Primer libro

Un poemario que invita a recorrer, por caminos alternativos, los registros visuales de la artista

Catalina Torres explora los rasgos comunes en sus propuestas creativas

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Catalina Torres

por Gera Ferreira
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Desde la portada de su primer libro, Lo más grande que yo jamás vi, Catalina Torres (Montevideo, 1993), fotógrafa y realizadora audiovisual, espera con un interesante hipervínculo. Antes de ingresar al poemario invita a recorrer los caminos alternativos de su trabajo visual, ampliando la mirada hacia la serie fotográfica “Esas cosas que me punzan el pecho (2020-2021)”. Allí, Torres trata de “establecer un diálogo entre los objetos, formas y entidades que nos rodean. (...) y cómo los objetos y las cosas nos afectan (...) se afectan entre sí y generan una acción, un cambio, un movimiento”, señala desde su web. Al entrar en su escritura se aprecian rasgos comunes a ambas propuestas, y observadas juntas permiten ver un recorrido mayor en el terreno de lo transdisciplinar. Torres activa una poética de la inalterabilidad, creada a partir de atmósferas sonoras inarticuladas, es decir, de ruidos que desafían e interfieren en el pulso de la lente, o bien, tratan de desestabilizar la materialidad de las palabras.

Un barrio industrial en la periferia. Paso Carrasco. La crisis de 2002. Suena la canción de The Doors “Riders on the storm” y los recuerdos (como la lluvia y el teclado detrás de la voz de Morrison) empiezan a percutir en la página, como si cayeran sobre un techo de chapa, donde la poeta escucha y constata: “¿en qué parte de la memoria me guardo/ este paisaje amarillo, esta coreografía/ transiberiana,/ estos pedazos/ de cuerpos parecidos a las medusas que solo inhalan y exhalan/ a una velocidad que no distingo?”. En este poemario el tiempo mítico de la infancia se agiganta y funciona como caja de resonancia: “el jardín es lo más grande que yo jamás vi” (...) “estaba hecho/ de tierra fresca”. La hipérbole potencia las raíces ancestrales, y esa energía se cuela en el presente del poema, esparce su abono para cultivar una vida que deviene insatisfecha, que migra hacia una otredad (o la imagina), acaso en la escritura.

Otras fuerzas intervienen aquí, pugnan por minar de sentido el plano familiar: la mentira es también un ruido, como el silencio, “brisa de muerto”. La lectura se verá interrumpida por el golpeteo de puertas, fuegos artificiales, ronquidos, rotura de cristales, vasos que estallan en el suelo, choque de autos, ladridos, gritos y, sin embargo, se anoticia, “lo que más teníamos/ era el silencio”.

LO MÁS GRANDE QUE YO JAMÁS VI, de Catalina Torres. Pez en el Hielo, 2023. Montevideo, 79 págs.

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