Por: Andrés López Reilly

Jean Georges Almendras, nacido en La Paz, Bolivia, se considera 100% uruguayo. Llegó al país junto a su familia cuando tenía 5 años. Hijo de dos docentes -que decidieron migrar en momentos en que el país del altiplano vivía tiempos convulsionados-, hizo una primera escala en Perú, donde su familia vivió el terremoto de Arequipa de 1960, que dejó 63 muertos y centenares de heridos. Como su tío ya estaba instalado en Uruguay, decidieron cambiar de destino. Y sus padres, a los pocos días, consiguieron trabajo. “Ellos lograron ser parte del grupo de intelectuales y educadores uruguayos de aquella época, entre los que estaban Ruben Yáñez y Julio Castro. Cambiaron su cabeza política y resultaron ser compañeros de gente que desapareció en dictadura. En esa época nos criaron a mi hermana y a mí. Ella es mayor que yo, es médica”, dice Jean Georges Almendras a Revista Domingo.

Su singular nombre se debe a que fue engendrado en Francia, donde sus padres vivieron temporalmente por una beca de la Unesco, estudiando en La Sorbona de París. “Incluso mi hermana hizo la jardinera allá. Yo nací en La Paz, sietemesino, en mayo de 1955. Al igual que mis padres, siempre fui un enamorado de Francia. Pero agradezco mucho al Uruguay, porque me crie acá y tengo la nacionalidad. Menos presidente, puedo ser cualquier cosa”, comenta y se ríe.

Fue un joven inquieto, al que le gustaba la lucha social de los años 60 (“que no es el activismo de hoy”, anota). “Hice la Primaria y la Secundaria, pero de joven estudié teatro. De hecho, empecé escribiendo de teatro en el diario Los Principios de San José. Hice teatro con gente del Instituto Anglo y de la vieja guardia como Hugo Mazza y Eduardo Malet. En esa época, por el año 72, nos hicimos amigos con Nacho Cardozo y con la futura actriz Andrea Davidovich, quien entonces tenía 13 años”.

En aquellos años, Almendras comenzó a tener algunas participaciones en el programa En vivo y en directo, que conducían Néber Araújo y Jorge Traverso, para promocionar las obras de teatro. Y a vincularse con las revistas Actualidad de Las Piedras y Noticias. Luego se transformará en uno de los noteros más famosos de la crónica policial y en un investigador del fenómeno OVNI. Hoy, con 67 años, sigue manteniendo las mismas pasiones: dirige el portal latinoamericano Antimafia Dos Mil e investiga y difunde la “presencia” y el “mensaje” extraterrestre.

DEL DIARIO A LA TV. Por primera vez entró en la redacción de un diario en Montevideo a mediados de los 80. Empezó a escribir para Últimas Noticias cuando el vespertino se encontraba en la calle Garibaldi. Allí trabajó durante más de 15 años cubriendo Información General y haciendo informes especiales. De estos últimos, recuerda una cobertura a la base Antártica de Uruguay.

“En esa época conocí a Nelson ‘Laco’ Domínguez, con quien hice amistad y de quien recibí una gran enseñanza. Cubrí Carnaval durante dos años, hasta que empiezo a hacer la crónica policial con José Perdomo, que era el jefe de página y también fue mi maestro. El otro colega que hacía policiales era José ‘el Perro’ Rügnitz”, recuerda.

En 1988, Bernardo Gitman, histórico periodista de Telenoche, lo llamó para que se probara en TV. Incursionó en la pantalla chica y el resultado fue contundente: estuvo más de 20 años como reportero de noticias policiales en los noticieros de Canal 4. Muy pronto, las circunstancias laborales lo llevaron a trabajar en radio, a dar charlas y cursos de crónica policial en centros universitarios y a hacer documentales: “Tuve que trabajar en dos lenguajes muy diferentes: el televisivo y el de los diarios. Y vivir esa esquizofrenia con pasión. Me gustaba y todavía me gusta”.

Almendras rápidamente marcó un estilo en televisión, entre otras cosas haciendo coberturas en la mitad de tiroteos, mientras las balas picaban cerca de él y de su camarógrafo. No se arrepiente de haber puesto en riesgo su vida. Y tampoco del estilo directo y descarnado que mostraba en pantalla y que, en tiempos de una mayor “corrección política”, tal vez ahora no sería tan bien visto. “El cronista policial tiene que tener un temperamento y una personalidad muy particular. Tiene un contacto cotidiano con la violencia, los criminales, la muerte, la autoridad, la Justicia. Esto te lleva a no dejarte vencer por las situaciones emocionales. En aquellos años no cualquiera podía ser cronista policial. Hoy la crónica policial no tiene la consistencia que tenía entonces”, destaca.

CONVIVIR CON LA DELINCUENCIA. Almendras dice que el cronista policial “tiene que estar en la calle” y “no manejarse con comunicados”. Y, como se dice habitualmente en la jerga periodística, estar en la escena del crimen. “Porque tiene que describir un hecho o un dolor viéndolo”, subraya.

En este sentido, destaca la importancia del trabajo del reportero gráfico, en particular el que hizo junto a camarógrafos y fotógrafos como Hugo Molino, Eduardo Giró, Carlos Morales, Francisco Flores y Antonio García. “Yo no los dejaba que fueran solos, íbamos juntos. Si recibíamos una pedrada, una escupida, un insulto o un golpe, lo recibíamos los dos”, aclara. Y agrega: “A nivel del sistema político piensan que los cronistas solo cubrimos las noticias. Pero tenemos la responsabilidad, en cualquier área, de estar cerca de los lugares. Ver cómo se desarrolla un político, un policía o un juez. Hemos entrado mil veces al Comcar, al Penal de Libertad, a los locales del Inau, conocemos la realidad carcelaria dramática de nuestro país. Por eso creo que el sistema político a veces debería consultar y no pararse desde el pedestal y resolver situaciones que a veces el periodista conoce in situ”. En estas coberturas, Almendras llegó incluso a ser negociador en un motín que ocurrió en La Tablada, donde había jóvenes internados que pidieron su mediación.

EL CRIMEN ORGANIZADO. Literalmente fogueado en el periodismo, Almendras recibió la invitación para ser parte de dos publicaciones de las que su amigo Giorgio Bongiovanni -el conocido estigmatizado italiano- era su fundador y director: Terzo Milenio (una revista de acontecimientos mundiales y noticias sobre conflictos sociales) y Antimafia Duemila, especializada en el crimen organizado de Italia.

En paralelo a sus actividades en televisión, se transformó en colaborador de Antimafia Duemila y, con el tiempo, en director de su filial sudamericana, llamada Antimafia Dos Mil, la cual fue iniciada por Bongiovanni hace 23 años. Todavía sigue al frente de este portal, que recibe miles de visitas cada día.

En 1984, Almendras conoció en Europa, en una actividad sobre ufología, a Giorgio Bongiovanni, quien asegura haber tenido contacto con extraterrestres y llevar los estigmas de Cristo (heridas de los clavos en la cruz que también tuvieron San Francisco de Asís y el padre Pío de Pietrelcina). “La experiencia mística de Giorgio es una experiencia de fe. Estando por fuera de la Iglesia Católica, él tiene los estigmas desde el año 1989. Los estigmas sangran, no se infectan, y han sido estudiados por médicos, pero la ciencia tiene un signo de interrogación al respecto”.

“Giorgio Bongiovanni, con sus 60 años, es hoy un periodista reconocido en su país. Antimafia Duemila es una de las publicaciones de crónica judicial más vistas en Italia. Y trabaja codo a codo con las autoridades en la lucha contra el delito”, subraya.

Almendras aclara que las “mafias” no son una realidad distante para los uruguayos. “El asunto mafioso en realidad no es un sistema, es una ideología. Acá hablamos del caso Astesiano. Y lo que domina en el Río de la Plata es la corrupción, que está naturalmente infiltrada por el sistema mafioso. El caso de Rocco Morabito es una demostración. Él se instala 15 años acá, es detenido y se fuga en un ámbito de corrupción lisa y llana. Las democracias están siendo literalmente fagocitadas por la ideología mafiosa”.

LA VIDA EXTRATERRESTRE. Almendras lleva décadas investigando el fenómeno Ovni. “¿Qué uruguayo no ha visto algo en alguna etapa de su vida? No es un tema de fe, es un hecho científico, comprobado”, dice con convicción. Según el comunicador, los extraterrestres han observado la Tierra “desde los tiempos bíblicos”, porque su destrucción -una amenaza latente por las guerras y la posibilidad de una escalada nuclear- generaría “un desequilibrio de la armonía cósmica”.

—En estos días hubo avistamientos en varios países. Incluso se grabó un video bastante nítido en Maldonado. ¿Cree que la humanidad está cerca de un contacto?

—Sí, después de tanto ocultamiento, el contacto extraterrestre es la etapa que sigue.