Redacción El País
Un estudio realizado en el Reino Unido puso a prueba la creencia de que los alimentos ultraprocesados, incluso aquellos promocionados como “saludables”, pueden ayudar a perder peso tanto como los platos caseros.
Si bien ambas dietas lograron reducir kilos, los resultados mostraron una diferencia significativa: una fue casi el doble de efectiva que la otra.
La investigación, publicada en la revista Nature Medicine y encabezada por Samuel J. Dicken, del Centre for Obesity Research del University College de Londres, comparó una dieta basada en comida mínimamente procesada —similar a la que se prepara en un hogar— con otra compuesta por alimentos ultraprocesados.
En esta última categoría se incluyeron cereales para el desayuno, comidas congeladas o listas para consumir, dulces, pan producido en masa, alternativas a base de plantas y barras de avena.
Los resultados fueron claros: aunque ambas dietas provocaron pérdida de peso, la dieta con alimentos menos procesados logró casi duplicar la reducción de kilos. Además, contribuyó a disminuir la grasa corporal, reducir los niveles de triglicéridos en la sangre y controlar los antojos durante el día.
El estudio contó con 55 adultos con sobrepeso u obesidad, residentes en Londres y el sureste de Inglaterra, con una edad promedio de 43,2 años. Durante ocho semanas, los participantes siguieron una de las dos dietas; luego descansaron cuatro semanas y adoptaron la dieta restante.
Podían comer cuando quisieran y, en promedio, consumieron unas 4.000 calorías diarias. Los investigadores advirtieron que, por tratarse de una muestra reducida, no es posible extrapolar los resultados a toda la población mundial.
Por qué se eligen los ultraprocesados
Aunque existe cada vez mayor conciencia sobre los riesgos para la salud, la popularidad de los alimentos ultraprocesados se mantiene alta. Un reporte de 2025 de la Universidad Purdue, en Estados Unidos, indicó que el 30% de los 1.200 encuestados considera que estos productos son poco saludables y deberían evitarse. Sin embargo, el 61% cree que pueden formar parte de una dieta equilibrada.
Según un estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., la principal razón por la que las personas compran ultraprocesados es la falta de tiempo para cocinar desde cero y, en muchos casos, la falta de conocimientos para hacerlo de forma eficiente, especialmente en hogares con niños.
Un mensaje claro
La investigación británica refuerza una conclusión que, aunque conocida, no siempre se pone en práctica: optar por alimentos mínimamente procesados no solo favorece la pérdida de peso, sino que también mejora otros indicadores de salud. Y aunque la conveniencia de los ultraprocesados pueda resultar tentadora, la cocina casera sigue llevando la delantera en efectividad y beneficios.
En base a La Nación/GDA
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