Islamabad - El ex presidente estadounidense George Bush llegó hoy a Pakistán para reunirse con altos cargos del Gobierno de Islamabad y revisar las tareas de reconstrucción tras el devastador terremoto del pasado octubre en Cachemira.
La visita del padre del actual presidente de EE.UU. se produce en medio de una gran polémica y después de que miles de paquistaníes se hayan manifestado en todo el país contra el ataque aéreo estadounidense del pasado viernes sobre una aldea fronteriza con Afganistán, en el que murieron 18 civiles, entre ellos cinco niños.
Bush padre fue recibido por altos dirigentes del Gobierno paquistaní y de la Embajada de Estados Unidos a su llegada al aeropuerto internacional de Islamabad.
Está previsto que el ex jefe del Estado norteamericano cene esta noche con el presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, y se reúna además con el primer ministro, Shaukat Aziz, y otros representantes del Gobierno.
El ex presidente estadounidense visitará mañana la zona devastada por el terremoto del pasado 8 de octubre, que acabó con la vida de unas 86.000 personas en territorio paquistaní, para revisar el progreso de las tareas de rehabilitación.
Su viaje a Pakistán coincide con un mal momento en las relaciones entre Washington e Islamabad, generalmente muy buenas.
El Gobierno paquistaní presentó el sábado una protesta formal ante la Embajada de EE.UU. por el bombardeo que causó la muerte de varios civiles y señaló que este tipo de actuaciones no deben repetirse.
Por su parte, varios senadores estadounidenses, republicanos y demócratas, coincidieron ayer en defender el ataque aéreo lanzado por EE.UU. en Pakistán, cuyo supuesto blanco era el número dos de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, pese a que no logró ese objetivo.
Pakistán es uno de los aliados más importantes de Washington en su lucha contra el terrorismo internacional y las autoridades de este país han entregado a unos 700 supuestos miembros de Al Qaeda a EE.UU., la mayoría de los cuales han sido trasladados a la base de detención de EE.UU. en Guantánamo (Cuba).
EFE