El boxeo es un deporte muy completo, pero no todo el mundo está hecho para enfrentarse a golpes con otra persona. Por eso, el ex boxeador Fernando Cleffi creó un entrenamiento basado en la preparación física necesaria para boxear, pero sin escuela de combate. Lo llamó ‘crossbox’. El objetivo —dijo— es “hacerle llegar a la gente los beneficios de este deporte”.
“Uno asocia el boxeo con el tren superior —hombros, pecho, tríceps— y sin embargo es integral. Trabaja también las zonas media e inferior y las capacidades físicas, como fuerza, resistencia y coordinación. Es completo y muy entretenido”, sostuvo. Mucha gente se sorprende, por ejemplo, por la cantidad de sentadillas que hacen en las clases.
Cómo es una clase de crossbox
Si bien el origen del boxeo se asocia al Antiguo Egipto, hay pruebas de que este deporte se practicaba en la prehistoria —alrededor del 6.000 a.e.c— en la zona de la actual Etiopía, según National Geographic. Se expandió a Grecia, Roma y luego al mundo; popularizándose, sobre todo, en Gran Bretaña.
Cuando se piensa en boxeo, hay palabras que no pueden faltar: ring, round, knock-out. Y en crossbox esas palabras están implícitas, solo que sin el combate cuerpo a cuerpo. “La clase está diseñada en rounds de tres minutos y no se termina hasta que suena la campana”, contó Cleffi. Además, no hay descansos dentro del round: “Venimos del boxeo. Si uno se queda en el piso, aunque sea por diez segundos, pierde por knock-out”.
La propuesta incluye una matriz de 250 ejercicios; algunos compartidos con otras disciplinas, como las lagartijas o el salto a la cuerda. Tiene puntos de contacto con entrenamientos como el crossfit o el funcional y el “gran diferencial” son los ejercicios físicos específicos del boxeo, como tirar golpes venciendo la resistencia de una súper banda o el peso de las mancuernas. Otra diferencia con el crossfit son los volúmenes de peso, que en crossbox son menores.
Si bien la clase es grupal, funciona para todos los niveles. “Cada uno tiene su espacio de trabajo, su bolsa, sus pesas. Puede haber un principiante al lado de un experto y nadie molesta a nadie porque cada uno va a su ritmo”, señaló el ex boxeador y contó que cada round puede incluir, por ejemplo, una serie de ejercicios, y en ese tiempo uno puede hacer cuatro vueltas completas y otro puede hacer solo una, que también está bien.
Boxear sin boxear
Los beneficios no son solo físicos. “Cualquier disciplina brinda bienestar mental y emocional, y los deportes de combate, como el boxeo, tienen el plus de contar con un elemento de descarga”, destacó Cleffi y agregó que hay gente que ha llegado a las clases por recomendación de su psicólogo. En el caso del crossbox, el “elemento de descarga” no es otra persona, sino la bolsa o las manoplas.
La gente va en busca de salud física y mental, indicó. La mejora estética viene después —dijo—, como consecuencia de entrenar con constancia. Además, es un “círculo virtuoso” porque “uno empieza a entrenar, mejora sus capacidades físicas y se siente mejor y entonces se motiva y comienza a cuidar lo que come, le cambia el humor y tiene más energía”.
Un aspecto interesante —lo más desafiante para la mayoría de la gente, según Cleffi— es cómo se imparte la clase. “Estamos por fuera de una tendencia que está en auge en los gimnasios —y no es una crítica— que es ‘vení a pasarla bien, vamos a divertirnos y trabajar en equipo’”, expresó el ex boxeador. En crossbox no habla nadie más que el profesor y —como se explicó anteriormente— no se deja que la gente pare.
Además, “se intenta sacar lo mejor de cada uno a través del desafío y a veces hay gritos, retos, tonos de voz. Nunca será una falta de respeto, no habrá insultos, pero sí un llamado al amor propio de la persona, a la rebeldía, al espíritu de sacrificio. Algunos ya lo tienen, otros no y acá se les despierta y les encanta, y otras veces pasa que no les gusta”.
Quién puede hacer crossbox y cada cuánto
Crossbox es un deporte que está dirigido a personas mayores de 18 años y se recomienda consultar al médico en caso de tener alguna condición de salud. Más allá de eso, como cada uno entrena en su lugar, si alguien tiene un problema, por ejemplo, de rodilla, los ejercicios pueden adaptarse para mitigar el impacto en la zona, indicó el ex boxeador Fernando Cleffi.
Sugirió practicar la disciplina no menos de dos veces por semana y dijo que la rutina está pensada para que, si uno quiere venir de lunes a viernes, pueda hacerlo perfectamente sin sobrecargarse ni trabajar siempre lo mismo.
“Hay pocos veinteañeros que lo practican. El promedio de edad en sus clases va de los 27-28 años hasta los 50 y la mayoría se encuentra en los 30”, comentó.
Por último, mencionó que el crossbox puede ser un complemento para cualquier otro deporte, pero que no sustituye el entrenamiento físico específico que requiere cada una de las demás disciplinas.