Redacción El País
Aunque muchos todavía asocian el yoga exclusivamente con la relajación o la flexibilidad, esta disciplina milenaria también puede ser una herramienta eficaz para fortalecer el cuerpo. De hecho, hay posturas que no solo tonifican, sino que activan zonas profundas de la musculatura y mejoran la salud integral. Es el caso de navasana, más conocida como la postura del barco.
Según el maestro Sharath Jois, uno de los grandes referentes del Ashtanga Yoga, mantener esta postura durante 25 respiraciones conscientes puede equivaler al esfuerzo de hacer 100 abdominales clásicos. Lejos de ser una exageración, su afirmación se basa en el intenso trabajo muscular que demanda esta posición, y en el rol clave que cumple la respiración controlada.
Más que abdominales: un ejercicio completo
Navasana es un ejercicio isométrico, lo que significa que se trabaja en estático, sosteniendo la postura con la fuerza del cuerpo. Si se practica correctamente, activa la musculatura profunda del abdomen, así como los flexores de cadera, la espalda, el suelo pélvico, los glúteos e incluso los músculos de los muslos y los brazos.
Además, tiene un beneficio poco mencionado: protege la zona lumbar al fortalecer la musculatura que la sostiene. Al mismo tiempo, mantiene activas las piernas al elevarlas del suelo, favoreciendo la circulación y aportando estabilidad corporal.
Bienestar emocional y concentración
Pero la postura del barco no trabaja solo el cuerpo. Como buena práctica de yoga, también impacta en el plano mental. Estudios realizados en la India, como el del S. Nijalingappa Medical College, revelaron que quienes practican yoga de forma regular registran una reducción del cortisol, la hormona vinculada al estrés.
Al ser una postura que requiere foco, control de la respiración y conexión entre cuerpo y mente, también mejora la concentración y la coordinación. Esta doble activación —física y mental— es lo que hace de navasana una asana tan poderosa.
Cómo hacer la postura del barco paso a paso
No se necesitan aparatos ni experiencia previa para realizar esta postura. Solo una esterilla y unos minutos al día.
- Sentate sobre la esterilla, con la espalda recta, las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo.
- Llevá el tronco un poco hacia atrás y levantá los pies, de forma que las piernas se extiendan hacia el techo, formando con tu cuerpo una especie de "V".
- Estirá los brazos hacia adelante (paralelos al piso) o apoyalos sobre los muslos para más estabilidad.
- Mantené la mirada al frente o ligeramente hacia arriba.
- Sostené la postura de cinco a diez respiraciones profundas, sin apurarte.
Una práctica para incorporar a tu rutina
Xuan Lan, profesora de yoga y divulgadora del bienestar, destaca que la navasana combina equilibrio, fuerza y concentración. Además de trabajar el abdomen y la espalda, ayuda a mantener un vientre plano, mejora la digestión y potencia el enfoque mental.
En pocas palabras, es una postura accesible y completa, ideal para quienes buscan entrenar el cuerpo sin castigar las articulaciones y, al mismo tiempo, cultivar un estado de calma.
Incorporarla a tu rutina diaria puede ser ese pequeño gran cambio que necesitás para fortalecer tu centro físico y emocional.
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