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Cómo se reconstruyó la trágica defensa de la ciudad de Paysandú

Los 30 días del asedio a La Heroica son recreados virtualmente para observar la historia de una nueva forma y acompañar la última novela de Diego Fischer

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Reconstrucción virtual de la Defensa de Paysandú

La reconstrucción virtual de Paysandú en 1864 fue el desafío más complejo al que se tuvo que enfrentar Daniel Thul desde el proyecto del conventillo Mediomundo. Incluso más que la recreación de la Isla de Flores en tiempos del “Hotel para Inmigrantes” (1911) que dio a conocer en 2019. La principal dificultad ahí fue el modelado de las tres islas con su forma irregular, costas erizadas y fuertes escollos sin haber realizado un escaneo total con un dron. Pero la Isla de Flores, conocida como la isla del Purgatorio, solo tenía unas 20 edificaciones, entre ellas, el lazareto, la comandancia o el desinfectorio. Paysandú fue otra cosa. Aquí se reconstruyeron 800.000 metros cuadrados de territorio, con 60 manzanas y 550 edificaciones. Y no se las muestra en una postal. Van derrumbándose, igual que lo hicieron en la realidad, a medida que el tiempo corre desde el 2 de diciembre de 1864, día en el que comenzó el sitio, hasta el 2 de enero de 1865, día en que el general Leandro Gómez resistió, como juró, hasta sucumbir.

Si bien usted tiene que ver el resultado por sí mismo -accede al video completo a través del código QR que aparece en el último libro del Diego Fischer-, Andrés Oberti, director del Centro de Documentación Daniel Vidart de la Intendencia de Paysandú y amplio conocedor de la historia de la Defensa de Paysandú, se anima a afirmar para entusiasmarlo: “Da para soñar con una película en serio”.

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Reconstrucción virtual de la Defensa de Paysandú
LAS CARTAS QUE SELLARON EL PACTO DE ANIQUILACIÓN

El precio de una traición, la última novela de Diego Fischer, se basa en una investigación realizada por el autor y el periodista Rodrigo Guerra. Además de estudiar toda la bibliografía existente sobre la Defensa de Paysandú, Fischer y Guerra revisaron los materiales disponibles en el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Nacional, el Centro de Documentación Daniel Vidart de la Intendencia de Paysandú y el Museo Histórico Nacional. Aquí se accedió al archivo Leandro Gómez, el que contiene documentos donados por uno de sus hijos. De ahí se obtuvieron cartas y el Cuaderno de Órdenes Generales y del Cuerpo de la Defensa.

“Teníamos información sobre Leandro Gómez, otro tanto sobre Venancio Flores, otro tanto sobre Bartolomé Mitre, pero nos faltaban piezas muy importantes que era la posición de Brasil”, cuenta Fischer. Por lo tanto, viajaron a la Dirección de Patrimonio Histórico y Documentación de la Marina de Brasil en la ciudad de Rio de Janeiro.

“Accedimos a unos 100 documentos. Había tres tomos sobre la Defensa de Paysandú”, relata el autor con entusiasmo. Tuvieron la suerte de que el barón de Tamandaré tenía “una caligrafía limpia” y las cartas eran perfectamente legibles (algunas pueden ser vistas en el anexo del libro); fueron traducidas por una profesional. “Ahí el puzzle quedó completo”, asegura Fischer.

Así lo apunta en el libro: “Encontrar las cartas que Tamandaré le envió a Flores en 1864, en las que el almirante de la Marina Imperial pasó en limpio el pacto firmado con el caudillo colorado en Santa Lucía, que establecía el aniquilamiento de Paysandú, para luego marchar sobre Montevideo, y finalmente sumarse a la Guerra de la Triple Alianza, fue un hallazgo mayor”.

Así se recreó el asedio.

No le faltan méritos a la historia para que Netflix se interese por ella. Más de 10 mil hombres bien armados y apoyados por la flota naval más poderosa de América del Sur atacaron durante 30 días una ciudad que fue defendida por mil hombres mal pertrechados.

Diego Fischer la relata en su última novela, El precio de una traición. Leandro Gómez: “Morir mil veces luchando” (Editorial Planeta), para la que accedió a documentos inéditos, entre ellos, cartas entre el almirante Joaquim Marques Lisboa, más conocido como el barón de Tamandaré, y Venancio Flores, en las que queda explícito el “pacto” entre ambos para aniquilar Salto (que se rindió sin pelear) y Paysandú, y marchar sobre Montevideo. También incluye cartas de Leandro Gómez y pasajes de su Cuaderno de Órdenes Generales y del Cuerpo de la Defensa, entre otros elementos.

Pero un documento rescatado -estaba muy deteriorado y se recuperó digitalmente- del Centro de Documentación Daniel Vidart fue el que hizo posible la reconstrucción virtual. Se trata de un mapa que presenta cómo era la ciudad aquel diciembre de 1864. Su hacedor, Antonio Montero, midió absolutamente todo con pasos, no escatimó en detalles: desde cuáles eran las viviendas incendiadas a cómo se trazaron las trincheras.

El plano aparece impreso en las tapas interiores del libro pero deberá ver la obra de Thul para apreciarlo al máximo. “Complementa visualmente todo aquello que nos imaginamos; son dos miradas diferentes dentro del mismo mundo”, dice el arquitecto a Domingo.

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Reconstrucción virtual de la Defensa de Paysandú

Montero hizo un relevamiento manzana por manzana y especifica en cada padrón cómo era la construcción del lugar, el nombre de su propietario (cuando lo sabe), de qué tipo era la construcción o si había sido incendiada en el enfrentamiento. Así Thul pudo modelar cada calle de la primero defendida y luego caída Paysandú para que todo sea lo más real posible. Tenía la información de si era una casa de un piso o de dos, si era un rancho o edificio de ladrillos, o si tenía techo de zinc, o si tenía un cerco de troncos o un murete.

Por ejemplo, si busca la primera manzana hacia el norte desde Plaza Constitución, entre las calles Del Plata (hoy Zorrilla de San Martín), Uruguay, Monte Caseros y Florida, verá que el mapa le dice que el almacén de Marcelina Lavalleja era un rancho que fue incendiado, pero lo más trágico es que allí Montero dibujó que había visto varios cadáveres quemados. Y cerca de allí, a la vivienda de los Paredes, construida con material al lado de la comandancia, le marcó que ya no quedaban en pie varios de su muros y que en su interior había siete sepulturas. En la reconstrucción verá cómo deja de ser un lugar apacible para convertirse en los despojos de la batalla.

El mapa daba mucha información valiosa pero el realismo exige más. Entonces Thul lo que hizo fue trasladar la escala de pasos a metros (primero de varas a metros porque Montero aclara que cinco pasos eran siete varas, por lo tanto, siete varas son 7,7 metros). Para armar bien las proporciones del modelado superpuso el plano confeccionado por Montero con fotos áreas actuales solo para descubrir que coincidían más bien poco así que tuvo que rehacer manzana por manzana y calle por calle con las medidas reales. “Obtuve un nuevo mapa de 1865”, cuenta.

Quizás ya pensó en algo que a Thul le sacó el sueño un par de noches. Y es... ¿qué pinta tenía un rancho o una casa en Paysandú en esa época? Para evacuar la duda solo podía recurrir a una decena de fotografías que se conservan en la Biblioteca Nacional, el Museo Histórico Nacional y el Centro de Documentación Daniel Vidart y que, en general, retratan los destrozos. No obstante, esa información fue oro. En la actualidad solo se conservan una o dos viviendas -las buscó milimétricamente por Street View- y dos edificios emblemáticos: la iglesia (hoy Basílica Nuestra Señora del Rosario y de San Benito de Palermo) y la Jefatura de Policía. La iglesia fue la que sufrió una destrucción mayor.

La colaboración entre Thul y Oberti fue fundamental para recrear los edificios desaparecidos como el mercado, el Banco de Mauá, el Monumento a la Libertad o el Baluarte de la Ley donde se colocaron los tres mejores cañones.

“En el video se puede ver el Paysandú intocado, luego cómo se empieza a cercar la ciudad. Es Paysandú preparándose para defenderse”, cuenta Thul. Sigue lo inevitable: se empiezan a disparar los cañones y se oyen gritos. “La animación final tiene los incendios como estaban indicados en el mapa. La destrucción de la iglesia y del Baluarte de la Ley es como en las fotografías”, aclara. La reconstrucción completa le llevó ocho meses de trabajo.

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Así quedó la iglesia de Paysandú tras la defensa
Biblioteca Nacional
CÓMO AVANZÓ LA TÉCNICA DEL MODELADO

La herramienta esencial en las reconstrucciones virtuales patrimoniales de Daniel Thul es BIM, un software para crear representaciones digitales. “¿Esto -la recreación de la Defensa de Paysandú- lo podría haber hecho hace 10 años?”, se pregunta a sí mismo. No dudó mucho la respuesta: “Casi... o muy díficil”. Quizás lo habría hecho pero no al detalle de la pieza final y no en el tiempo que insumió su realización. Y explicó: “Hace 10 años, una animación de 10 segundos te demoraba una hora; hoy lo podés hacerla en 30 segundos”. No solo mejoraron los tiempos de la técnica sino que ahora la renderización puede ser previsualizada, por lo que se pueden mejorar texturas y luces antes del proceso.

Hasta sucumbir.

Mientras usted lee El precio de una traición de Diego Fischer puede ver el video de Thul al mismo tiempo o dejarlo para después. De cualquier forma, el escritor asegura que se sentirá “en el lugar de los hechos”. A su juicio, “logra dimensionar la tragedia y la epopeya de Paysandú”. La palabra la eligió específicamente: es aquella que define el conjunto de hechos gloriosos dignos de ser relatados épicamente.

En la reconstrucción virtual no verá a los protagonistas pero sí sus actos (Oberti dice que lo único que le falta al video son personas en medio del desastre pero bromea con que ese era otro presupuesto). Verá la Paysandú que había hecho crecer el coronel Basilio Pinilla, jefe político del departamento, quien falleció poco antes del sitio. Paysandú contaba con 11 mil habitantes; casi cinco mil vivían en la ciudad. Él fue quien ordenó el trazado de calles, plazas y caminos y colocó el Monumento a la Libertad en la plaza principal que más tarde Montero dibujaría entre los escombros y 159 años después recrearía a la perfección el arquitecto Thul.

Verá cómo respondió la ciudad a un Leandro Gómez motivado por su lema de “independencia o muerte”. “Era un gran caudillo. Fue un militar que se inmoló, no por la divisa blanca, sino por la patria, por la independencia del territorio oriental”, cuenta Fischer a Domingo.

De las cartas publicadas en su libro, el autor destaca la que fue escrita el 25 de diciembre, pocos días antes de su muerte, y dirigió al presidente de la República en ese entonces, Atanasio Aguirre: “Han aparecido debajo de los escombros ocasionados por el bombardeo algunas infelices mujeres y niños hechos pedazos. Esta es una gloria más para el infame gobierno brasilero”. Eran esos cadáveres y sepulturas que Montero se limitó a indicar con cruces y otros símbolos en el mapa.

Fischer agrega: “Descubrí la figura de Leandro Gómez en toda su dimensión y más allá de cualquier visión partidaria. Era un hombre de un enorme carisma que queda demostrado en los mil hombres que le tocó comandar. Era un hombre culto y un artiguista de la primera hora que no se separó de sus principios. Él creía que estaba en juego la dignidad de una nación”.

Verá también la imponente flota brasilera que bombardeó la ciudad. Verá cómo era la cañonera Recife, donde permanecía a bordo el propio Tamandaré, las corbetas Belmonte y Paranahiba y las cañoneras Ivahy y Araguaia, que habían traslado un contingente de fusileros de la Infantería de Marina.

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Reconstrucción virtual de la Defensa de Paysandú

Y en la reconstrucción virtual verá el final de la historia: el Paysandú arrasado por la ambición de Venancio Flores, en su calidad de Jefe de la Revolución de la República Oriental del Uruguay, y el barón de Tamandaré.

Gracias a las cartas que aporta El precio de una traición comprenderá más sus intenciones. En diálogo con Domingo, Fischer deja un adelanto: “Brasil seguía teniendo la apetencia del reinstaurar la Provincia Cisplatina”. Al mismo tiempo, la Argentina de Bartolomé Mitre mantenía sus aspiraciones de “hacerse del territorio oriental”. El trato era que Brasil extendería su soberanía hasta el Río Negro y el sur sería repartido entre los dos gobiernos.

Además, el escritor ahonda en temas soslayados como el de la esclavituden Brasil, uno de los detonantes del conflicto. Uruguay ya la había abolido en 1830 y había promovido su alfabetización e inserción en la sociedad. En respuesta, los esclavos de los grandes estancieros de Rio Grande do Sul huían hacia Uruguay buscando la libertad.

“Tamandaré, (José Luis) Mena Barreto -comandante de las fuerzas terrestres brasileñas que sitiaron Paysandú- y (Antonio) Souza Netto -terrateniente brasilero que se trasladó con sus esclavos a Tacuarembó- eran oriundos de Rio Grande do Sul e integrantes de familias de poderosísimos estancieros. ¿No da qué pensar?”, increpa el autor.

El próximo 2 de enero se conmemoran 159 años de la muerte de Leandro Gómez. En Paysandú, a juicio de Oberti, “es un día de recogimiento” y aunque haya sido la “consumación de la derrota”, la muerte del general fue una muerte “heroica”. Y añade: “También fue una muerte provocada. No debería haber muerto. En toda guerra, cuando queda prisionero el comandante de uno de los bandos, se firma la rendición. A Leandro Gómez lo llevan detenido para juzgarlo pero lo terminan fusilando a tres manos. Esa fue la traición”.

EL MAGO DE LAS RECONSTRUCCIONES VIRTUALES

Varios edificios han vuelto a la vida, aunque sea virtualmente, gracias a las reconstrucciones del arquitecto Daniel Thul. En los últimos años ha difundido su minucioso trabajo de investigación y reconstrucción para el Hotel de los Pocitos, el Estadio Centenario (cuyo video es el más visto en su canal de YouTube), el lazareto y otras instalaciones en la Isla de Flores y el conventillo Mediomundo. Todos estos modelos 3D pueden verse también en el sitio www.pixelarq.com.

Pero no son los únicos trabajos que ha hecho. A solicitud del Museo Virtual de Colonia del Sacramento, Thul recreó la defensa de la ciudad ante un ataque de las fuerzas navales anglo-portuguesas que culminó con el hundimiento del buque Lord Clive y la huida de otras 10 embaraciones hacia Rio de Janeiro, el 6 de enero de 1763. También recreó cómo eran originalmente los quioscos parisinos de Montevideo al cumplirse 110 años de su colocación por orden del intendente de ese entonces, Daniel Muñoz.

De todos sus proyectos, el arquitecto reconoce que el más complejo fue la reconstrucción de la defensa de Paysandú, dado que, no solo le llevó ocho meses de intenso trabajo, sino porque incluye la reconstrucción de 800.000 metros cuadrados, con 60 manzanas y 550 edificaciones.

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