En 2018 un grupo autoconvocado de funcionarios, técnicos administrativos, investigadores y docentes del Instituto de Higiene (Avenida Alfredo Navarro, al lado del Hospital de Clínicas), entendió que la entrada del instituto, hasta aquel momento utilizada como estacionamiento, podría ganar nuevos aires. Para eso, crearon el grupo Espacio Verde IH, con la intención de trabajar colectivamente y transformar el lugar. La idea era que, en medio de tantos edificios de valor patrimonial en la zona, el patrimonio natural también tuviera protagonismo.
“Nos planteamos hacer una recalificación del espacio, traer la naturaleza a la ciudad y reconectar con nuestra flora nativa. Por eso, el uso de especies autóctonas en el jardín es un elemento fundamental en su conformación”, cuenta a Domingo Sandra Henry, integrante del equipo responsable.
Para concretar la idea, articularon con diversas instituciones como la Facultad de Arquitectura de la Udelar y la Intendencia de Montevideo, además de viveros locales. La primera etapa del proyecto se realizó con éxito, pero luego de la pandemia, el jardín sufrió un deterioro por falta de mantenimiento. Para evitar que todo el trabajo realizado se perdiera, en 2024 el equipo idealizador logró, en coordinación con la dirección del instituto, la contratación de una empresa de mantenimiento que va en forma mensual a cuidarlo y que ha posibilitado la modificación paulatina de los canteros y senderos.
“Este proceso está en construcción y continúa según las estaciones del año, cuando se pueden hacer determinados movimientos de planta o de tierra”, comenta Cecilia Valenzuela, otra integrante del equipo.

A principios de este año lograron incorporar nuevos ejemplares nativos y actualmente el jardín cuenta con más de 40 especies diferentes. Esa diversidad atrae también a animales y microorganismos que colaboran en la polinización de las plantas y en la diversidad del espacio.
“Con esto estamos también potenciando el contacto de quienes utilizan el espacio, para que conozcan no solamente el potencial ornamental, sino la función ecológica del jardín”, dice Henry, quien entiende que este espacio puede servir también como disparador educativo, dado que permite el acercamiento al patrimonio natural y cultural.

Recientemente, además del plantío de nuevas especies, el equipo Espacio Verde IH ha logrado instalar un sistema de riego en el jardín, para que el mismo no dependa únicamente de la situación climática. Por otro lado, sus responsables están evaluando plantar árboles nativos de la especie Quillaja Brasiliensis.
“Este árbol genera a través de sus hojas una sustancia llamada saponina que es utilizada en diferentes protocolos de investigación vinculados con la formulación de vacunas experimentales para combatir virus como el de la gripe, el SARS-CoV-2, también el que provoca diarrea, herpes y algunos parásitos”, cuenta Henry.
Así, sostiene, el jardín no solo tiene un potencial natural y cultural, sino que también representa un paso más en el trabajo de vincular la flora nativa a las investigaciones realizadas por la institución.
“Es una oportunidad para que la comunidad observe y experimente la riqueza de la naturaleza. Invitamos a toda la ciudadanía a que se acerque y lo explore”, finaliza.