Redacción El País
Al momento de comprar huevos, el color de la cáscara suele ser lo primero que llama la atención.
Algunos son blancos y otros marrones, lo que ha generado dudas sobre posibles diferencias en sabor, calidad o aporte nutricional.
La explicación es genética: las gallinas de plumaje blanco y lóbulos auriculares del mismo color ponen huevos blancos, mientras que las de plumas rojizas o marrones y lóbulos rojos producen huevos marrones.
Este rasgo no influye en el contenido, por lo que ambos tipos de huevo son iguales en términos de nutrición y sabor.
Thomas Folco, avicultor cordobés que comparte información en redes sociales, explicó: “Si te dijeron que el huevo colorado y el huevo blanco son de distinto sabor o calidad, te mintieron. Muchos creen que el color cambia según lo que come la gallina, pero no es así. La respuesta es más simple: depende de la raza. En sabor y calidad son iguales, lo único que cambia es lo que prefiere cada persona”.
Investigaciones de Hendrix Genetics, difundidas por Estella Leentfaar, gerente de producto de nutrición de la compañía, ratificaron que no hay diferencias entre huevos blancos y marrones en vitaminas, minerales, textura ni sabor. Las percepciones de algunos consumidores suelen estar asociadas al tipo de crianza y a la alimentación de las aves.
El precio más alto de los huevos marrones responde a que las gallinas que los producen son más grandes, consumen más alimento y tardan más en completar cada ciclo de postura.
Esto encarece los costos de producción y repercute en el valor final. Además, factores culturales influyen en la preferencia: en Europa y América Latina suelen considerarse más “naturales”. Según datos de Semantic Scholar, en Europa más del 80% de los huevos consumidos son marrones, en América Latina llegan a un 30% y en Estados Unidos apenas alcanzan un 10%.
En lo estético, también hay diferencias. Los huevos marrones suelen presentar manchas o irregularidades en la cáscara, mientras que los blancos se ven más uniformes. Sin embargo, especialistas coinciden en que lo importante al elegir no es el color, sino aspectos como la fecha de vencimiento, la conservación y el sistema de crianza (jaula, piso o libre pastoreo).
En base a El Tiempo/GDA