Redacción El País
El yogur no solo es una fuente valiosa de calcio y proteínas, sino que también nos provee de probióticos, bacterias y levaduras vivas que promueven un equilibrio adecuado en la flora intestinal. Esto mejora la digestión, previene infecciones ocasionadas por organismos dañinos y fortalece el sistema inmunitario. Además, facilita la absorción de nutrientes esenciales de los alimentos. Sin embargo, hay otros alimentos que los aportan.
A diferencia de las vitaminas, no hay una ingesta diaria recomendada para los probióticos, y por ello, no está claramente definido qué tipos o cantidades son las óptimas, indicó el blog médico de la Universidad de Harvard. Por esto, la recomendación general solamente es de incorporar alimentos con probióticos a la dieta cotidiana.
Entre los cientos de bacterias que se pueden ingerir y se clasifican como probióticos, Lactobacillus y Bifidobacterium son los dos géneros más comunes en alimentos con estas características. Se reconocen en las etiquetas de los productos como L. o B., seguido por el nombre de una cepa en particular. Por ejemplo, la cepa L. acidophilus es la que se encuentra frecuentemente en yogures.
El yogur es una elección extendida por su accesibilidad y por las distintas maneras de consumirlo. De no haber una identificación clara en el producto que indique el contenido de probióticos, conviene buscar en la etiqueta las palabras "cultivos vivos y activos". Es importante prestar atención al contenido de azúcar, especialmente en variedades frutales, apuntaron desde la universidad estadounidense.
Otras opciones de alimentos ricos en probióticos son los siguientes:
- Kéfir: similar al yogur, pero de consistencia más líquida y sabor ácido. Viene en versiones lácteas y no lácteas y es una base excelente para batidos
- Kimchi: plato fermentado de col picante, originario de Corea, que combina ajo, sal, vinagre y chiles. Se puede consumir solo o combinado con arroz o fideos, entre otros
- Kombucha: bebida fermentada a base de té con sabor ácido. Contiene cafeína y algunas versiones tienen azúcar añadido, por lo que es importante revisar las etiquetas
- Miso: pasta de sabor potente utilizada en la gastronomía japonesa, hecha con soja fermentada y arroz. Es ideal para salsas o aderezos
- Pepinillos encurtidos: no todos valen; hay que optar por los encurtidos en agua y sal marina, no en vinagre, para asegurar la presencia de probióticos
- Chucrut: col fermentada que se suele utilizar como guarnición. Es mejor elegir el chucrut crudo o no pasteurizado, puesto que retiene más probióticos
- Tempeh: pastel de soja fermentada con una textura más firme que el tofu, popular como sustituto de la carne y listo para consumir, aunque algunas marcas requieren de cocción
Cabe recordar la importancia de elegir comida con probióticos con el fin de complementar una dieta equilibrada y beneficiar la salud intestinal.
Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.
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