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Motor de desarrollo

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Nunca vi tanta gente acá” me decía la vendedora de torta fritas en el parque El Jagüel de Maldonado; “estamos muy por arriba de la prepandemia, y de la pandemia también, que fue excepcionalmente buena”, el vendedor de una carnicería de Punta del Este. Hay cruceros como hacía tiempo no se veían en nuestras costas. Tenemos a Rocha, Canelones, Colonia y el resto de los destinos con gran empuje de turismo interno.

Los datos disponibles indican que entre el 22 de diciembre y el 8 de enero ingresaron al país mas de 460 mil turistas, lo que supera a todo el verano del año pasado. La temporada viene mejor de lo esperado y por encima del objetivo del gobierno de igualar los registros de 2019.

Y eso que estamos caros para los argentinos, los principales clientes del sector. Usualmente más del 70% de los visitantes que llegan al país lo hacen desde Argentina, la gran mayoría por los puentes del litoral o por el puerto de Colonia.

A mediados de diciembre, en base a la dinámica histórica y los niveles actuales de paridad cambiaria entre Uruguay y Argentina, así como la evolución del poder de compra de los argentinos, CERES estimó que en la temporada de verano ingresarían al país 1.030.000 visitantes, cuando en 2019 llegaron 1.100.000. Ojalá nos hayamos quedado cortos.

El turismo tiene un enorme potencial para el Uruguay. El sector incluye una gran diversidad de rubros como hoteles, transporte, restaurantes, comercios, entretenimiento y hasta servicios públicos. Es por ende un sector difícil de medir.

El turismo no figura como uno de los sectores de las Cuentas Nacionales que reporta trimestralmente el gobierno. Hay que hacer algunos cálculos extras para saber cuánto representa en el total de la economía del país en base a los supuestos que se siguen a nivel internacional.

Si se asume que 95% del ingreso de los hoteles, 88% del transporte aéreo y por agua, 45% del transporte terrestre, 25% de las ventas de restaurantes, y 1% del comercio se explica por gasto de turistas, el sector representa cerca del 7,5% del PBI del Uruguay. Con la misma metodología, el turismo en España llega al 12% del PIB. Si habrá para crecer.

Además, el turismo tiene gran capacidad de derrame: por cada dólar gastado por un turista se genera un impacto de casi otro dólar en el resto de la economía, a través de los encadenamientos productivos del sector. Este multiplicador se encuentra entre los más altos -con valores similares a la industria frigorífica y láctea- y significativamente por encima del promedio del resto de los sectores productivos del país.

El turismo emplea a 120 mil personas y tiene capacidad de generar muchos más puestos de trabajo. En base a las metodologías desarrolladas en la Universidad de Oxford y en el MIT se puede afirmar que la propensión a la automatización de los empleos del turismo es bastante menor al promedio del resto de los sectores de la economía del país. La razón es simple: para ofrecer un trato diferencial al turista se necesita creatividad y calidez humana.

El sector es inclusivo en la creación de empleo porque no discrimina a las personas que no tienen educación formal. Con entrenamiento, una persona que no pudo terminar secundaria no solo es empleable, sino que puede tener perspectivas de crecimiento laboral.

Mas allá de la buena temporada, hay que seguir trabajando en promoción, infraestructura y atención al cliente para que el turismo sea un gran motor de desarrollo para el país. El potencial existe. Los operadores del sector y las autoridades del Ministerio de Turismo son plenamente conscientes de ello.

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Ignacio Munyo

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