Redacción El País
La nuez moscada, extraída del árbol moscatero (Myristica fragrans), ha ganado terreno no solo en la cocina sino también en el mundo del bienestar. Su aroma característico y su sabor intenso la convierten en un ingrediente habitual en preparaciones dulces y saladas, desde tortas y budines hasta sopas y carnes. Pero más allá del paladar, esta especia esconde una serie de propiedades curativas que la ciencia y la medicina tradicional siguen investigando.
Disponible en polvo o entera, la nuez moscada también se utiliza en forma de aceite esencial o en infusiones, lo que amplía su alcance más allá del uso culinario.
Digestión, circulación y presión arterial
Uno de los aportes más destacados de esta especia es su capacidad para colaborar en el control de la presión arterial y la circulación sanguínea. Esto se debe a la presencia de compuestos como la miristicina y el eugenol, que tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
En el plano digestivo, el eugenol también actúa como carminativo, es decir, ayuda a eliminar los gases y a aliviar molestias estomacales. La miristicina, el sabineno y el pineno, por su parte, contribuyen a mejorar la función hepática y pueden resultar beneficiosos en casos de gastritis o digestiones lentas.
Alivio del dolor y beneficios ginecológicos
Otro uso interesante, especialmente para las mujeres, es su aplicación para aliviar cólicos menstruales. Gracias a sus propiedades antiespasmódicas y analgésicas, esta especia puede ayudar a reducir las molestias asociadas al ciclo, actuando sobre las contracciones musculares y el dolor abdominal.
Impacto emocional y bienestar general
En el plano emocional, la miristicina también despierta interés por su posible influencia en el sistema nervioso central. Aunque aún hacen falta más estudios en humanos, se ha señalado que podría tener un leve efecto antidepresivo y contribuir al equilibrio del estado de ánimo.
Aporte nutricional y prevención de enfermedades cardiovasculares
Desde el punto de vista nutricional, la nuez moscada ofrece una buena cantidad de minerales como potasio, calcio, hierro y manganeso, este último clave en el metabolismo de las grasas. También es fuente de vitaminas del grupo B (como la niacina y la riboflavina), vitamina C, ácido fólico y antioxidantes como el beta caroteno, todos fundamentales para mantener un organismo saludable.
Su acción antioxidante también cumple un rol importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Al combatir los radicales libres y reducir la oxidación de las grasas, contribuye al control del colesterol LDL y de los triglicéridos, lo que a su vez disminuye el riesgo de infartos, ACV y aterosclerosis.
Más allá de la cocina
Curiosamente, esta especia también tiene usos en el área de la higiene bucal y dermatológica. Gracias a sus propiedades antibacterianas, puede ayudar a combatir el mal aliento y calmar dolores dentales leves, lo que explica su inclusión en algunos productos de cuidado oral y cosmética natural.
Por último, vale destacar un compuesto menos conocido: el myrislignan. Se trata de un lignano con acción antioxidante y hepatoprotectora que contribuye a la desintoxicación del hígado y al fortalecimiento del sistema inmune.
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