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Motivo de fiesta

| Se gastarán cinco millones de dólares y proyectan un edificio del Bicentenario por otros cinco millones. Pero el MEC admite que la "reflexión histórica" no llegó a la gente.

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Sebastián Cabrera

Cuando se abre la puerta del ascensor en el piso siete del edificio del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el visitante se topa con un grupo de veinteañeros con remeras coloridas que van de un lado para el otro, hacen llamadas telefónicas, reciben y entregan materiales impresos. La imagen de esos muchachos movedizos -dirigidos por Gabriel Calderón, de 28 años, y Bruno Gadea, de 25- choca con la de los funcionarios cincuentones y lentos, con ropas grises, que trabajan en los demás pisos del edificio de la calle Reconquista.

Ahí, en el piso siete y con una espléndida vista al Río de la Plata, funciona desde fines de 2010 la secretaría ejecutiva del Bicentenario del Inicio del Proceso de Emancipación Oriental, que tendrá como evento central el festejo musical del lunes en el Centro de Montevideo a 200 años del nombramiento de José Artigas como jefe de los Orientales. Habrá vigilias en las capitales departamentales el 22 de octubre y desde el 23 se recreará el éxodo.

Es una celebración que, al menos, le costará a todos los uruguayos unos cinco millones de dólares durante 2011. Es decir, lo mismo que el presupuesto anual del Plan Juntos con el que el gobierno pretende mejorar la situación de la vivienda. Es decir, una cifra cercana a la que se ahorra con el cambio horario. Es decir, lo mismo que piden los abogados del joven haitiano. O la mitad de los diez millones que recibirá la AUF por la televisación de ocho partidos de las Eliminatorias.

La comisión estudia, además, construir un edificio que se convierta en legado del Bicentenario en dos terrenos contiguos a la Casa de Rivera y al Museo Romántico. Pero aún no se ha aprobado el presupuesto, de entre cuatro y siete millones de dólares.

A unos pasos de las oficinas del Bicentenario está el despacho del director general de secretaría, Pablo Álvarez, uno de los responsables políticos de los festejos. Mate en mano, el jerarca reconoce que no se ha logrado uno de los objetivos planteados: provocar en la mayoría de los uruguayos una "reflexión histórica".

Álvarez dice que la comisión del Bicentenario -integrada por representantes del gobierno, la oposición, la Universidad, el Poder Judicial, las intendencias y los museos- tuvo "la provocación histórica" de elegir 1811 como inicio del proceso de emancipación, a partir de lo cual se buscaba generar una reflexión histórica.

"Para nosotros, habilitar esa reflexión era mucho más importante que cualquier espectáculo artístico", dice el director. "La idea era desenfocar esa reflexión de los espacios exclusivamente académicos y repensar la historia porque siempre hay una línea de continuidad entre lo que sucedió y lo que hoy está sucediendo".

Pero esa reflexión no se ha producido. "Lamentablemente la gente no tiene mucha idea; no se ha consustanciado con ese debate, es evidente", dice Álvarez, de 33 años. Pero agrega que el problema va más allá del tono que se le dio a la celebración, donde los espectáculos musicales tienen un lugar central.

"Muy pocos programas de televisión están vinculados a la historia. Vivimos en una sociedad que no debate estas cosas. ¿Cuán importante puede ser para dos vecinos si está bien o no el 2011?".

El senador blanco Gustavo Penadés, quién también integra la comisión, piensa que se desaprovechó una oportunidad de "fomentar la revalorización histórica de Artigas y el aprendizaje popular de lo que se conmemora". Y dice que influye el sentido vergonzante de la izquierda, "de no revalorizar los hechos históricos".

CIFRAS. La información definitiva sobre el costo de los festejos -que se iniciaron el 27 de febrero en Mercedes con el Grito de Asencio, siguieron el 18 de mayo con la Batalla de las Piedras y terminarán el 22 de diciembre con el Ballet del Sodre- recién se sabrá una vez que termine todo.

Cuando se lanzó la celebración el 15 de febrero en el Palacio Legislativo, el presidente José Mujica habló de festejos "austeros" y "humildes" sin "chovinismo".

A fines de 2010, Álvarez había dicho a Qué Pasa que se gastaría en total unos dos millones de dólares. Pero en junio la cifra ya se había elevado a tres millones de dólares dado que, según dijo el director del MEC al semanario Búsqueda, "hubo una buena receptividad de la población a las convocatorias".

Pero ahora Álvarez dice que la cifra es cercana a los cuatro millones de dólares. En cambio, la secretaría ejecutiva de los festejos estima que los gastos para todo el año serán de cinco millones, dice Calderón. "Llegamos a esa cifra porque realmente no alcanzaba el dinero, siempre en el marco de austeridad que pidió el presidente", admite Calderón, quien pide que cada frase suya también sea atribuida a su socio, Gadea.

Un miembro de la comisión del Bicentenario, en cambio, no descartó que a fines de año se alcance una cifra definitiva cercana a los 10 millones, pero Álvarez y Calderón lo negaron en forma terminante.

"No va a ser más que ese presupuesto de cinco millones, pero sí puede haber captaciones de terceros", dice Calderón. Con eso se refiere, por ejemplo, a que UTE financiará un proyecto donde 20 pueblos trabajarán en "la recuperación de la memoria" de su población. Las intendencias, Ancap, Antel y el Banco República también hicieron aportes.

Solo el festejo del lunes, co-organizado junto a la Intendencia Municipal de Montevideo, costará cerca de un millón y medio de dólares, según Calderón. Pero Álvarez lo estima en algo menos: 900.000 dólares. "Este es un Bicentenario austero en relación a otros países", dice el director. Es verdad que Argentina gastó cerca de 60 millones de dólares en su Bicentenario pero también es verdad que tiene una población 10 veces mayor. México, con 112 millones de habitantes, gastó 230 millones de dólares.

Calderón dice que "es tonto compararse con Buenos Aires", que solo en el festejo central del 25 de mayo "gastó entre seis y 10 millones de dólares, muy por arriba de la cifra prevista para todo el año" en el Bicentenario uruguayo. Pero dice que no es tonto compararse con Paraguay, "que tuvo una base de 20 millones de dólares".

-¿Y por qué gastar este dinero cuando hay escuelas u hospitales que lo precisan más?

-Tal vez los periodistas no tengan idea cómo se ejecuta el gasto: una plata no puede ir a otro lado. Este gasto lo hacemos para contribuir a conformar un sentido de identidad en el tiempo histórico que nos tocó vivir, de la misma forma que se puede gastar plata en las luces del Estadio- dice Álvarez.

A pesar del gasto de cinco millones de dólares, el nacionalista Penadés considera que hubo "precariedad presupuestal" y también menciona una falta de ejecutividad de las autoridades políticas.

Y así como se construyó el Palacio Legislativo cuando se festejaron los 100 años de la declaración de la Independencia y el Estadio Centenario en los 100 años de la Jura de la Constitución, ahora se proyecta un edificio que sea legado del Bicentenario. El lugar es en dos terrenos baldíos que pertenecen al MEC, contiguos a la Casa de Rivera y al Museo Romántico en la calle Rincón. Allí se prestaría servicio de biblioteca y de acceso documental.

La directora del Museo Histórico Nacional, Ariadna Islas, adelanta que el proyecto está en la etapa de gestión previa y que se llamará a concurso si el Parlamento asigna los recursos presupuestales requeridos, de cuatro a siete millones de dólares. "Se dotaría a uno de los museos más antiguos del país, de un edificio acorde a las necesidades y servicios que prestan los museos modernos".

Sin embargo, Penadés planteó en la discusión de la actual Rendición de Cuentas la necesidad de incluir este gasto y aún no hubo eco oficial.

PROBLEMAS. Los organizadores del Bicentenario se han topado con la burocracia del MEC y sobre la marcha debieron cambiar la forma en que ejecutan los gastos. Aunque originalmente no estaba previsto, hace unas semanas se creó un fideicomiso para agilizar las transferencias económicas.

"Había trámites que en el MEC demoraban dos o tres meses y el Bicentenario se nos acaba, no tenemos ese changüí", dice Calderón. Otro miembro de la comisión achaca algunos problemas a cierta lentitud ministerial. Álvarez admite que el MEC no daba abasto y que se trancaba su propia operativa: "Nos estábamos quedando sin plata para cosas que eran del ministerio. Y se habían multiplicado por 10 las licitaciones mensuales".

Con el nuevo sistema, la secretaría ejecutiva accede al dinero en forma directa. "Es difícil que el Estado pague un servicio antes que se haga. Eso nos mataba los presupuestos", dice Calderón, pero "tener un fideicomiso permite negociar en conjunto los cuatro escenarios del lunes y el del 22 de diciembre, bajando 40% el precio". Eso era impensable hacerlo con los trámites administrativos normales.

La secretaría ejecutiva tiene siete empleados estables todo el año (cuyas edades van de 25 a 35 años) y esa estructura se amplía para cada celebración. Por ejemplo, unas 200 personas trabajaron en el evento de Soriano en febrero, pero para octubre trabajará muchísima más gente: solo el dispositivo de seguridad privada del lunes incluye a 350 personas.

La secretaría contrató a la agencia Quatromanos para la comunicación del evento a los medios: le paga 25.000 pesos al mes desde principios de año. Y la agencia Punto ganó la licitación para hacerse cargo de la campaña publicitaria de la celebración de octubre. Le pagarán tres millones de pesos. "El dinero no daba para tener una presencia de medios todo el año", dice Calderón.

GRILLA. Polémica también puede ser la selección de artistas para los festejos de este lunes, que corrió por cuenta de la secretaría. Según Calderón, se hizo un balance entre artistas locales y "algún número internacional" y se intentó que "esté representada la mayor cantidad de gustos".

Sin embargo, sorprende la poca presencia de música tropical (solo estará "Fata y compañía", acompañado por varios exponentes de ese género), que no haya nada de tango ni murgas. Se procuró la presencia de Agarrate Catalina, pero no estaba disponible. Lo mismo pasó con Ruben Rada.

El grupo catalán La Fura dels Baus, que se dedica a grandes puestas en escena de teatro callejero, se encargará del cierre en la Plaza Independencia donde habrá una muñeca gigante que caminará rodeada de tambores, una esfera gigante y una red donde colgarán unas 60 personas.

La Fura -que cinco días antes tenía previsto actuar en Chechenia y unos días después lo hará en Bélgica- viene con una delegación de 15 personas, pero también participarán 170 uruguayos, entre equipo técnico, actores y músicos. El guión, creado para la ocasión, fue elaborado en conjunto con la producción uruguaya.

Calderón no quiere decir aún lo que cobra el grupo catalán, pero da pistas: "Si gastáramos 500.000 dólares en traer a la Fura, nos cuelgan". Una fuente del ambiente artístico estimó el gasto en 200.000 dólares. "Sabemos que la Fura nos cobra mucho más que lo que este país puede pagar, pero también es verdad que lo que viene a hacer no se vio nunca en la historia uruguaya", dice Calderón.

Como sea, cobrarán menos que otros grupos que hicieron espectáculos en los bicentenarios regionales. Fuerzabruta cobró unos tres millones y medio de dólares en Argentina. Y en Chile contrataron a la compañía francesa Royal Deluxe por un millón y medio de dólares.

Algunos artistas no fueron elegidos: la participación del legendario grupo argentino de rock Las Pelotas, de El Mató A Un Policía Motorizado (banda de La Plata) y Tonolec (un dúo que mezcla música electrónica con música del norte argentino) son un regalo del gobierno argentino a la fiesta uruguaya.

El brasileño Gilberto Gil no viene gratis pero el gobierno de su país aportará un espectáculo en diciembre. Y, apostando a la integración regional, el Bicentenario también contrató a Los Tres de Chile.

Además, se gastaron más de siete millones de pesos en financiar 120 proyectos de 244 presentados por particulares (ver detalle en páginas 6 y 7). ¿Quién los eligió? La secretaría hizo un informe preliminar, donde eliminó las iniciativas que no cumplían las bases. Una de ellas era contar con un financiamiento externo de al menos el 40%.

Luego se supone que la comisión eligió los 120 proyectos apostando a la "diversidad", aunque uno de sus integrantes, el diputado del Partido Independiente Iván Posada, admite que la propuesta de asignación la hizo el MEC. "Nosotros no estudiamos cada proyecto; obviamente que en estas cosas queda la duda sobre los criterios elegidos, que son subjetivos".

Entre los premiados, con patrocinios de 15.000 a 200.000 pesos, hay ideas tan dispares como un diccionario del español de Uruguay, un documental sobre el "Uruguay antártico", un torneo de taekwondo, un videojuego y hasta una intervención urbana con "bailarines que representan personajes con orientación sexual LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales)" que se pudo ver en plazas de varias ciudades.

Pero, más allá de esos proyectos, se gastarán cinco millones de dólares para empapar de patriotismo a una ciudadanía que, por ahora, en lo que está más interesada es en disfrutar de los espectáculos musicales gratuitos. El rol de Artigas y la independencia nacional es un tema que quedará para más adelante.

La bandera hasta en la playa

En la falta de identificación con el sentido histórico del Bicentenario influye una tradición "donde los uruguayos no manifiestan de forma chovinista su nacionalidad", dice el director del MEC, Pablo Álvarez. Y, de hecho, en los feriados patrios la gente no embandera sus casas, como en Argentina o Chile. "No puedo obligar a que pongan la bandera, aunque no sé si tendría interés en hacerlo", dice Álvarez. Y pone un ejemplo: en las playas "no se ve gente con shorts o mallas con la bandera patria" como en Brasil. El senador blanco Gustavo Penadés remarca la falta de "sentido de nación" y llama a no minimizar "que hace 200 años un grupo de orientales designó a uno de ellos como su jefe".

Obra demorada

La Comisión del Bicentenario se había propuesto restaurar durante 2011 la quinta de José Batlle y Ordóñez, la de Luis Alberto de Herrera y la Casa de Lavalleja. Pero los tiempos son más lentos de lo que se pensaba. La quinta de Luis Alberto de Herrera y la casa de Lavalleja están en proceso de restauración (se gastarán seis millones y cuatro millones de pesos respectivamente) por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas con la dirección del Museo Histórico Nacional.

Todo indica que las obras no finalizarán en 2011. "Es muy difícil saber los tiempos cuando se trata de una restauración de un monumento histórico, pero tenemos la esperanza de inaugurar alguna parte a fines de este año", dice la directora del Museo Histórico Nacional, Ariadna Islas, quien no permitió sacar fotografías del progreso, porque están en "una etapa primaria" y hubo dificultades. En uno de los casos "la restauración resultó ser mayor de la prevista".

Para la quinta de Batlle, aún no hay un proyecto presupuestado y las obras no se iniciaron. "Lo mejor hubiera sido que fuera más rápido. Se está trabajando sin prisa pero sin pausa, aunque los resultados no sean espectaculares ni inmediatos, pero sí de mucha calidad".

Esto sigue hasta 2015

La idea de festejar el Bicentenario parte de una ley votada el año pasado por todos los partidos, donde se plantea 2011 como año central de los festejos. Se creó una comisión que en 2013 también recordará las Instrucciones y en 2015 el reglamento de tierras.

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