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Avances tecnológicos en la piel

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DR. PABLO PERA PIROTTO

Vivimos en una época en la que la tecnología avanza mucho y muy rápidamente. No existe área de la actividad humana en la que no se vea su enorme desarrollo, que sin dudas ha sido más notorio en las últimas décadas. En la medicina, y específicamente en el área del diagnóstico, los aparatos son cada vez más precisos, llegando muchas veces a resultados verdaderamente sorprendentes.

La dermatología ha seguido también ese camino. Hoy en día, por ejemplo, existe lo que se llama dermatoscopía que se ha vuelto un aliado sumamente importante para la práctica diaria del especialista de las enfermedades de la piel. Se trata de una técnica no invasiva, que permite visualizar las lesiones con mucho aumento, habilitando la observación de características que no se pueden apreciar a simple vista.

Normalmente se realiza mediante un aparato que se llama dermatoscopio, que es una especie de lupa que tiene incorporada una iluminación especial. Más recientemente, surgió lo que se conoce como dermatoscopía digital o microscopía de epiluminiscencia. Se trata de un sistema similar al otro, pero que se conecta a una computadora que mediante un software específico logra que las imágenes puedan ampliarse más aún y verse en un monitor. De esa forma se logra analizar las estructuras con mayor detalle y precisión. Además, se pueden fotografiar y almacenar digitalmente las lesiones de cada paciente, lo que facilita realizar un seguimiento de control que detecte si hubo algún cambio o aparición de características sospechosas que sugieran la extirpación quirúrgica.

Todo esto se aplica sobre todo en el estudio de las lesiones pigmentadas, lo que popularmente se conoce como lunares, siendo de gran ayuda en la detección temprana de melanomas, el cáncer de piel que posee mayor agresividad y mortalidad.

Siguiendo en el campo del diagnóstico por imágenes, uno de los últimos adelantos es la llamada microscopía confocal. Ésta se basa en la acción de un láser de baja potencia (por lo tanto totalmente inocuo para la piel), que unido a un sofisticado sistema informático logra obtener imágenes con una resolución similar a las que se observan mediante el estudio histopatológico convencional utilizando un microscopio. La diferencia es que no es necesario tomar una muestra biópsica de la lesión que se quiere estudiar, ya que no requiere ningún método invasivo para el análisis.

Es una técnica muy nueva, que aún está en proceso de investigación en los principales centros médicos del mundo, pero que promete alcanzar resultados por demás interesantes y útiles para el desarrollo de la especialidad.

Como sucede con todos los adelantos tecnológicos, en un comienzo resultan bastante costosos y por lo tanto escasean en el medio y, con el paso del tiempo, al bajar los precios, un número mayor de profesionales puede acceder a ellos.

Si bien las noticias de los avances tecnológicos que se producen en la salud resultan verdaderamente apasionantes y los inventos y descubrimientos se perfeccionan día a día, no hay que perder de vista que siempre detrás y delante de los aparatos están las personas. Es un deber para el médico actualizarse, entrenarse técnicamente y aplicar todos sus conocimientos para obtener los mejores resultados, pero no debe olvidar nunca que del otro lado hay una persona que recurre a él buscando su ayuda y compresión. Las relaciones humanas entre el especialista y el paciente son y seguirán siendo lo más importante.

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