GABRIELA VAZ
Martes, 11 de la mañana. Una cola de 25 personas espera en la puerta de Canal 12, a que comience el casting de humoristas que la emisora promocionó en los días previos. Algunos postulantes aguardan desde las 8 de la mañana, pensando que la convocatoria sería bastante más masiva. Pero si bien la llegada de participantes continúa sostenida a lo largo de la tarde, apenas completarán unos 80 asistentes.
"Hicimos bastante promoción, pero tampoco queríamos 500 personas. El que está realmente interesado seguro que llega", apunta el guionista Andrés Tulipano, uno de los productores a cargo de la selección.
El grupo que encabeza la fila hizo buenas migas y se divierte bromeando para hacer pasar el tiempo más rápidamente. Marta, una señora bajita de 65 años —y una de las ocho mujeres que forman la cola a esa hora—, habla constantemente, socializa con facilidad y saluda con gran entusiasmo a cada cara conocida que sale del canal. "Vieron qué linda que es!", opina tras darle un beso a María García; "¡qué divino que sos! Es tan tierno este chico", sentencia al ver salir a Gastón Solé, movilero de Bien Despiertos; "qué bien que está Tulipano", dice con carita soñadora cuando el productor se asoma para dar algunas explicaciones.
Cuando pasa el meteorólogo Guillermo Ramis, el alboroto es más generalizado. "Hoy llueve, Guillermo!", le gritan varios divertidos. Todos los aludidos sonríen, saludan y algunos se acercan a cruzar unas palabras con los postulantes. Tras la falta de famosos, la curiosidad se vuelca hacia los periodistas. "¿Tu venís para el casting? Ahh, ¿sos de El País? Yo participé en el comercial con Rada!! Era la que abría los brazos así, ¿te acordás? Fue mi primera experiencia en un aviso", cuenta Marta sonriente y con ganas.
Momentos después un productor de Radio Futura, emisora que queda a metros de Canal 12, se acerca y pregunta: "¿Se animan a hacer un móvil para el programa de Escanlar?". La respuesta sin dudas no se hace esperar: "Más bien!". El chico se va conforme y los participantes vuelven a lo suyo: charlar, leer rutinas y esperar. ¿Muchos nervios? "Noooo, te parece", bromean. "Pero la joda y esto del móvil distiende un poco".
Los integrantes de la fila conforman un grupo bien dispar. Si bien la enorme mayoría son hombres jóvenes, no faltan personajes bastante singulares. Una llamativa participante es una platinada y producida señora de 69 años, que aparenta como mínimo diez menos, y resulta ser la Reina de la Tercera Edad. Está acompañada de su marido, con quien piensan hacer una rutina que incluye bailar un tango, pero la espera pinta larga y se van con la promesa de volver. "Así como los viste, tan ‘proli’, se fueron en bicicleta", acotan otros integrantes de la cola de las ilusiones al ser consultados sobre el destino de la pareja.
Unos 20 minutos pasadas las 11, Andrés Tulipano sale a la vereda y reuniendo a los postulantes a su alrededor cual guía turístico, anuncia: "ya van a comenzar a pasar, pero quiero recordarles que esto no es una competencia, sino que estamos buscando diferentes perfiles. Quédense tranquilos, que está todo bien y pueden volver a empezar si se ponen nerviosos".
Mientras comienzan a ingresar al canal en tandas, la cola de la vereda suma nuevos integrantes. Una señora muy arreglada, con pinta de ejecutiva, cae como desprevenida. "¿Sabes bien para qué es esto?". Se informa y se queda en la fila. "Yo estoy en marketing", explica. "Pero mire que esto un casting para humoristas". Inmutable continúa: "bueno, yo siempre fui medio payasa".
Dos chicos conversan animadamente, aunque se nota el cansancio de la espera. Ambos son estudiantes de teatro. Uno de ellos carga teclado, trípode y cubo de sonido, lo que incluirá cuando le toque pasar al frente de esa especie de mesa de examen. Es que la situación recuerda mucho a esa época. Cada participante que sale debe responder a un aluvión de preguntas de rigor, que se repiten sin cansancio: "¿Cómo te fue? ¿Qué te pidieron? ¿Cómo era todo?".
Una asistente de producción sale cada tanto a hacer pasar a los aspirantes y reparte algunas hojas entre los que quedan primeros para entrar. "Los que tienen letra clara lo llenan y los que no esperan, que lo llenamos nosotros. Lean bien porque lo tienen que firmar". Se trata de una autorización que pide el canal para utilizar las imágenes que se capten en el casting con el propósito de difundirlo. La mayoría firma el papel sin contemplaciones, pero un señor discute acaloradamente acerca de su contenido.
"Claro, si no quedo pueden usar mi imagen y no me pagan nada. ¿Y si me usan para un comercial? Es una barbaridad. Si traigo un abogado, los levanto", opina al tiempo que emprende su retirada.
Otro muchacho lee el papel y sigue su camino. Pero, de los 80 aspirantes, 78 se quedan a probar suerte. Algunos de la cola les toman el pelo a los dos que se fueron. "Ah si, yo mínimo parteneur de Gasalla, sino, no utilicen mi imagen". "Este tiene miedo de que lo pongan en Internet. Ojalá!, y si tenés suerte capaz que alguien te reconoce y todo".
CHISTES,ILUSIONES Y EXPECTATIVAS
En uno de los estudios más grandes del canal, destinado a albergar El show del Mediodía cada domingo, se montó una escenografía especial para los concursantes. Tres camarógrafos, sonidista, director, productores, asistentes y algún que otro agregado —como la prensa—, se aprontan a presenciar las primeras actuaciones. "Este casting es un llamado abierto, no apunta a ningún programa específico. Hacía mucho que no se hacía algo así. Fue una propuesta de Ideas del Sur. Ellos vinieron, hicieron el casting para niños y ‘30 Segundos de Fama’ de Showmatch, y quedaron muy sorprendidos con la gente que vino. Le rinden un tributo al humor uruguayo que nosotros no. Entonces nos dijeron de hacerlo, para que el canal se forme una base de gente que luego pueda llamar", explica la productora Alejandra Borques.
Sobre las 11.50 entró el primer participante. A partir de entonces, desfilaron delante de cámaras decenas de ilusiones y expectativas, algunas más desenvueltas que otras. Los concursantes sacaron a relucir sus mejores baterías de chistes, sus actuaciones más preparadas y hasta monólogos escritos por ellos mismos. En ocasiones, tras la rutina preparada, los productores solicitan alguna clase de improvisación, pero sin condiciones; "si te animás está bien, pero no te sientas presionado que no hay problema", acota Andrés Tulipano a cada aspirante a quien le pide ese pequeño plus.