Redacción El País
Despertarse y no poder moverse, sentir que la mente está despierta pero el cuerpo no responde. Esa es la escena que muchas personas describen —sobre todo jóvenes— cuando atraviesan un episodio de parálisis del sueño, un fenómeno que aunque provoca gran angustia, no implica ninguna enfermedad ni representa un peligro real para la salud.
En un reciente video publicado en su cuenta de TikTok, el médico español Eduard Estivill —referente en medicina del sueño— echó luz sobre esta situación que, aunque poco visibilizada, es más frecuente de lo que se cree. “No estás loco, no es una patología”, asegura el especialista. Y añade: “Es simplemente una característica fisiológica que aparece en ciertas personas”.
Cuando el cerebro se despierta antes que el cuerpo
Estivill explica que al despertarnos, lo habitual es que el sistema nervioso active de forma simultánea tanto la conciencia como la movilidad corporal. Pero en algunos casos, ese sincronismo falla: la mente se enciende, pero el cuerpo queda en pausa por unos segundos.
Ese “desfase” es lo que genera una sensación de bloqueo total, en la que la persona es consciente de que está despierta, pero no puede hablar ni moverse. Aunque se viva como una especie de pesadilla real, el episodio se resuelve por sí solo en cuestión de segundos. “Nunca nadie quedó paralítico por esto”, aclara el doctor.
Qué hacer si te pasa
La principal recomendación de Estivill es mantener la calma. Comprender de qué se trata puede marcar una gran diferencia en cómo se atraviesa el episodio. “Si te pasa, pensá: ‘Esto es lo que decía Estivill, es normal’”, aconseja el médico, con tono cercano.
Además, sugiere no intentar levantarse de golpe ni forzar los movimientos, ya que algunas personas han llegado a caerse al recuperar bruscamente la movilidad. La clave es esperar, respirar hondo y dejar que el cuerpo reaccione naturalmente.
Un fenómeno frecuente, pero silenciado
La parálisis del sueño sigue siendo un tema poco hablado, lo que alimenta el desconcierto de quienes la experimentan por primera vez. Muchos llegan a pensar que están perdiendo la razón, y por eso evitan contarlo o consultarlo. En este sentido, la divulgación científica en redes sociales puede cumplir un rol clave para desmitificar, informar y tranquilizar.
Lejos de ser una señal de algo grave, se trata de una alteración benigna del sueño, sin consecuencias físicas ni psicológicas a largo plazo. Y aunque resulte difícil, saberlo de antemano puede transformar una experiencia aterradora en un simple contratiempo pasajero.