Porque es un regreso por todo lo alto de una autora que sabe cómo se escriben historias mínimas con espesor, y que atrapen. Un gato que se muere, una mujer que ayuda a una anciana, suicidas a punto, poetas sin inspiración, ingestas peligrosas; todo asunto en manos de la argentina Schweblin se dispara y tornasola en aquello que no esperábamos. Los seis relatos de El buen mal, escritos con precisión lacerante, adentran al lector en el lugar del límite después del cual no se puede volver. (Random House)
