Boulevard de las Palmeras: lo nuevo para los foodies, en una casona a metros del puerto de Punta del Este

La apertura de Boulevard de las Palmeras llega una propuesta que mezcla oficio, sensibilidad y producto fresco en una casona recuperada a metros del puerto.

Boulevard de las Palmeras.
Boulevard de las Palmeras.

La temporada de verano está cada vez más cerca y en el Este uruguayo ya comenzó, de a poco, el movimiento.

La apertura de Boulevard de las Palmeras en Punta del Este es más que un nuevo restaurante: es la materialización del vínculo que Marcelo Betancourt construyó con el Este uruguayo, una relación que comenzó hace más de quince años y que él mismo define como un cambio de vida.

Aunque nacido en Montevideo, el quiebre llegó en 2009, cuando tras cerrar el local que tenía en la capital, una recomendación casual lo llevó a José Ignacio, donde se enamoró del lugar y formó parte de su universo gastronómico por años, desde la cocina de los hoteles Vik.

Ahora, esta nueva propuesta en la península se suma a La Piqniquería, nacida en pandemia en Punta del Este también de la mano de Betancourt.

El entorno de la casona de Boulevard de las Palmeras, efectivamente sobre el boulevard de palmeras, tiene una magia difícil de explicar para él: “Esta parte de Punta del Este es caminable, tiene encanto. Bajás a la rambla, te das una vuelta y empezás el día ganando”.

Boulevard de las Palmeras
Boulevard de las Palmeras

Es un lugar que está entre esos recuerdos que uno guarda de la infancia, y ahora este regreso es una apuesta que reúne oficio, sensibilidad y una obsesión por los detalles.

La propuesta gastronómica combina la fuerza de la parrilla tradicional uruguaya con el dinamismo de una joven generación de cocineros, liderados por Betancourt y la chef Micaela Wicnudel. Sin embargo, la estrella del menú es la frescura sin intermediarios. “Lo que me pasó es que yo voy mucho a parrilladas, me encantan. Pero acá hay variedad porque quiero que la gente pueda venir y volver. Es una parrilla, pero otro día viene y puede comer un pescado, otro día vuelve y puede comer una pasta”, señala.

Marcelo Bentancourt.
Marcelo Bentancourt.

El restaurante está ubicado a apenas unos metros del puerto, y esa proximidad define la carta: “En época de pruebas bajábamos caminando, elegíamos el pescado y volvíamos con la bolsita. Más fresco imposible”, cuenta Betancourt.

Esta cercanía permite trabajar con pesca fresca y vegetales de estación, mientras que la parrilla sirve de método de cocción para carnes premium locales, mariscos, integrando técnicas clásicas y nuevas tendencias. Además, cuenta con una curaduría de vinos de Maldonado, otras regiones del país y etiquetas internacionales.

La casona en que funciona permaneció cerrada casi dos décadas. El espacio fue remodelado a fondo, transformándose en un lugar luminoso, con vegetación integrada al diseño, una gran barra central, y como protagonista un mostrador de cocina abierta donde el comensal puede ver el trabajo del equipo.

Detrás del proyecto, además de Micaela Wicnudel (chef), Franco Pelassini (jefe de sala) y Clara Lopez (anfitriona), hay una dedicación casi obsesiva por lo que no siempre se ve, desde la iluminación hasta la altura exacta de la barra. “Son mil detalles que te hacen sentir bien sin que sepas por qué. Ahí está la magia”, asegura Betancourt.

El restaurante estará abierto todo el año, con atención extendida durante los meses de verano.

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