MIGUEL BARDESIO
El grupo está reunido en ronda, todos descalzos, sentados en los almohadones. Al centro pasa Ana, por ejemplo, y empieza su historia: está enamoradísima de su pareja, pero algo los distancia, tal vez pequeñas cosas, discusiones, dudas, momentos de incomodidad, una sexualidad poco satisfactoria. Ella piensa que el fondo del entuerto podría ser que él tiene hijos de un matrimonio anterior y eso los afecta, pero Ana no está allí para pensar, ni interpretar. Al terminar el relato, su historia será representada por otros del grupo, como una obra teatral, para descubrir qué pasa en verdad.
Ana es un nombre ficticio para una paciente real de los psicólogos Fernando de Lucca y Danielle Dutrenit, del Centro de estudios gestálgicos del Uruguay. Allí se realizan cada dos meses las "configuraciones familiares", estas reuniones grupales donde se representan los conflictos con el objetivo de sacar a luz los motivos ocultos de un problema familiar.
Es una técnica nueva en el mundo y continúa así: Ana elige con el terapeuta coordinador del grupo a las personas que irán a tomar su papel y el de su pareja. Con los dos "actores" dispuestos en el centro, el psicólogo les dice: "No piensen, déjense llevar por las emociones y sensaciones, hablen lo menos posible". Entonces hay silencio. Están los dos parados, pero no pasa mayor cosa. Salvo un detalle: esa Ana representada no mira a los ojos del representante de la pareja. Más bien ella dirige la atención hacia afuera del círculo. Entonces el terapeuta hace pasar al centro a un nuevo hombre y la Ana personaje se mueve hacia él.
"Normalmente, en las representaciones ocurre algo imprevisto. Eso, configura una escena, una imagen que el paciente se lleva y a veces tiene un valor revelador del conflicto", asegura De Lucca.
Ana presenció todo el montaje y empieza a creer que una relación anterior no había cerrado de la manera adecuada, lo que estaría indicado por ese tercer personaje que entró en escena. En la vida real, entonces, llama a este otro, se encuentran y hacen "la despedida". Según contó después, una vez resuelto eso, pudo encauzar plenamente el vínculo con su pareja.
"Las configuraciones familiares sirven para descubrir aspectos ocultos. A veces pasan cosas que ni el terapeuta ni el paciente saben muy bien qué son, pero hay que dejarlas que actúen. También aparecen situaciones que en la terapia individual no se pueden ver. Por más que el psicólogo le explique al paciente: `capaz que tenés una relación no resuelta`. Uno lo dice, pero para el paciente es mucho más fuerte la imagen, verlo ahí que las palabras", ejemplifica Dutrenit.
La metodología se emplea generalmente para conflictos familiares, pero también puede usarse para otros problemas que involucren a otras personas, o sea, a un sistema como puede ser el trabajo. La representación, entonces, puede tener muchos personajes: padre, madre, hijos, pareja o el jefe y los compañeros del empleo, de acuerdo al conflicto que se trate. Lo común, dicen los psicólogos, son las situaciones de familia.
Los grupos no son permanentes, como en una terapia convencional, sino que se forman para una reunión concreta de configuración. "Hemos tenido grupos de 10 o 15 personas, hasta de 20 o 30. Vienen pacientes nuestros o estudiantes, pero también está abierto a quien quiere presenciar o trabajar su conflicto o representar los de otros", añade Dutrenit. Duran unas seis o siete horas (para hacer varias representaciones); el último fue en marzo y el próximo, el 24 de mayo.
"UN MISTERIO". La pregunta del millón es: ¿cómo los representantes toman el lugar de los representados? "Es un misterio -responde Dutrenit-, pero funciona". Y De Lucca trata de explicar: "Si en esta charla, por ejemplo, nos quedáramos callados 15 minutos, van a empezar a pasar cosas. Movimientos, gestos, uno que se acerca, otro que se aleja. Eso genera un campo. Esto no es magia. Esas cosas no verbales demuestran que hay un campo, donde hay movimientos espontáneos".
Y por esa vía, entonces, podría explicarse que Ana (o cualquier otro que plantee el conflicto) le transmita las sensaciones propias, o las que ha captado de los demás personajes a los representantes.
Las configuraciones familiares son un método que deriva de otro muy similar llamado constelación familiar y creado por el alemán Bert Hellinger. En ese último, como en las estrellas, se va disponiendo de los personajes en el espacio vacío del círculo. El cambio de nombre obedece a que se incorporan otros elementos propios de la corriente Gestalt. Por ejemplo, los integrantes son presentados antes de empezar. En la técnica original, llegan sin conocerse.
El fundamento de la técnica es, según De Lucca, la creencia de que en cada uno hay "una esencia", que es su aspecto transcendental y un "ego" (la razón, por ejemplo), "un tejido defensivo que impide la conexión con la esencia". Así, con las configuraciones, donde se trata de no pensar ni hablar ("el lenguaje lleva fácilmente a lo racional", opina Dutrenit), se busca dar con respuestas esenciales a los conflictos.
A diferencia del psicoanálisis, la Gestalt no analiza los fenómenos. "La terapia no es interpretar, sino que el paciente describa sus sensaciones y que en la propia descripción (o representación) se revele lo que está pasando", asegura Dutrenit.
Así, termina la historia de Ana y empieza otra.
La cifra
700 Pesos cuesta poner a represen-tar un conflicto mediante la configuración familiar. Por $ 300 se puede participar de reuniones.
Técnica Jesuita
MILENARIO. Las constelaciones familiares fueron creadas como método terapéutico por el alemán Bert Hellinger. Era un misionero jesuita que pasó 15 años en África y el método tiene algunas similitudes con ritos milenarios de la tribu zulú.
TIEMPO. El método es "transgeneracional", pues considera que el pasado y la idea de cada uno sobre futuro, conviven en el presente. Los episodios anteriores y sobre todo los personajes anteriores (incluso los fallecidos) entran en juego en los conflictos familiares. Muchas veces se representa también a los muertos para ver cómo inciden esos decesos en las situaciones familiares del presente, y de la persona que acede a la reunión.
REPRESENTACIÓN. Algunas veces, el paciente real toma su papel en la teatralización, aunque generalmente también él es representado, como el resto de los personajes.
GUÍA. Las constelaciones o configuraciones son guiadas por un profesional en psicología, que debe participar lo menos posible durante la misma. El mayor riesgo, según la psicóloga Danielle Dutrenit, es que el terapeuta lleve la constelación hacia dónde cree que debe ir y termine manipulándola.
EN INTERNET. Se puede ver un video de una constelación familiar en https://youtube.com/watch?v=9xwTGAHeZx8 , o ingresar en la página del Centro de estudios gestálgicos del Uruguay en la dirección: https://www.gestalturuguay.com/
El amor se encuentra en desorden
"El amor existe en todas las familias, pero generalmente se encuentra desordenado".
Esa es, según la psicóloga Danielle Dutrenit, la clave de la mayoría de los conflictos hogareños.
Su colega y pareja, Fernando de Lucca, complementa: "Es como una escalera. Los padres le dan a los hijos para que estos le den a los suyos. No hay deudas para atrás. Hay ofrecimientos para adelante. Cuando un padre le exige a un hijo cosas que le corresponden a él como, por ejemplo, hacerse cargo de los abuelos o algún familiar, eso crea un conflicto muy fuerte".
Los hermanos, por su parte, deben estar en línea de igualdad. Si uno se pone por encima, hay conflicto. O la madre que intercede entre los vínculos del padre con la prole o un tío que puja por el rol de padre... las posibilidades son infinitas y todas enfermizas. "Cuando el amor no está ordenado, enferma", opina Dutrenit.
En las configuraciones familiares, justamente, lo que se busca es encontrar ese orden y que cada miembro tome el lugar que le corresponde.