Las proteínas son nutrientes esenciales para el cuerpo humano, ya que desempeñan un papel fundamental en el organismo, al contribuir a la estructura, función y regulación de tejidos y órganos. De acuerdo a las ‘Autoridades Europeas de Seguridad Alimentaria’, un adulto sano debe consumir al menos 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal. Aunque esta cantidad puede aumentar en personas que realizan ejercicio físico o mayores.
Mantener niveles proteicos es importante, ya que cuando hay deficiencia, el cuerpo comienza a verse afectado. Sin embargo, las dietas hiperproteicas pueden sobrecargar órganos, como los riñones, y afectar el equilibrio de los nutrientes.
Añadir proteína en polvo a un vaso de leche o un batido suele parecer la forma más sencilla de mejorar la salud, ya que esta es esencial para desarrollar y mantener la masa muscular, así como la fortaleza ósea, entre otros beneficios.
Por eso, los expertos en nutrición recomiendan que la ingesta sea con moderación, debido a que en exceso puede conllevar riesgos graves para el organismo. De acuerdo con la dietista Kathy McManus, directora del Departamento de Nutrición del Hospital Brigham and Women’s. “No recomiendo usar proteína en polvo, salvo en contadas ocasiones y solo bajo supervisión”.
A pesar de que su ingesta ofrece grandes beneficios para el cuerpo humano, existen ciertos riesgos que los médicos señalan y a los que las personas deben prestar atención al momento de ingerirla.
¿Cuáles son los riesgos ocultos de consumir proteína en exceso?
1. Deshidratación
Cuando se consumen proteínas en exceso, los riñones deben trabajar el doble para metabolizar el exceso de nitrógeno. Este proceso requiere más agua, lo que incrementa la pérdida de líquidos si no se compensa adecuadamente, y esto podría desencadenar una deshidratación, según el sitio ‘Vidae’.
2. Posible aumento de peso
Estos nutrientes generan saciedad y ayudan a bajar de peso, pero lo que muchos no saben es que, cuando se ingieren en exceso, pueden producir el efecto contrario. Esto hace que las personas aumenten de peso sin darse cuenta.
3. Olores corporales intensos
El consumo excesivo de proteínas podría elevar la producción de amoníaco, causando mal aliento, sudor con olor fuerte o gases desagradables. Además, cuando no se digieren adecuadamente, estas se fermentan en el intestino, provocando irritación o malestar digestivo.
4. Problemas renales
Algo que muchas personas no saben, y que representa un riesgo oculto, es que cuando no se ingiere con moderación, suele sobrecargar los riñones, especialmente a quienes tienen predisposición o sufren una enfermedad renal.
5. Déficit de otros nutrientes
Al tener un alto consumo de proteína, muchos comienzan a dejar de lado alimentos como las frutas, verduras o cereales integrales, lo que reduce la ingesta de nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo, como lo son la fibra, las vitaminas y los antioxidantes.
6. Problemas articulares
Por otro lado, ingerir demasiado de estos nutrientes, especialmente de origen animal, incrementa la producción de ácido úrico, lo cual sobrecarga los riñones y el hígado, favoreciendo la acumulación de cristales en las articulaciones.
7. Aumenta el riesgo cardiovascular
Cuando se eligen fuentes proteicas animales, como las carnes rojas o procesadas, en exceso, tiene un riesgo oculto, ya que esto puede elevar la ingesta de grasas saturadas en la dieta e incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
El Tiempo - GDA