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EL PERSONAJE

Álvaro Recoba: "Enrique Espert me ayudó muchísimo"

Soñaba con ser relator y presentar carnaval y se le cumplieron ambas cosas. El fútbol lo desilusionó y dio vuelta la página. Lleva 13 febreros como presentador oficial del Teatro de Verano.

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Álvaro Recoba es el presentador del Concurso Oficial del Carnaval en el Teatro de Verano desde hace trece temporadas.
Álvaro Recoba es el presentador del Concurso Oficial del Carnaval en el Teatro de Verano desde hace trece temporadas.
Foto: Francisco Flores

Por Mariel Varela

Cuando una prima hermana diez años mayor llevaba a Álvaro Recoba (63) al tablado de Maroñas, a ese niño no le volaban la cabeza los murguistas con sus trajes despampanantes, la purpurina en el rostro y los gorros altos. Él observaba atónito cada gesto, palabra y movimiento de Pimentel, el señor que le hizo descubrir su pasión y empezar a desear convertirse en presentador de tablados él también.

El dueño de esa memoria prodigiosa tan útil para recordar los nombres de cada director, arreglador, técnico, lugar de ensayo, título del espectáculo y otros datos de interés de cada conjunto para tirarlos sin ayuda de papeles y sin cometer errores segundos antes de que se abra el telón del Teatro de Verano, repasa con precisión escenas de esas noches de febrero que marcaron su vida procurando ser exacto en los detalles.

“Me acuerdo que se tiraba el famoso bingo con el globito de alambre, lo ponían arriba de un casillero de cerveza de madera y le daban a la manivela. Mi ídolo era el señor Pimentel, el presentador del Maroñas, por encima de los murguistas. Era el que veía y me parecía que algún día podía hacer eso”, recuerda en diálogo con Revista Domingo.

Ese pequeño de cinco años se dormía con esas imágenes carnavaleras impregnadas en la retina. Y así, a la mañana siguiente, con el discurso bien fresquito, corría hacia el fondo de su casa en Villa Española e improvisaba un telón con una sábana y un micrófono con un palo de escoba para poder imitar sin cesar y jugar a ser Pimentel.

“Retrocedo en el tiempo y me parece mentira poder estar en el Teatro de Verano desde hace 13 carnavales y 14 años”, dice. Aunque aclara que su primer sueño fue ser animador de tablados y lo pudo concretar con 20 y pocos años en el Paso de la Arena. Luego pasó por otros tantos escenarios: Expo Carnaval, Defensor Sporting, 1° de Mayo y Gigante del Buceo.

Entre dos amores

Es hijo de una modista y un chofer de ómnibus. Recoba recuerda que su padre tuvo un solo empleo en su vida, que trabajaba 14 horas por día y que él era la mascota de esos conductores de CITA. “Tuve una infancia muy feliz, me crié con una pelota de fútbol y viendo el esfuerzo tremendo de mis padres que rompiéndose el lomo todo el día nos dieron una vida digna”, comenta orgulloso.

Nació en la calle Garay hace 63 años, en épocas donde el barrio Villa Española era muy distinto al de hoy. No había patrulleros en la calle y las puertas de todos los vecinos estaban abiertas. “Era dejar la pelota en el cordón y que nadie te la fuera a tocar, que la gente se sentara en la vereda sin rejas”, dice. Tampoco olvida las carreras de embolsados por la acera de su casa.

No trae el carnaval en los genes. Los padres de Recoba no frecuentaban los tablados, a él lo llevaba una prima. La primera vez que pisó el Teatro de Verano tenía 12 años y fue gracias a una vecina que, según cuenta, tenía un mejor pasar que el de su familia. “Fue maravilloso, no me daban los ojos para ver todo”, recuerda sobre el debut.

El fútbol también lo conquistó temprano y muy rápido descubrió sus ansias de convertirse en relator profesional. También lo consiguió: estuvo varios años en Radio Oriental y luego en la Sport 890. La pelota le dio muchas satisfacciones -le permitió, entre otras cosas, conocer el mundo- pero también vivió tragos amargos que lo alejaron para siempre del periodismo deportivo.

“Era relator suplente, cubría las canchas chicas, de un día para el otro me dijeron si podía ser relator de Oriental, pensé que había tocado el cielo con las manos y no supe asumir que había que tener ciertos recaudos, manejarse con más cautela y hubo gente que me falló tremendamente. No supe manejar lo económico porque era muy joven y no estaba preparado. Perdí también en lo familiar porque fueron momentos de mucha turbulencia. En 1996 no me renovaron el contrato en Oriental, después tuve la posibilidad de ir a Radio Sport, en el 2000 hubo cambios importantes y no me dejaron continuar. A partir de ese momento di vuelta la página del periodismo deportivo”, comenta.

Al principio lo sufrió pero hoy asegura que no le quedó nada pendiente y que ya no extraña relatar. “Estoy muy dolido con el fútbol y no quiero dar un paso atrás”, confirma.

En paralelo a la radio trabajó como vendedor en Nestlé, y en 2008 ingresó a Cantinas Militares, una dependencia del Ministerio de Defensa, donde se hizo cargo de la confitería hasta que se jubiló en 2020.

Agradecido

Álvaro Recoba minutos antes de que se abra el telón del Ramón Collazo presentando un conjunto en el Concurso Oficial del Carnaval.
Álvaro Recoba minutos antes de que se abra el telón del Ramón Collazo presentando un conjunto en el Concurso Oficial del Carnaval.
Foto: Carnaval en fotos.

Una llamada deEnrique Espert en agosto de 2009 lo ayudó a terminar de soltar definitivamente el periodismo deportivo. El presidente de Daecpu le quería comunicar que había sido elegido para ser el presentador oficial del Teatro de Verano. El anuncio no fue inesperado, pero sí sorpresivo.

“El llamado mío nace por una interrupción del contrato de Tenfield con Daecpu: no se ponen de acuerdo y queda afuera toda la empresa, inclusive “Coco” Echagüe, que era el presentador. La incertidumbre mía era qué iba a pasar si en algún momento volvían los derechos de televisión a Tenfield. A los dos años volvieron y por suerte tuve la posibilidad de seguir”, cuenta.

Espert fue clave en su designación. Hacía tiempo que se lo venía anticipando. Resulta que el presidente de la gremial de carnavaleros le lleva 15 años a Recoba, y lo conoce desde que éste era un niño porque iba con su prima a los ensayos Los Saltimbanquis, la murga que sacaba Espert.

“Lo aprendí a querer como creo que él me quiere a mí. No es fácil que un dueño de conjunto, después presidente de Daecpu, se acuerde de vos y mantenga la palabra. Hay códigos que se han perdido pero él los ha mantenido, y conmigo especialmente. Estoy eternamente agradecido porque en esos momentos muy difíciles también me ayudó mucho. Algo que aprendí de mi padre fue que es doloroso ser ingrato y olvidarte de la gente que te ayudó, y Enrique me ayudó muchísimo y lo tengo que recordar con mucho cariño”, revela.

Soñador

Escucha carnaval todo el año y la murga es su categoría preferida. Le vienen “ataques” y pasa dos meses enteros a puro Contrafarsa y después salta a Diablos Verdes de principio de siglo, y así. “Todos los días tengo que escuchar algo de murga”, confiesa este gran aficionado al género.

-¿Qué fue de tu vida ese 2021 que se suspendió el concurso oficial del carnaval por la emergencia sanitaria?
- Ese febrero que no hubo carnaval hicimos un programa en radio Monte Carlo con actuaciones de otros años, y la tratamos de llevar, pero sufrí enormemente. Me acuerdo que llegaba a la radio y decía, 'hoy tendríamos que estar en la tercera fecha, hoy en la cuarta'. Fue muy angustiante, por suerte ha pasado y este carnaval 2023 lo tenemos con normalidad.

Está feliz de que Edú “Pitufo” Lombardo haya vuelto a la escena conLa Gran Muñeca porque opina que es de las personas que esta fiesta popular necesita: “Es un profesional 100% y una persona de bien. No puede dejar de salir, tiene que salir todos los años, como Agarrate Catalina. Yo quiero en el Teatro de Verano a Falta y Resto, La Reina de la Teja, Saltimbanquis, Los Gaby’s, Nazarenos. Sé que hay utopías pero mientras viva voy a seguir soñando”, asegura.

Sueña con que la memoria lo acompañe por muchos años más para poder seguir presentando conjuntos en el Ramón Collazo sin papelitos en mano, ni ayuda ninguna. Aunque todos los años promete ejercitar la memoria en su casa y no lo hace, esos cuatro minutos previos a que se abra el telón en soledad e intentando abstraerse de todo bullicio en la cabina de Daecpu son esenciales para la concentración plena que exige su trabajo. Es más, pidió por favor que en ese breve lapso no le lleven matrículas de autos mal estacionados o mochilas perdidas para anunciar porque lo distrae, y según él, en el Teatro de Verano no hay margen de error.

“Siempre le digo a mi señora y a mi hija que cuando se den cuenta de que hay un error amablemente me digan, ‘ya está, vamos a disfrutar el carnaval desde abajo’. Sufro mucho cuando veo artistas que ya no están en condiciones subiéndose a un escenario, me causa muchísima tristeza, y espero que eso no pase conmigo, salvando la distancia, que ellos son parte fundamental del espectáculo y yo un mal necesario”, cierra Recoba entre risas.

Sus cosas

Cupletero y murgas: Está convencido de que el mejor cupletero que vio fue Carlos Scarpelli, y por él se hizo hincha de los Nuevos Saltimbanquis. Más tarde se fascinó con Los Saltimbanquis, porque ensayaban cerca de su casa. Luego, se fanatizó con Contrafarsa: “Me movía, era una sinfónica”, dice elogiando a la murga que dirigía Pitufo Lombardo.

Cuadro de sus amores: Podrá ser pastelero en otros ámbitos de la vida, pero en el fútbol jamás: “Soy hincha a muerte de Nacional, y eso no me lo cambia nadie. He cambiado el partido político, pero a lo que no podés renunciar es a tu equipo de fútbol”, dice. Y le tira en todos los deportes: ciclismo, basquetbol y hasta en la bolita. “Para mí es el mejor cuadro del mundo”, afirma.

El mejor febrero: En todos los carnavales tuvo buenas y malas noches, y pone en “rojo” las veces que un espectador le gritó. El febrero más emotivo fue el primero (2010): “Me encontraba con muchísimas cosas nuevas y el temor de lo que sería la platea, más que nada los abonados, que los carnavaleros los tienen como un cuco y conmigo se han portado notable”, asegura.

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