Cómo se pasó el año?, es la expresión que como muletilla más se escucha por estas horas en todas partes. Se nos fue “redepente”, diría la genial Niní Marshall. Estas horas que son proclives a los balances podemos escuchar y ver lo que la oposición grita o con serenidad observar lo que la realidad nos muestra.
Algunos prefieren quedarse con las voces altisonantes, agoreras y ácidas de muchos dirigentes de la oposición y de su herramienta satélite el Pit-Cnt que, con ferocidad, han proclamado a puro grito durante todo el año que el gobierno está agotado. Y que nada se puede esperar de la Coalición Republicana más que medidas que sigan destruyendo a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables de la sociedad y al país productivo.
Podríamos quedarnos con los gritos de Fernando Pereira, o de Óscar Andrade, o de Gustavo Leal que aferrado a un rencor sale un día sí y otro también a dar cátedra sobre seguridad. Cito a los tres porque en los últimos días han batido sus propios récords en materia de papelones, los de este año digo, porque seguro que en el 2023 superarán sus propias marcas.
Todos lo vimos por televisión o por las redes. Pereira, lideró en el Parlamento, desde las barras, la puesta en escena de apoyo a otra figura de su elenco, el senador Charles Carrera, cuando este argumentaba en contra de la Reforma de la Seguridad Social en plena sesión del Senado. Para luego que lo desalojaron, arremeter contra la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón a quien acusó de antidemocrática. Según Pereira, Argimón ideó un sistema maquiavélico para evitar que la ciudadanía concurra a las barras a escuchar a los parlamentarios. ¡De verdad! Parece que Argimón no tiene nada más importante que hacer. El segundo en cuestión, Andrade, (él ocupa con fueros de Canelones) en la misma sesión. El tercero, Leal, no da ni para comentar.
Decía, podríamos quedarnos con sus gritos y sus mendaces declaraciones y discursos. Yo prefiero repasar, algunas de las cosas que se lograron en el año que hoy termina.
Luego de dos años consecutivos, se puso fin a la emergencia sanitaria, el país todo volvió a la normalidad. La ciudadanía ratificó en las urnas la LUC. Las exportaciones uruguayas tuvieron un incremento real superior al 40 por ciento. El desempleo está por debajo del 8 por ciento y la tasa de empleo se encuentra por encima al registro de 2017, cuando comenzó a deteriorarse. Se estima que la economía en su conjunto habrá crecido en el entorno del 5 por ciento. Se está batiendo un récord en inversiones para la construcción y reparación de carreteras y puentes. Dos millones y medio de dólares diarios en obras, lo mismo que recauda la Intendencia de Montevideo cada 24 horas. Alcanza con recorrer cualquier punto del interior del país para comprobar que en todo el territorio hay obras en marcha.
Planes ambiciosos y de largo aliento se han puesto en práctica para la erradicación de los asentamientos.
Otro tanto sucede con el saneamiento para pequeñas localidades del interior.
La reforma educativa comienza a ser una realidad. La reforma de la Seguridad Social es un hecho.
¿Es esto suficiente? No, hay muchos temas aún pendientes. No todo está bien, pero sí mejor. Por eso, para el 2023, hay que tener los oídos bien atentos y los ojos bien abiertos. Saber escuchar y distinguir entre el grito y la realidad es uno de los mayores desafíos. ¡Feliz Año Nuevo!