Pero yo vivo solamente de los intersticios, de Peter Handke, recupera una conversación que el Premio Nobel de Literatura mantuvo en 1986 con el teórico Herbert Gamper. El resultado es un diálogo lúcido, vigente, sobre las incertezas y los abismos que plantea la literatura, el mundo, la vida, mirando en los entresijos de las decisiones estéticas del autor, y ayudando a pensarlas. (Gedisa)
