Hace no tanto, el gran salto tecnológico para los adultos mayores fue dejar atrás el teléfono de línea y animarse al celular. Hoy, el desafío se llama inteligencia artificial (IA): una herramienta que atraviesa la vida diaria y el mundo del trabajo, y que crece a un ritmo tan acelerado que amenaza con profundizar la brecha digital.
Para enfrentar ese escenario, Eidos Global, con el apoyo de Google.org, presentó en Uruguay EsencIA, un programa gratuito y 100% online que busca alfabetizar en IA a personas mayores de 50 años y también a formadores que luego repliquen la experiencia.
“Lo que buscamos es acercar la inteligencia artificial como una herramienta para la vida cotidiana en distintos ámbitos, pero entendiendo que para hacer un buen uso necesitamos hacerlo de manera responsable”, dice Cecilia López Mendieta, integrante de Eidos, en diálogo con Domingo.
La formación incluye alrededor de 12 horas de contenidos con fundamentos de big data y machine learning, ética y sesgos, validación de información y aplicaciones prácticas de IA generativa.
El diseño pedagógico está pensado para la llamada “población silver”, con dinámicas de aprendizaje entre pares y un fuerte énfasis en habilidades socioemocionales. “Entendemos que es un proceso donde se atraviesa mucha vulnerabilidad, porque estamos aprendiendo algo que no sabíamos, pero también hay una apuesta fuerte a aprender con otros”, agrega.
Para Agustín Batto Carol, fundador de Eidos, el proyecto responde a un fenómeno más amplio: “Estudios demográficos hablan de una crisis global que va a cambiar el sistema productivo y, sobre todo, el sistema de estudio y de trabajo. Se trata de tres grandes transformaciones: el cambio climático, el cambio demográfico y el cambio tecnológico, claramente con la inteligencia artificial como protagonista”. América Latina, apunta, atraviesa esa transición a gran velocidad: “En los próximos 18 años vamos a estar demográficamente igual que Europa, pero sin haber construido políticas públicas para la población más 50. Por eso creemos que es fundamental abrazar el aprendizaje para toda la vida como una necesidad cultural e institucional”.
En esta primera etapa, el programa formará a 150 replicadores comunitarios, con un impacto indirecto estimado en casi 10.000 personas. Además, 400 adultos mayores de 50 accederán a capacitación directa.
Rosa y Tabaré, los protagonistas
Tabaré Ribas tiene 81 años y asegura que hasta hace poco nunca se había lanzado a usar herramientas de inteligencia artificial. “La resistencia que tenía era la misma que tuve cuando pasamos del teléfono de línea al celular. Ni qué hablar del WhatsApp, y hoy si no lo tenés es como no tener hígado”, bromea. Lo que más lo sorprendió fue la amplitud de usos que fue descubriendo. “Primero lo probé con algo light: yo pinto, y con mis pinturas armé un cuento infantil con los nombres de mis nietos. Pero también lo usé en el armado de un proyecto que presenté en el BID sobre economía plateada. Así que pasé de un cuento infantil a un proyecto internacional”, dice.
Titular de un residencial de adultos mayores, Tabaré explica que la IA se transformó en aliada de sus planes. Entre ellos, crear un club de residentes diurnos con actividades terapéuticas, capacitar a acompañantes en habilidades blandas y hasta pensar un “Tinder de amigos” para combatir la soledad no deseada. “La idea es usar la tecnología como puente: que un veterano que no se anima a entrar a la IA pueda preguntar y recibir apoyo. También pienso en un sello de calidad para residenciales que incluya la parte emocional. Le estoy sacando mucho provecho”, resume en diálogo con Domingo.
A los 54 años, Rosa Gallego también encontró en EsencIA un espacio para fortalecer lo que ya venía explorando como coach financiera. “Si no te subís a ese barco, te quedás afuera”, dice. Con mirada a futuro, Rosa lo resume en tres ejes: formación permanente, hacerse amigo de la IA y aprender a manejar el dinero. “Los más de 50 somos analógicos, pero si a eso le sumás lo nuevo nos volvemos un potencial enorme. Los 50 de hoy no son los mismos de antes: tenemos mucho para aportar y la inteligencia artificial puede potenciarnos”.