Redacción El País
La investigación, realizada por la Universidad de Barcelona y publicada en Food & Function, analizó a 76 jóvenes de entre 20 y 28 años durante ocho semanas. Los resultados mostraron que quienes consumieron unos 40 gramos diarios de nueces presentaron un aumento de melatonina en la orina, conciliar el sueño más rápido y reportaron menos somnolencia diurna en comparación con el período sin frutos secos.
Los beneficios parecen estar relacionados con la composición nutricional de las nueces: contienen triptófano —precursor de la melatonina—, melatonina vegetal, magnesio y vitaminas B5 y B6, nutrientes asociados al descanso y la regulación del sueño.
En concreto, el estudio observó que, tras cuatro semanas de consumo, los niveles de melatonina aumentaron de forma significativa y se redujo en promedio 1,3 minutos el tiempo necesario para quedarse dormido. También mejoraron las puntuaciones en escalas de calidad del sueño y disminuyó la somnolencia diurna autoinformada, aunque no se hallaron cambios relevantes en los ritmos circadianos.
Los investigadores destacan que este es el primer ensayo clínico controlado sobre la relación entre nueces y sueño. Si bien los efectos se registraron tras consumirlas en la cena, los autores creen que el beneficio depende más de la ingesta diaria que del momento específico.
"Los resultados abren la puerta a futuras investigaciones en otros grupos de edad y en personas con trastornos del sueño", señaló María Izquierdo-Pulido, investigadora principal del estudio.
En base a El Tiempo - GDA