Está comprobado: en cada viaje, con suerte, usamos el 30% de lo que llevamos en la valija. También está comprobado que siempre nos olvidamos algo importante, como un cargador o ese vestido que nos vendría bárbaro para la salida de noche del último día.
En lo personal, si hay algo que me sale bien, es armar valijas, sean mías o de otros. Con los años he perfeccionado mi método y acá te lo comparto.
Claves paso a paso:
- ¿A dónde voy? Parece obvio, pero muchas veces no se tiene (tan) en cuenta la previsión del clima del destino durante los días que lo visitaremos; cómo es el lugar donde nos alojaremos (ciudad, montaña, all inclusive, crucero, etcétera) de cuántos días será la estadía o las actividades que realizaremos.
Esto es esencial, por ejemplo, en el área de calzado. Si vas al caribe, es probable que con un par de ojotas y un calzado más, como pueden ser championes o unas sandalias cómodas, te arregles. No es necesario llevar esos tacos que te encantan, salvo tengas planeado ir a algún lugar elegante. Ahora, si visitarás la nieve y no contás con zapatos impermeables, por más que los alquiles al esquiar, es mejor que tengas un par de repuesto por si los que llevás se mojan y demoran en secarse. Acá sí, lo mejor es prevenir, en destinos de calor no es tan necesario.
- ¿Dónde te quedarás? Tan importante como elegir prendas cómodas y funcionales, es chequear si podés lavar la ropa. Cosa que pocas veces hacemos, pero es fundamental. A veces estás en un Airbnb o el hotel o hostel tienen sistema de lavadero. Si es así, pensá que podés aprovechar las prendas que lleves mucho más aún.
- Sacale todo el jugo a tu valija. Llevá prendas cómodas y combinables entre sí. Armá conjuntos y repetí ropas. Por cada parte de abajo pensá en mínimo tres usos y combinalas con tres partes de arriba, que usarás mínimo dos veces .
Por ejemplo, llevá un pantalón que combine con tres camisas o remeras diferentes. Si sos de las personas que te gusta tener todo a tono, o te estresás al pensar que ponerte, podés armar conjuntos en monocromo o llevar solo neutros para no complicarte.
- Olvidate el “por las dudas”. No es necesario ni conveniente llevar cosas “por las dudas”. Lo que no usás cotidianamente, tampoco lo usarás en el viaje. Ese espacio es valioso y podrías utilizalo para compras, regalos o simplemente para no cargar de más.
Si viajás a un clima frío
Llevá puesto ese abrigo pesado y que ocupa espacio. Aunque hagan 40 grados al salir. De todas formas lo necesitarás al bajar del avión.
Elegí una campera abrigada que combine con todo y aplicá el concepto “cebolla”: vestirse usando capas que puedan quitarse y sean fáciles de guardar en la mochila o cartera (podés incluir remeras térmicas y medias de lana, ocupan poco lugar y abrigan bastante).
Una lista tentativa:
- Camisetas térmicas.
- Suéteres, chaleco polar, o buzos deportivos que proporcionen aislamiento adicional.
- Pantalones gruesos, impermeables o con forro polar para protegerte del frío y la humedad.
- Una chaqueta resistente al agua y al viento, preferiblemente con aislamiento térmico.
- Medias gruesas de lana o térmicas para mantener los pies calientes y secos.
- Botas impermeables y aislantes con buen agarre para caminar sobre nieve o hielo.
- Accesorios: Un gorro de lana, guantes o manoplas preferentemente, resistentes al agua.
- Bufanda o cuello de lana: Para proteger el cuello y la parte inferior de la cara.
- Lentes de sol: Para proteger los ojos de la luz intensa del sol en zonas nevadas.
Si vas al calor
Para un viaje a un clima tropical, empacá ropa liviana y transpirable que permita al cuerpo respirar. Si podés optá por textiles naturales como algodón y lino, colores claros para reflejar el calor, y evitá el poliéster. Considero que un par de vestidos livianos son imprescindibles. No tengas miedo de repetir. No es necesario lleves 10 vestidos, un máximo de 3 es más que suficiente.
Lista tentativa:
- Camisetas y pantalones cortos.
- Camisas de manga larga, para protegerte del sol y los insectos, especialmente en zonas con muchos mosquitos.
- Pantalones largos y ligeros: ideales para caminatas o protegerte de los insectos a la noche.
- Traje de baño: Podés repetir la parte de arriba simplemente secándola el mismo día así que, si podés, llevá alguna parte de abajo extra que combine con todo.
- Ropa de abrigo ligera: Un suéter o chaqueta fina puede ser útil para las noches frescas o para zonas con aire acondicionado.
- Sombrero o gorra y lentes de sol.
Siempre a mano
Sea cuál sea el destino al que vayas, la mochila o cartera debe ser liviana.
Elegí una mochila o bandolera que sea cómoda, impermeable idealmente, y de un tamaño donde puedas guardar lo básico que necesitarás durante el día.
No te olvides de una bolsa reutilizable, de esas que quedan chiquitas y no ocupan mucho espacio. Son muy útiles si comprás cosas en el camino o si necesitás guardar algo, nunca están de más.
Importantísimo: llevá una bolsa de compresión: será útil para reducir el volumen de la ropa sucia y ahorrar espacio en tu valija.
Si despachás valija, en la carry on o bolso de mano siempre llevá una muda de ropa. ¡Que la perdida de una maleta no te arruine el primer día de vacaciones! ¡Buen viaje y que disfruten mucho!
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