Ritual de los siete granos, el símbolo navideño que promete atraer prosperidad y abundancia al hogar

Redacción El País
Con diciembre llega el tiempo de encuentros familiares, balances y nuevas metas. Muchas personas buscan cerrar el año agradeciendo lo vivido y abriendo la puerta a la prosperidad y la abundancia. Entre las prácticas más populares aparece el ritual de los siete granos, una tradición que combina simbolismos agrícolas y creencias espirituales, y que se considera un llamado a despejar la escasez del hogar.

Según el canal Suerte Dinero, dedicado al Feng Shui, cada grano aporta una energía particular que, al reunirse, potencia la intención de crecimiento económico y bienestar. La idea es sencilla: unir semillas con distintos significados para favorecer la armonía y el flujo positivo en el nuevo ciclo.

El ritual mezcla costumbres ancestrales con tradiciones cristianas que vinculaban el almacenamiento de granos con la protección del hogar. En esa línea, cada semilla representa un aspecto diferente de la prosperidad y, en conjunto, forman un símbolo de abundancia y equilibrio energético.

Los siete granos tradicionales son:

• Arroz: asociado a los bienes y a la seguridad material.
• Maíz: vinculado a la fortaleza y la estabilidad.
• Trigo: relacionado con el bienestar y la plenitud.
• Lentejas: un clásico símbolo de crecimiento económico.
• Porotos: representan nutrición, protección y sustento.
• Garbanzos: se consideran fuente de energía y creatividad.
• Avena: aporta salud, orden y equilibrio emocional.

Juntas, estas semillas buscan reforzar la intención de abundancia financiera y abrir caminos a nuevas oportunidades.

Foto: Unsplash.

Para realizar el ritual se sugiere generar un ambiente tranquilo, propicio para la gratitud y la intención positiva. Muchas personas optan por encender una vela y agradecer tanto lo recibido como lo que desean atraer en el próximo año.

En un recipiente o una bolsita, se coloca la misma cantidad de cada grano y se suman hojas de laurel y algunas monedas, como símbolo explícito de prosperidad. La clave está en combinar los elementos con calma y claridad, reforzando la idea de renovar energías y dejar atrás lo que ya no sirve.

Foto: Pexels.

La tradición aconseja guardar la mezcla en una bolsita de tela o en un frasco de vidrio, siempre en un lugar visible donde la energía circule. Puede ubicarse en la sala, en la cocina, cerca de las puertas o incluso entre las macetas, sitios que suelen asociarse al movimiento y a la renovación.

El objetivo es que los siete granos acompañen el año que comienza, recordando la intención de prosperidad, fortaleza y bienestar que inspira este ritual.

En base a El Tiempo/GDA