El urólogo Pablo Mateo, de Santo Domingo, destaca que la vitamina D, más allá de ser fundamental para el metabolismo del calcio y la salud ósea, desempeña un papel esencial en la prevención y el manejo de diversas enfermedades urológicas. Estudios han demostrado que la deficiencia de esta hormona se relaciona con un aumento en la incidencia de patologías del aparato genitourinario.
Mateo explica que esta conexión se debe a la presencia de receptores de vitamina D (VDR) en diferentes tejidos urológicos, los cuales modulan procesos inflamatorios, inmunológicos y celulares cruciales para la salud de estos órganos.
Uno de los vínculos más estudiados es el del cáncer de próstata. "Estudios epidemiológicos han sugerido que niveles bajos de vitamina D se asocian con un mayor riesgo de cáncer de próstata agresivo", afirma. En cuanto a la salud renal, señala que la deficiencia de vitamina D es común en pacientes con enfermedad renal crónica.
La suplementación con vitamina D o sus análogos activos mostró beneficios importantes, como la reducción de la proteinuria y la regulación del eje renina-angiotensina-aldosterona, contribuyendo a la protección de la función renal.
El urólogo destaca también la relación entre la vitamina D y las infecciones del tracto urinario (ITU). "Se ha observado que mujeres con deficiencia de vitamina D presentan mayor incidencia de ITU recurrentes", indica, sugiriendo que la vitamina D podría ser una herramienta preventiva para estos casos.
Otro aspecto resaltado por el experto es la posible influencia de la vitamina D en la función sexual masculina. La hormona puede mejorar la función endotelial, promover la vasodilatación mediante la regulación del óxido nítrico y disminuir la inflamación sistémica, factores que afectan la erección.
"Algunos estudios observacionales han reportado mejoría en la función sexual masculina tras la corrección de niveles bajos de vitamina D", señala Mateo, aunque subraya la necesidad de más evidencia para confirmarlo. En este sentido, enfatiza la importancia de realizar evaluaciones rutinarias de los niveles de vitamina D en pacientes con enfermedades urológicas.
¿Qué alimentos ricos en vitamina D?
- Pescados grasos: salmón, atún, caballa y sardinas son especialmente ricos en vitamina D, con hasta 25 microgramos por cada 100 gramos en algunas especies.
- Hígado de res: fuente significativa de vitamina D, aunque su consumo no es frecuente, puede incorporarse ocasionalmente en la dieta.
- Huevos: la yema contiene vitamina D, lo que convierte al huevo en una opción versátil para cualquier momento del día.
- Lácteos y derivados: productos como leche, yogur y queso suelen estar fortificados con vitamina D, ayudando a cubrir la ingesta diaria recomendada.
- Hongos: especialmente aquellos expuestos a luz ultravioleta, como ciertos champiñones, que generan vitamina D de forma natural.
- Cereales y bebidas fortificadas: algunos cereales, jugos de naranja y leche de soja incluyen vitamina D añadida durante su procesamiento.
- Frutas y alimentos que favorecen la absorción: aunque las frutas tienen poca vitamina D natural, presentaciones fortificadas, como jugos enriquecidos, son útiles. Además, alimentos como la palta y las bananas aportan grasas saludables y magnesio, esenciales para una mejor absorción.
- Legumbres: lentejas, garbanzos y otras legumbres no aportan vitamina D directamente, pero contienen magnesio que ayuda a su metabolismo, además de proteínas vegetales y fibra.
La Nación/GDA