Cómo darte cuenta de que tu gato no está atravesando un buen momento y qué hacer para ayudarlo

Tu felino da varias señales, tanto en su lenguaje corporal como en su comportamiento, de cómo se siente. Aprendé a reconocerlas.

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Foto: Unsplash.

Redacción El País
Los gatos son maestros del disimulo, pero cambios en su comportamiento, apetito o lenguaje corporal pueden delatar que no son felices en su casa o con su dueño. Detectar estas señales a tiempo es crucial para evitar que el malestar emocional derive en un problema de salud más serio.

Aunque tienen fama de independientes, el bienestar emocional de un gato depende por completo del entorno y del vínculo con su familia. Son animales sensibles que pueden sufrir ansiedad, estrés y tristeza, aunque lo oculten tras una apariencia serena.

Lo que tu gato dice con su cuerpo

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Foto: Unsplash.

El portal especializado 'Experto Animal' explica que los gatos se comunican a través de gestos sutiles. Prestar atención a estos detalles es clave para entender sus emociones:

  • Cola baja o que se mueve con brusquedad: Es una señal clara de inseguridad, nerviosismo o irritación.
  • Postura encorvada con el pelo erizado: Indica que el gato se siente vulnerable, asustado y a la defensiva.
  • Orejas planas o hacia atrás: Suele ser un signo de miedo o incomodidad.

Cambios de comportamiento: las alertas más evidentes

Cuando un gato deja de ser el de siempre, es porque algo no anda bien. Estas son las señales de alerta principales:

  • Se esconde o evita el contacto: El aislamiento repentino es un síntoma clásico de estrés o tristeza.
  • Pérdida de interés en jugar: La falta de actividad y el aburrimiento son grandes enemigos del bienestar felino.
  • Agresividad repentina: Gruñidos, bufidos o pequeños mordiscos pueden ser una respuesta al miedo o la incomodidad.
  • Cambios en los hábitos de acicalamiento: Tanto el exceso como el abandono del cuidado personal pueden indicar malestar.
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Cómo ayudar a un gato estresado

Si tu gato muestra varias señales de estrés o tristeza, es fundamental actuar con paciencia y conocimiento. Forzar el contacto o el juego puede ser contraproducente. La clave está en la observación, la calma y un ambiente que le brinde seguridad.

Primeros pasos: diagnóstico y observación

Lo primero y más importante es acudir al veterinario para descartar un problema físico. Muchas enfermedades se manifiestan con cambios de conducta. Una vez confirmado que su salud física es buena, es momento de evaluar los factores emocionales o ambientales que están afectando su bienestar.

Claves para crear un entorno seguro y estimulante

Un entorno enriquecido es la base para un gato feliz. Pequeños cambios en el hogar pueden marcar una gran diferencia en su comportamiento-

  • Estímulos y refugios: Proporcionale rascadores, juguetes, escondites y lugares elevados. Esto les permite liberar energía, ejercitarse y sentirse seguros al tener el control de su espacio.
  • Rutina estable: Los gatos son animales de costumbres. Mantener horarios fijos para la alimentación, el juego y el descanso refuerza su confianza y reduce la ansiedad.
  • Comunicación suave: Hablale en tono bajo y evita los movimientos bruscos o los gritos. Respetar sus señales y no invadir su espacio es fundamental para recuperar la calma.

El poder del afecto tranquilo y la paciencia

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El afecto en los gatos se construye con gestos pequeños y respetuosos. Una caricia breve cuando ellos se acercan, el tiempo de calidad compartido en silencio en la misma habitación, o la paciencia para esperar a que sean ellos quienes inicien el contacto, son acciones que reconstruyen el vínculo.

Con cuidado y constancia, un gato estresado puede volver a mirar con serenidad, a jugar con entusiasmo y a comer con gusto. Y, finalmente, el hogar recuperará el sonido más esperado: el ronroneo genuino, aquel que nace de la tranquilidad y la confianza plena.

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