Redacción El País
Originarias de México y Guatemala, las semillas de chía han sido valoradas desde tiempos de los aztecas y mayas por su capacidad para proporcionar energía y bienestar. Actualmente, son aclamadas por su alto contenido en nutrientes, entre ellos calcio, magnesio y fósforo, tres elementos clave para la salud de los huesos.
La chía sobresale como una fuente vegetal excepcional gracias a su perfil nutricional:
- Calcio: Estas diminutas semillas contienen más calcio por gramo que muchos productos lácteos, lo que las convierte en una alternativa ideal para quienes prefieren evitar los lácteos.
- Fósforo: Este mineral es imprescindible para la formación y regeneración ósea, trabajando en conjunto con el calcio.
- Magnesio: Fundamental para la correcta mineralización de los huesos, el magnesio también regula el equilibrio del calcio en el organismo, optimizando su absorción.
Cómo incorporar la chía a la dieta
La versatilidad de las semillas de chía las hace perfectas para incluir en diversas preparaciones, como yogures, batidos, ensaladas o panes. Al ser ricas en fibra y ácidos grasos omega-3, su consumo no solo contribuye a mejorar la densidad ósea, sino que también favorece la salud cardiovascular y digestiva.
Incluir chía regularmente en la dieta puede ser una estrategia sencilla y efectiva para cuidar los huesos y prevenir problemas como la osteoporosis. Además, es una excelente opción para quienes buscan alternativas vegetales sin renunciar a los beneficios del calcio y otros minerales esenciales.
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