DR. PABLO PERA PIROTTO
En estos días de calor en los que es inevitable andar con poca vestimenta, es un problema para muchas personas intentar esconder ciertas zonas del cuerpo con exceso de adiposidad. Esto es algo que se observa tanto en mujeres como en hombres, variando los sectores que se ven afectados.
Por ejemplo, en el sexo femenino, la grasa suele acumularse a los costados de los muslos (lo que se conoce como "pantalón de montar", al recordar la vestimenta de quienes practican hipismo), debajo de los glúteos y en el sector interno de los muslos (entrepierna).
En los hombres, en cambio, el problema se presenta en el abdomen, sobre todo a los costados, en los flancos, áreas conocidas popularmente como "rollos" o "flotadores".
De todas formas, estas zonas también se ven afectadas con frecuencia en muchas mujeres, a las que les resulta muy difícil reducir su volumen. Es que este tipo de adiposidad localizada es muy difícil de eliminar mediante la actividad física o solo realizando dietas hipocalóricas. Es por eso que hace ya varios años se creó la lipoaspiración o lipoescultura, con la que se obtienen muy buenos resultados. Esta técnica quirúrgica se realiza normalmente con anestesia local, salvo que la extensión corporal a intervenir sea demasiado grande y requiera la utilización de anestesia general. A través de pequeñísimas incisiones de pocos milímetros que se ubican en sitios específicos para que sean poco notorias, se introducen cánulas especiales para succionar la grasa en exceso. Una vez completado el proceso, es importante seguir las indicaciones del especialista para lograr los mejores resultados. Entre los cuidados postoperatorios más importantes está la utilización de fajas compresivas durante varios días, así como el tratamiento para acelerar la reabsorción de los hematomas que aparecen en las áreas intervenidas.
No hay que perder de vista que se trata de un acto quirúrgico que debe ser llevado a cabo en una sala de operaciones debidamente equipada y por profesionales médicos entrenados en su realización.
DISOLVER LA GRASA. Pero no siempre es posible hacer una lipoaspiración; hay personas que no pueden someterse a esta cirugía por tener distintas patologías, o simplemente porque no tienen tiempo o no desean pasar por su postoperatorio. Por eso, en los últimos años ha surgido otro tratamiento que se conoce como lipodisolución.
Esta terapéutica se realiza en consultorio en forma ambulatoria, es decir, los pacientes pueden retornar a sus actividades habituales después de cada sesión. Se basa en la inyección de una sustancia llamada fosfatidilcolina, que produce la disolución de la grasa acumulada. A diferencia de la lipoaspiración, el tejido adiposo en exceso no se extrae sino que se destruye y luego es eliminado por el organismo a través de la orina. Este proceso se realiza en forma gradual y esa es la razón por la que debe pasar un período no menor a diez o quince días para repetir el tratamiento. Es normal que se produzca una leve hinchazón y enrojecimiento de las áreas tratadas durante las primeras 24 o 48 horas, y en algunos casos pueden constatarse pequeños hematomas en algunos sitios de punción, que siempre desaparecen. En la lipodisolución también es muy importante el uso de fajas o calzas compresivas así como la ingestión de abundante líquido para obtener los mejores resultados con mayor celeridad.
Cuando este tratamiento médico es aplicado por especialistas experientes se logran muy buenos resultados, que ayudan a mejorar zonas corporales tan problemáticas para muchas personas.
Pero debe quedar claro que no es una terapéutica para tratar grandes obesidades ni tampoco se aplica cuando el objetivo es bajar muchos kilos de peso. Modelar en busca de la armonía es su objetivo, por lo que puede asociarse a otras terapéuticas o distintos aparatos médicos que potencien sus resultados.