Artista uruguayo expondrá en Viena una escultura que cuestiona la masculinidad

ARTE

Quien entra al Instagram de Camilo “Theic” Núñez queda maravillado por la cantidad de esculturas que este artista uruguayo de 32 años logró exhibir en distintos paseos culturales del mundo. Pica Despecho en el Jardín Botánico de Lisboa. Pica Dionisio en el Museo Blanes de Montevideo. Pica Narciso en el Calouste Gulbenkian, también en Lisboa. Pica Caín y Abel en el Museo de la Cerveza Kunstmann, en Viena. Pica Goliath, y no el afamado David, en la Galería de la Academia de Florencia. Si alguien se topa con esta pieza y está con las antenas paradas -no haciendo el clásico scrolleo- es probable que rompa sus ojos y no caiga en la trampa de Camilo. En cambio, si gana la distracción, quizás no se percate de que no puede ocupar el mismo sitio que la monumental obra en mármol de Carrara que Miguel Ángel esculpió entre 1501 y 1504.

Meterse en esta ratonera digital no es tan difícil e improbable. Le pasó a quien escribe y a varios allegados al artista. “Tengo amigos que han ido a los museos a ver la obra y no estaba ahí”, cuenta Camilo Núñez a Revista Domingo. Y revela que se trata de fotomontajes de esculturas inexistentes, hechas y pintadas por él en una computadora, que abordan la masculinidad desde su visión en busca de sensibilizar.

El proyecto de este artista, que pinta infinidad de murales por el mundo desde hace 10 años junto a su socia del Colectivo Licuado, Florencia “Fitz” Durán, abarca mucho más que una foto trucada. Se titula Yo Masculino?, nació en plena pandemia y según explica, “trabaja cómo yo me siento como hombre, cómo veo la masculinidad. La idea del proyecto es sensibilizar, no solo a hombres, a otres. También trata de no ser tan binario, más allá de que habla sobre los hombres, está bueno que sea para todes”.

Responde, además, al deseo íntimo de Camilo de explorar en el campo de la escultura sin tener formación en el área. “Mi idea era hacer creer a la gente que mis esculturas estaban en los museos, por mis ganas de ser escultor, mas no teniendo las habilidades, ni el estudio, ni nada posible para hacerlo en este momento. Publico estos fotomontajes como si fueran reales mas no lo son”, advierte en diálogo telefónico desde Lisboa, donde dedica 12 horas diarias a dar vida a su segunda escultura física que se exhibirá en la muestra Yo Masculino? a partir del 27 de abril en la galería cultural de Viena Improper Walls.

Esta pieza hecha en yeso de 70 por 22,5 centímetros es la primera de Camilo que traspasa fronteras e implica un paso para empezar a hacer realidad esos fotomontajes. Aunque su primera escultura vio la luz el pasado 18 de marzo en elEspacio de Arte Contemporáneo (Ex Cárcel de Miguelete) cuando se inauguró Yo masculino? El conflicto manifiesto, muestra con igual eje temático que puede visitarse en el subsuelo del recinto ubicado en Arenal Grande.

Superioridad, lucha, fuerza, agresividad, machismo, patriarcado, imposibilidad de expresar, no mostrar dolor, no llorar: algunas de las ideas que invadieron la mente de los seis hombres convocados por Camilo al ser consultados sobre conceptos asociados a lo masculino. Las entrevistas completas están disponibles a través de un código QR ubicado junto a la escultura El Conflicto, en Montevideo, y habrá otras nuevas en inglés que acompañarán la obra en Viena.

Hombre. Mujer. Homosexual. Travesti. Transgénero. Las etiquetas están pasadas de moda en la era delgénero no binario (personas que no se identifican como hombre ni como mujer). Hablar del femenino como el sexo débil quedó obsoleto aunque aún hay cantidad de patrones del patriarcado que sobreviven, luchan y se cuelan en nuestros pensamientos, charlas y comentarios cotidianos.

El artista invitó a seis allegados de distintas edades (entre 13 y 45 años) y profesiones y buscó generar un diálogo donde replantearse la masculinidad sin hacer juicios de valor. El afán era abordar los estereotipos y arquetipos de hombre y ver con qué quedarse de todo eso que la sociedad impone sobre cómo hay que ser como hombre. Según percibe, “hay algo que está cambiando no solo en lo masculino, también en los feminismos y los diferentes tipos de géneros, y a mí me hace pensar que no tenga que ser el hombre que la sociedad me dice que tengo que ser”. Y agrega: “La idea es abrir el espectro de posibilidades y cuestionar seguro”.

A Camilo lo mueven impulsos artísticos desde que tiene uso de razón. Aprendió danzas folclóricas a los 10 años, tocó la batería, trabajó como fotógrafo y fue DJ hasta que lo atrapó la pintura. Se cruzó con Fitz Duran en la Escuela Universitaria Centro de Diseño y la conexión artística trascendió el aula. Salieron a pintar muros por las calles de Montevideo y trabajaron toda la temporada estival 2012 para ahorrar plata y recorrer Latinoamérica. El plan de estos mochileros era descubrir culturas y paisajes mientras hacían murales y tejían redes. “El mundo está para recorrerlo y salir un poco de la zona de confort del paisito”, dice quien ha hecho magia en paredes de Europa, Asia y toda América a través de proyectos y festivales.

El multifacético Camilo realiza, además, las ilustraciones de una única edición limitada de 20 camperas por año diseñadas por Rodrigo Pasantes.

A fin de 2022 lo veremos también en la pantalla. Los retratos son su fuerte. Había pintado a su madre, su hermano, dos sobrinos y muchos amigos. Tenía pendiente a su padre Jorge y lo concretó de forma especial: protagonizó el cortometraje Un hijo retrata a su padre, dirigido por Horacio Reyes Páez. “Trata sobre mi persona retratando a mi padre y es real el relato. Se presentará a un par de festivales y hasta que no termine esa etapa no se puede contar más que el trailer”, cerró.