Una naranja al día puede ayudar a cuidar tus pulmones y mantener tu corazón sano, según estudios

La naranja no solo aporta nutrientes esenciales para el organismo, sino que también actúa como un agente protector de diversos sistemas del organismo.

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Hombre pelando una naranja.
Foto: Freepik.

Ante el aumento de enfermedades respiratorias y la creciente exposición a contaminantes ambientales, expertos en salud recomiendan prestar mayor atención al cuidado de los pulmones. Una opción sencilla, accesible y científicamente respaldada es el consumo de naranjas.

Estudios señalan que esta fruta no solo fortalece las defensas del cuerpo, sino que también contribuye a la limpieza pulmonar, la reducción de la inflamación en las vías respiratorias y la reparación de tejidos dañados.

Las naranjas son una de las frutas más ricas en vitamina C, un micronutriente fundamental para combatir el estrés oxidativo, especialmente en los pulmones. La exposición constante a contaminantes atmosféricos, humo de cigarrillo o partículas en suspensión genera radicales libres, que dañan las células pulmonares y provocan inflamación crónica.

De acuerdo con investigaciones realizadas por la Universidad de Nottingham, la vitamina C actúa como un agente antioxidante que neutraliza estos radicales libres. Su consumo frecuente permite reducir la inflamación en las vías respiratorias, lo cual mejora la función pulmonar y puede aliviar síntomas en personas con enfermedades respiratorias crónicas como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Además, el European Respiratory Journal publicó un estudio que asocia una dieta rica en frutas cítricas con una disminución del 30 % en el riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares obstructivas en adultos mayores.

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Naranjas.
Foto: Freerange.

Sistema inmune y salud cardiovascular

Cada naranja aporta más del 90 % del valor diario recomendado de vitamina C, lo que favorece la producción de glóbulos blancos, responsables de combatir infecciones respiratorias como resfriados y gripes. De acuerdo con un análisis realizado por la Universidad de Helsinki, las personas que incluyen esta fruta regularmente en su dieta presentan una duración menor de los síntomas asociados a infecciones respiratorias.

Se recomienda consumir la fruta entera, ya que la pulpa contiene fibra y otros compuestos que amplifican sus efectos positivos.

El contenido de flavonoides como la hesperidina en las naranjas también incide en la salud cardiovascular. Según el American Journal of Clinical Nutrition, su consumo diario está vinculado con una disminución del 20 % en el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Además, la fibra soluble de la fruta ayuda a reducir el colesterol LDL, mientras que el potasio presente en su composición contribuye a mantener un ritmo cardíaco saludable y a contrarrestar el exceso de sodio en la alimentación.

Protección cutánea y ralentización del envejecimiento celular

El aporte antioxidante de las naranjas favorece también la salud dermatológica. La vitamina C estimula la producción de colágeno, lo que ayuda a mantener la elasticidad de la piel. Estudios han vinculado su consumo con una menor presencia de arrugas y manchas solares, atribuyendo estos efectos a la acción de los antioxidantes frente a la radiación UV y la contaminación.

Para obtener los beneficios mencionados, se recomienda incluir al menos una porción diaria de naranja en la dieta, preferiblemente en su estado natural. Puede incorporarse al desayuno, como colación entre comidas o en ensaladas. La evidencia científica respalda que la naranja no solo aporta nutrientes esenciales para el organismo, sino que también actúa como un agente protector de los pulmones ante las amenazas actuales del ambiente.

El Universal/GDA

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