicas, que tienen una causa biológica (una enfermedad), dentro del sistema nervioso. También están las esenciales (denominadas tensionales y migrañas), en las que se conocen los mecanismos que las provocan -emocionales, psicológicos, culturales- pero no se sabe la causa que las desencadenan.

La cefalea es una enfermedad fuera del sistema nervioso, como un trastorno agudo que comienza rápidamente y dura un período relativamente corto.

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