Un informe reciente del Ministerio de Salud Pública advierte un repunte de casos de varicela en Uruguay, con mayor incidencia entre los 20 y 29 años, los adolescentes de 10 a 14 y los niños menores de 5. Aunque a menudo se la considera una enfermedad leve, Ana Mieres, directora técnica de UCM Falck, subraya que “no todos los casos cursan benignos como uno puede creer; entre un 2% y 6% presentan complicaciones”.
Mieres destaca la facilidad de transmisión del virus incluso antes de que aparezca el sarpullido. “El período de incubación oscila entre 10 y 21 días y la persona tiene posibilidad de contagiar uno a dos días antes que aparezcan las lesiones en piel, por eso es clave avisar a quienes estuvieron en contacto con alguien que se le diagnosticó varicela para que esta persona esté atenta a los síntomas que puede presentar varios días después —fiebre, malestar general, lesiones en piel tipo zarpullido—”. Y agrega: “En entornos como lugares de estudio, guarderías, lugares de trabajo, oficinas, clubes deportivos, un solo caso puede significar un brote con facilidad”.
Este escenario no es exclusivo de Uruguay. En México y Perú, los contagios subieron más del 30% en el último año, y en Estados Unidos estados como Florida llegaron a duplicarlos entre 2020 y 2024. Uno de los brotes más destacados ocurrió en Nueva York, donde más de 870 chicos y adolescentes no vacunados se contagiaron en pocos meses, lo que llevó a aplicar 27.000 dosis de vacuna y aislar a cientos para controlarlo.
Si bien muchos niños transitan la infección sin mayores complicaciones, la médica señala que pueden presentarse complicaciones que van desde infecciones bacterianas de la piel hasta neumonía, encefalitis y formas hemorrágicas.
“En embarazadas, la varicela puede tener consecuencias graves, malformaciones fetales hasta varicela neonatal, que puede ser mortal sin atención inmediata”, alerta y remarca que la vacunación no es solo un cuidado individual, sino una barrera colectiva.
En cuanto a la prevención, Mieres recomienda chequear los esquemas de vacunación de todos los miembros del hogar, La principal estrategia de prevención primaria es la vacunación contra varicela. El esquema de vacunación infantil en Uruguay incluye la vacunación con dos dosis. También señala que las personas quienes hayan estado en contacto con personas con diagnóstico con varicela y presenten síntomas deben hacer una primera consulta con médico para recibir indicaciones y tener seguimiento.
Los adultos con diagnóstico de varicela, deben mantenerse en aislamiento respiratorio, es decir en una habitación no compartida al pernoctar y usar tapabocas para deambular en los ambientes comunes de la casa y entendiendo las particularidades de los niños las medidas son laxas. El aislamiento de contacto, es decir no compartir la cama o tener contacto físico con otras personas hasta que todas las lesiones estén en fase de costra, lo que se conoce comúnmente como “cascarita” es mandatorio en adultos, en niños el aislamiento de contacto no se puede aplicar, los adultos deben usar tapabocas, ropas de mangas largas y lavar frecuentemente las manos para mitigar el contagio”
Aunque la Agencia Europea de Medicamentos está revisando dos vacunas tras un caso aislado de encefalitis, las autoridades coinciden en que siguen siendo seguras. “Los beneficios claramente superan los riesgos”, asegura Mieres, quien refuerza el valor de mantener alta la tasa de vacunación en la población para lograr inmunidad colectiva y frenar la llegada del invierno protegido.
“Detectar la varicela temprano, actuar con responsabilidad y vacunar es cuidar a los que no pueden hacerlo por sí mismos”, dice e insiste en que la enfermedad merece atención. Su mensaje es también un llamado a prevenir y proteger, tanto a nivel individual como familiar y comunitario.