El martes, la Legislatura de Buenos Aires decidirá si Aníbal Ibarra queda inhabilitado para ejercer el cargo de Jefe de Gobierno de la ciudad, del que está separado, o retorna a sus funciones ejecutivas. El drama que estremeció a la sociedad en la noche del 30 de diciembre de 2004, cuando una bengala convirtió a la disco República Cromagnon en una hoguera, en la que murieron 193 personas y más de 1.500 sufrieron heridas, ha golpeado duramente a Ibarra, un político que llegó al gobierno municipal con alta popularidad.
El juicio político que la Legislatura de la capital de Argentina le abrió en noviembre tuvo el pasado martes un capítulo clave, cuando Ibarra compareció ante la Sala Juzgadora para dar su alegato final, en una sesión interrumpida por incidentes, cuando algunos familiares de las víctimas volvieron a insultar y amenazar al suspendido jefe de gobierno.
"Yo les pido disculpas a todos los padres, a todos los familiares, porque seguramente no supe trasmitirles el dolor, la indignación, la bronca y la impotencia que sentí desde el primer día. Pido disculpas...", dijo Ibarra, en tono conciliador, cabizbajo, de acuerdo con lo que reflejó la información de La Nación. "Cuando Ibarra llegó al recinto para cerrar el debate, muchos más sobrevivientes y allegados de las víctimas de la tragedia colmaron el lugar", relató el diario. "Ya empezaba a respirarse en el ambiente el nerviosismo. Que se convirtió en exasperación cuando el imputado hizo referencia a la película Buenas noches, buena suerte, que narra la caza de brujas contra supuestos comunistas lanzada en Estados Unidos por el senador Joseph McCarthy en los años ’50. Ibarra venía criticando cómo se había desarrollado el juicio político, el supuesto aprovechamiento político de la tragedia de Cromagnon y la cacería política desatada, según él, inmediatamente después del incendio". Recordó una frase del protagonista de la película que dijo que no se puede defender la libertad cuando se la abandona en la propia casa. El comentario recibió el abucheo de los familiares.
Tras la exposición de Ibarra, los 15 miembros de la Sala Juzgadora ya tienen todos los elementos —los de la acusación y la defensa— para tomar una decisión.