El truco definitivo para conservar la palta fresca varios días, ¿cómo usar cebolla para evitar la oxidación?

Un método casero, económico y muy fácil de aplicar permite que la palta mantenga su color y textura por más tiempo. La clave está en sumar un poco de cebolla para frenar la oxidación.

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Redacción El País
Abrir una palta en el punto justo siempre se siente como un pequeño triunfo doméstico, pero esa alegría dura poco: en cuestión de horas la pulpa se oscurece y pierde ese tono verde tan tentador. Aunque el proceso es natural, no es inevitable.

En muchas cocinas circula un truco casero, simple y accesible, que ayuda a mantener el fruto fresco por más tiempo. El protagonista es algo tan común como un trozo de cebolla, cuya acción permite frenar la oxidación de manera sorprendente.

Un método casero que pasó de generación en generación

En los hogares se repite una técnica que nunca falla: se guarda la mitad de la palta en un recipiente hermético y se agrega un poco de cebolla morada en el fondo. La pulpa no necesita tocarla para que funcione: la cebolla libera compuestos que actúan como barrera natural y retrasan el cambio de color.

Para aplicarlo, basta con colocar la cebolla picada o en trozos en la base del recipiente, ubicar la palta con el corte hacia arriba y cerrar bien antes de llevarla a la heladera. Con este sistema, el fruto puede conservarse durante dos o tres días sin que pierda sabor ni suavidad, ideal para quienes comen de a poco o quieren evitar tirar comida.

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Mujer con una palta.
Foto: Freepik.

Otras formas de mantener el color y la textura

En muchas cocinas también se apela al limón, cuyo jugo protege la superficie de la palta al generar una fina película que frena el contacto con el aire. El aceite de oliva actúa de manera similar, y suele ser una opción cuando se busca preservar el sabor sin grandes modificaciones. Otra práctica extendida es cubrir la pulpa con papel film, siempre asegurando que el plástico toque directamente la superficie para que el método sea efectivo.

En los últimos años, se volvió popular otro truco: sumergir la mitad del fruto en agua fría, dentro de un recipiente cerrado que va a la heladera. Funciona bien por uno o dos días y suele ser útil cuando el consumo es rápido. También existe la vieja costumbre de dejar el hueso en la mitad abierta, lo que reduce la superficie expuesta, aunque por sí solo no evita totalmente el oscurecimiento.

Palta. Foto: EME

El punto de maduración también influye

Si la palta está todavía firme, lo mejor es dejarla a temperatura ambiente hasta que alcance el punto justo. Una vez madura, la refrigeración ayuda a prolongar su vida útil sin alterar demasiado la textura. Algunas personas optan por congelarla cuando saben que no la van a consumir enseguida: conviene rociarla con un poco de limón antes de guardarla para preservar el color. Si bien la pulpa queda más blanda al descongelar, sigue siendo perfecta para guacamoles, cremas, batidos y sopas.

Otros especialistas recomiendan cortarla de forma transversal, dejando menos superficie expuesta al aire. Es un detalle mínimo, pero puede marcar una diferencia para quienes la consumen de a poco y buscan aprovecharla al máximo.

Cuidar la frescura de la palta es parte de la organización cotidiana en muchos hogares. Son trucos simples, económicos y efectivos que permiten reducir el desperdicio, planificar mejor las comidas y disfrutar de un fruto que forma parte del menú diario de miles de familias.

En base a El Tiempo/GDA

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