Bebe Contepomi dejó La Viola, pero sigue en el mundo de la música acumulando anécdotas

Tras 25 años haciendo el programa musical de TN, decidió cerrar un ciclo y dejarle lugar a las nuevas generaciones. No se despidió de la música, sino que le imprimió un nuevo ritmo a su trabajo.

Bebe Contepomi
Bebe Contepomi
Foto: Bebe Contepomi.

Por Analía Filosi

"Ciclo cumplido, una vida entera cumplida. Después de 30 años termino mi ciclo en TN y Canal 13. Fueron 25 años haciendo La Viola”. Así empezaba despidiéndose en redes Bebe Contepomi (52 años) de eso que lo identificó y lo hizo popular más de la mitad de su existencia. Fue a principios de este año, sorprendió y dio pie a especulaciones y noticias sobre posibles juicios por indemnizaciones millonarias.

Bebe cortó por lo sano. “Fue una decisión difícil, que tardé muchos años en tomar. Obviamente dolorosa por la gente con la que crecí como persona y periodísticamente, pero consideré que hay gente más joven, con otro ímpetu, para hacer un programa semanal de música como La Viola”, explica a Revista Domingo.

Para Bebe era el momento de cambiar la rutina, pero jamás su amor y dedicación a la música. El comunicador trocó la exigencia semanal de La Viola y su presencia tanto en los noticieros de TN (Todo Noticias) como de Canal 13, por actividades más puntuales y que hoy lo entusiasman más, como son las transmisiones en vivo de los shows que emite Star+, como ocurrió con Lali Espósito y con Fito Páez.

“Ojalá pueda hacer muchas más cosas con Star+, señal que está apostando mucho a la música y está muy pendiente de lo que pasa en toda Latinoamérica”, apunta sobre sus pasos futuros que va definiendo sobre la marcha, pero con mucha más tranquilidad.

De donde no se baja es de Todo lo demás también, su programa de radio en las mañanas de FM Mega. “Es mi lugar en el mundo en el sentido que es la radio que pone rock, básicamente argentino, pero también suenan mucho La Vela Puerca o No Te Va Gustar. Hace 25 años que existe la radio y es mi hábitat. Me divierte mucho hacer un programa basado en el rock argentino que tanto conozco y tanto amo”, destaca.

En casa de Bebe no había mucha cultura musical, de lo que más se hablaba era de rugby o de religión. Señala que había nada más que un tocadiscos y unos pocos discos. Recuerda uno de ABBA, otro de los Bee Gees y uno de Roque Narvaja; no más.

El que lo cambió todo fue un amigo de su hermano Pancho, que se dejó olvidado el primer disco de Los Abuelos de la Nada. Bebe lo descubrió y eso lo llevó a investigar “qué era eso del rock cantado en español”. Pidió que le regalaran El agujero interior, de Virus, y comenzó un alud de música imposible de parar. Cuenta que escuchó rock argentino mucho antes que los Beatles o los Rolling Stones, pero ni bien se entró a informar no tardó en llegar a Bob Dylan, Leonard Cohen o Lou Reed.

Su madre se dio cuenta de que algo estaba pasando ahí y empezó a incentivarlo llevándolo a ver a Les Luthiers. Ya a mediados de los 80, con 14 o 15 años, se escapaba a ver recitales y con eso no tardó en encontrarse con Andrés Calamaro, que con el tiempo se convirtió en uno de sus mejores amigos.

“Me abrió puertas. Conocí a un grupo de periodistas de esa época, muy jóvenes. Escritores como Rodrigo Fresán, Guillermo Saccomanno, Juan Forn, Jorge Lanata… Ahí empecé a meterme más en la literatura y el periodismo”, recuerda.

En 1994 entró al grupo Artear -Canal 13, TN- para trabajar como productor de noticieros. Escuchaba la radio policial para ver los operativos, hacía los sobreimpresos de la pantalla, ponía informativos en el aire, salía a cubrir noticias a la calle y con el tiempo entró a hacer noticias del espectáculo.

Otro rol

Fue jurado de Marcelo Tinelli

El año pasado, Bebe recibió el llamado de Caro, la esposa de un gran amigo a la que él no conocía. Como productora de Marcelo Tinelli le propuso ser uno de los cien jurados de Canta conmigo ahora (Canal 13).

“Yo le dije que no me gusta juzgar la música; para mí la música es que me gustan algunas cosas más, otras menos. Pero me respondió: ‘Vos tenés experiencia, solo tenés que opinar, dar tu impresión’”, recuerda.

Aceptó y el primer día se encontró que compartía camarín con el Bahiano, Manuel Wirtz y el Tirri. “Más allá de lo que era participar en el programa y de las devoluciones que hacía, fue mi gran momento del 2022 porque yo iba con muchas ganas. Grabábamos los lunes y los martes, dos o tres programas. Eran jornadas largas, pero en los intervalos no sabés cómo nos divertíamos en el camarín”, señala a propósito del grupo con el que le tocó estar más cerca, algunos que conocía más, otros un poco menos.

“Fue una experiencia mucho más allá de lo laboral: conocí gente nueva, me hice nuevos amigos... la verdad que la pasé recontrabien”, destaca uno de los jurados a los que Marcelo Tinelli le pedía más devoluciones.

Bebe Contepomi
Bebe Contepomi.

La Viola

Bebe llevaba tres años en Canal 13 cuando, ante la ausencia de programas musicales, se le ocurrió proponer hacer un noticiero de música. La idea la había pergeñado con Gonzalo Manrique y Gustavo Caperochipe en el apartamento de San Telmo en el que vivía. Presentaron la propuesta al Gerente de Noticias y la aprobó, pero tenían que hacerlo de noche, en su tiempo libre.

“En febrero de 1997 nos dicen el nombre del programa y que arrancaba en un mes y medio”, comenta. En abril estaban al aire, con un Bebe que llegaba de traje y corbata al canal -demandas de la época- y cuando terminaba se ponía remera, jean y campera de cuero y se iba a cubrir recitales.

Destaca que no había Internet, no había celulares y que la primera semana de La Viola la hizo alternando dos artistas, los únicos dos de los que tenía el teléfono: Charly García y Andrés Calamaro.

La Viola gustó, creció y se consolidó. Superó la crisis de 2001 en Argentina; tuvo su auge con los grandes festivales que iniciaron en 2003, como el Quilmes Rock, el Pepsi Music o el Personal Fest, y más acá en el tiempo enfrentó la pandemia del covid-19, que obligó a las entrevistas por Zoom. Se acostumbró tanto a esa modalidad, que luego le costó volver al contacto presencial, pero lo hizo porque sabe que en la música, “que tiene algo de pasión”, es fundamental.

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Con Charly García y Fito Páez.

La Viola tuvo su versión bar en Palermo, una experiencia de tres años que Bebe no repetiría aunque la disfrutó mientras duró. “Para meterse en gastronomía hay que saber y hay que estar, no es un hobby”, aclara.

Para todo siempre ha tenido el apoyo de su familia. Comenzando por la famlia en que nació, que pasó de ocho hermanos biológicos a sumar cuatro adoptados cuando una pareja de amigos de sus padres falleció en un accidente de avión y sus hijos se incorporaron a los Contepomi, aceptados por el voto de todos. Ya en esa época Carlos José era Bebe, sobrenombre que sostiene que surgió cuando al nacer él, su madre dejó de trabajar como maestra de escuela para criar a sus hijos. Era el cuarto hijo y desde entonces pasó a ser el “bebe” de su mamá.

También está la familia que formó con Flor, con la que está casado hace 15 años y es padre de Elena (14), Vicente (11) y Camilo (8). Flor es además la presidenta de su productora, El Bajo Producciones. “Estamos viviendo una etapa familiar preciosa porque todo está en sintonía, los chicos están en una edad divina y son divertidísimos”, acota.

Más tiempo, más tranquilidad, ¿podría venir el libro que alguna vez pensó? “Considero que no escribo mal, pero sí soy muy vago. Me imagino sentándome a escribir en 10 años, mirando el río Paraná. Me gustaría que fuera todo pasado y que no haya un presente mío con el periodismo y la música, como lo tengo todavía, para poder escribir mirando para atrás y no para adelante”, proyecta.

Inolvidable
Bebe Contepomi y Paul McCartney
Con Paul McCartney.

Una prueba de sonido que le pone la piel de gallina

“Hace tres meses que dejé de hacer La Viola, tengo más tiempo libre y empiezo a recordar más cosas. Cuando uno está en la vorágine del día a día, podés vivir algo único e irrepetible y no tenés tiempo de decantarlo porque al otro día tenés que ir a hacer otra nota”, dice Bebe cuando Revista Domingo le pide esas anécdotas que tan famoso lo han hecho también.

Entonces recuerda una que le vino a la mente hace poco y le puso la piel de gallina. Confiesa que no es de las conocidas, no sabe si la ha contado a los medios. Sucedió hace tres años en Minneapolis, cuando fue a entrevistar a Paul McCartney.

Lo citan en el estadio donde tocaba el ex Beatle a las 4 de la tarde, en una determinada puerta. Lo van a buscar, lo hacen pasar al estadio -totalmente vacío- y lo dejan sentado como en la fila 20, con un empleado de seguridad a dos metros suyo.

“Yo pensaba que me iban a llamar, pero de golpe salen los músicos y Paul McCartney al escenario a probar sonido. O sea, estaba yo solo en un estadio vacío para 15 mil personas viendo toda la prueba de sonido de McCartney, que probaba los instrumentos, cantaba, paraba, daba indicaciones al sonidista... Como una hora y media estuve”, cuenta de ese momento que no pudo registrar porque obviamente le habían sacado el celular. “Yo pensaba: ‘¡Quiero contarle esto a alguien!”’, acota.

Terminada la prueba, lo llamaron al escenario y le hizo la entrevista a Paul. “Le terminé pidiendo un beso, un abrazo”, dice y comenta entre risas: “¡Qué grande la persona que se le ocurrió llevar a un argentino a que se siente a ver la prueba de sonido de Paul McCartney!”

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Con Joaquín Sabina.
Historias
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Con su gran amigo Andrés Calamaro.

Anécdotas con todo tipo de músicos

* “Vi mucho el crecimiento en Argentina de La Vela Puerca y No Te Va Gustar, dos bandas que me gustan mucho mucho”, asegura a Revista Domingo. Ambas lo han invitado a Montevideo muchas veces. Hace poco visitó la sala de ensayo de La Vela Puerca y comió un asado en la vereda con ellos. “¡Qué impresionante! ¡Qué envidia me da! Ojalá en Buenos Aires podamos volver a hacer eso”, comenta.

* “No Te Va Gustar son un poco más serios que La Vela, son más tranquilos”, opina. Cuenta que en la primera entrevista que les hizo se pasó diciéndole “Ema” a Emiliano Brancciari. Al terminar le dice a su productor: “Che, qué serio que estaba Ema”. A lo que le contesta: “Si le dijiste todo el tiempo Ema y se llama Emi, boludo”.

* “Estuve con Ruben Rada este año en el cumpleaños 60 de Fito (Páez), que hizo una fiesta muy íntima y me invitó. Me quedé hablando un rato largo con Rada, un ser de luz. Viene a la Argentina desde antes que yo naciera y desde el principio estuvo en La Viola”, destaca.

* En Argentina, su gran amigo es Andrés Calamaro; fuera de fronteras siempre habla de su amistad con Bono (U2). “Digo amistad porque me sigo chateando con él, aunque hace muchos años que no lo veo. Nos chateamos cada tanto, cuando juegan los Pumas contra Irlanda o más recientemente cuando Argentina ganó la Copa del Mundo en fútbol. Él me dice ‘my friend’ y yo le digo ‘amigo’. Capaz que amigo es otra cosa en realidad, pero tener una relación con Bono hablando de cualquier cosa y que te pregunte cómo andás, por tu mujer, por los chicos... es una cosa increíble”, señala.

* Madonna, Keith Richards, Cerati, el Indio Solari, Rod Stewarts, Phil Collins, Aerosmith, Bon Jovi... la lista es interminable, pero le falta Bob Dylan, que no da entrevistas. “Menos mal porque ahí sí, mirá que tengo muchos años de notas y oficio, pero con Bob Dylan adelante no sabría qué preguntarle. Le haría la nota, por supuesto, pero sería muy muy fuerte”, confiesa.

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Con Rosalía.

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