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Relato de días de ocio

Un padre inusual: las aventuras de Nathaniel Hawthorne con su hijo Julian, en un diario para su esposa

Faceta sorprendente del gran escritor norteamericano

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Nathaniel Hawthorne by Brady 1860-64.jpg
Nathaniel Hawthorne
(foto de Mathew Brady, ca. 1860-64, detalle)

por Laura Chalar
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A lo largo de tres semanas del verano de 1851, el escritor trascendentalista estadounidense Nathaniel Hawthorne cuidó de su hijo de cinco años, Julian (y de la mascota de éste, Conejito), mientras su esposa, Sophia Peabody, estaba de viaje con las hijas de ambos. Situación atípica en esa época, al igual que el gusto y dedicación con que Hawthorne se abocó a este rol. Este libro es el diario que llevó para Sophia, contando los juegos y aventuras de esos días de ocio junto al niño a quien llama “el hombrecito” o “el caballero” y que lo ayuda a revisitar su propia infancia.

Disfrutando sus días de paternidad exclusiva, Hawthorne exploró con el chico las inmediaciones de la granja donde vivían. Sus paseos en busca de leche para el desayuno o hasta el lago, expediciones de pesca —Julian “pescaba” con una rama de árbol— o batallas quijotescas contra los cardos inspiran páginas llenas de humor y ternura. “Ahora que estoy a solas con él, se han sumado a los míos todos los miedos de su madre”, dice Hawthorne cuando el niño desaparece sin aviso. También lo medica cuando le duele el estómago y trata —sin éxito— de rizarle el pelo a la usanza de la época, tarea que la madre cumplía a la perfección pero que, en manos de Hawthorne, resulta “un fracaso total” (existe un daguerrotipo de Julian a esa edad, muy serio y con esos rulos que, ahora se sabe, eran obra de Sophia más que de la genética).

Los misterios y bellezas de la naturaleza surgen a través de la observación tanto de Conejito y sus temores y hábitos como del paisaje circundante, con sus “cónclaves de nubes” y el efecto cambiante de la luz sobre las colinas. Podría reprocharse a esta edición la falta de algunos elementos esenciales, como explicaciones sobre criterios editoriales (por ejemplo, elipsis en el texto) o los diversos personajes que aparecen en el libro —Julian se fascina con Herman Melville—, así como ciertos deslices de la traducción (“aprehensión” por “aprensión”), pero se celebra la aparición en español de esta obra con una faceta desconocida del autor de La letra escarlata.

VEINTE DÍAS CON JULIAN Y CONEJITO, POR PAPÁ, de Nathaniel Hawthorne. Prólogo de Alejandro Zambra. Trad. Andrés Barba. UDP, 2022. Chile, 87 págs.

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Julian y Nathaniel Hawthorne

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