Estudios confirman que vacuna contra el HPV ayuda a prevenir el cáncer cervical y no presenta riesgos graves

Dos amplias revisiones científicas confirman que la vacunación contra el HPV reduce hasta un 80 % el riesgo de cáncer de cuello uterino y solo genera efectos secundarios leves.

Prueba de HPV.
Persona realiza una prueba de HPV.
Foto: Archivo El País.

Redacción El País
Dos recientes revisiones Cochrane (revisiones sistemáticas de la investigación en atención y política sanitaria, publicadas en la Cochrane Database of Systematic Reviews) refuerzan con evidencia sólida la eficacia de las vacunas contra el virus del papiloma humano (HPV) para prevenir el cáncer de cuello del útero y lesiones precancerosas, especialmente cuando se administran en edades tempranas, antes del contacto con el virus.

Los resultados, difundidos en revista Sinc, también desmienten los temores sobre posibles efectos adversos graves asociados a la vacunación.

El HPV es una familia de virus muy común. Si bien muchos tipos son inofensivos y causan verrugas en la piel, existen variedades de alto riesgo que pueden derivar en cáncer de cuello uterino, así como en otros cánceres del sistema reproductivo y de la garganta. El cáncer cervical es actualmente el cuarto más frecuente entre las mujeres a nivel mundial y provoca más de 300.000 muertes al año, con una mayor incidencia en países de ingresos medios y bajos.

Toma de muestra de HPV.
Toma de muestra de HPV.
Foto: Archivo El País.

Las revisiones muestran que las niñas vacunadas antes de los 16 años presentan hasta un 80% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de cuello del útero en comparación con quienes no recibieron la vacuna. Además, se confirma que los posibles efectos secundarios suelen ser leves y transitorios, como dolor o inflamación en el lugar de la inyección.

La primera revisión analizó datos de 60 ensayos clínicos aleatorizados, con más de 157.000 participantes. En este análisis se observó que todas las vacunas contra el HPV fueron efectivas para prevenir infecciones vinculadas al desarrollo de cáncer y otras enfermedades relacionadas, sin evidencias de problemas graves de seguridad. Aunque los ensayos no tuvieron un seguimiento lo suficientemente prolongado como para medir el impacto directo sobre el cáncer, sí mostraron una reducción significativa de lesiones precancerosas.

Mujer recibe una vacuna.
Mujer recibe una vacuna.
Foto: Archivo El País.

Vacunas como Cervarix, Gardasil y Gardasil-9 demostraron disminuir las alteraciones precancerosas del cuello uterino y otros tejidos en personas de entre 15 y 25 años, así como la necesidad de tratamientos asociados a enfermedades producidas por el HPV. También se observó una reducción relevante en la aparición de verrugas anogenitales cuando las vacunas incluían protección frente a los tipos de virus responsables.

La segunda revisión recopiló resultados de 225 estudios observacionales realizados en distintos países, que abarcaron a más de 132 millones de personas. Estos trabajos evaluaron el impacto de la vacunación a nivel poblacional y confirmaron que la introducción de la vacuna reduce de manera clara tanto el cáncer de cuello uterino como las lesiones precancerosas. Nuevamente, el mayor beneficio se observó en quienes fueron vacunadas antes de los 16 años.

Los autores destacan que no se encontró evidencia que vincule la vacuna con efectos secundarios graves, pese a que este punto suele generar debate en redes sociales. Las tasas de eventos adversos severos fueron similares entre los grupos vacunados y los grupos de control.

Joven atendiéndose con una ginecóloga.
Salud. Especialistas están buscando que las pacientes tengan más minutos de atención ginecológica.
Foto: archivo.

En conjunto, ambas revisiones constituyen la evidencia más amplia y actualizada disponible hasta el momento sobre la vacunación contra el HPV. Sus conclusiones respaldan las recomendaciones internacionales de vacunar tanto a niñas como a niños, idealmente antes del inicio de la vida sexual, para maximizar la protección colectiva y reducir la incidencia de los cánceres asociados al virus.

No obstante, los investigadores señalan que la mayoría de los estudios se realizaron en países de altos ingresos, por lo que aún se necesita más investigación en contextos de ingresos bajos y medios, donde el cáncer de cuello uterino es más frecuente y los programas de detección son limitados. En estos escenarios, advierten, la vacunación contra el HPVpodría tener un impacto aún más significativo.

En base a El Tiempo/GDA

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