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Mitos, capos y soldados

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Carlos Cipriani López

ROBERTO SAVIANO nació en Nápoles el 22 de setiembre de 1979. Ya licenciado en Filosofía Moderna por la Universidad Federico II, en mayo de 2006 publicó Gomorra y meses después su modo de vida cambió en forma rotunda. El 23 de setiembre, cuando en Italia se calculaba que el libro había vendido 300 mil ejemplares, Saviano participó en un acto en Casal di Principe, un pueblo de la región de Campania, ubicado a 20 kilómetros de Nápoles, considerado "el corazón de la Camorra" porque allí, en los años noventa, se alcanzó "el récord mundial de homicidios por habitante".

Transcurridos pocos días desde esa intervención pública, en un editorial del diario local el Corriere di Caserta se advirtió el "pecado" del escritor, su audacia para subestimar los códigos de la mafia. En seguida, Saviano recibió amenazas anónimas por teléfono y por carta, y de otras maneras que prefiere no revelar. El Departamento Antimafia le asignó una escolta permanente y le recomendó mantenerse fuera de Nápoles durante un año, como él lo relató en una entrevista de la periodista Laura Lucchini, publicada en la versión digital de El País de Madrid el 12 de noviembre de 2006.

El libro Gomorra tuvo una primera edición de 5 mil ejemplares. Luego se terminó imprimiendo en 52 países y llegó a vender casi dos millones de ejemplares sólo en Italia y cuatro millones en el resto del mundo. Entre los datos curiosos, se ha hecho público que en la Campania circula una edición muy original, que mandó hacer un capo mafioso pero eliminando los capítulos que lo mencionan. En Uruguay las ventas llegaron a 4 mil ejemplares, cifra que supera ampliamente los tirajes de la mayoría de los libros nacionales.

EL PODER, LA DINAMITA Y LOS NOBEL. En octubre de 2008, según el presidente italiano Giorgio Napolitano: "la vida absurda a la que se ve obligado el escritor también pone en peligro el prestigio de la democrática Italia en Europa". El primer ministro Berlusconi complementó la voz del gobierno en su habitual estilo: "Liberamos a Nápoles y Campania de la basura. Ahora queremos actuar de forma igualmente decidida para liberar a todo el Mezzogiorno de la mafia". El arzobispo de Nápoles, Crescezio Sepe, también llamó a Saviano a no dejar Italia, y aseguró que "mucha gente lo necesita en su lucha diaria".

A principios de noviembre de 2008, la policía italiana descubrió una cantidad de explosivos supuestamente almacenados para matar a Saviano con el mismo modus operandi elegido por la mafia siciliana para ejecutar en 1992 al Juez Giovanni Falcone, es decir: dinamitando una autopista y haciendo estallar por los aires a su vehículo y a los demás autos de la custodia de turno. La operación contra Saviano, que pudo desarticularse, habría sido pergeñada por el jefe del clan de los Casalesi, preso desde hace una década y condenado a cadena perpetua a mediados de 2008.

A fines del mismo año, la versión italiana de la revista Rolling Stone eligió a Saviano como la estrella del año. Los argumentos quedaron escritos: "Su Gomorra es indiscutiblemente el texto italiano más leído en el mundo de los últimos años. Las detenciones de los protagonistas del libro, las amenazas de muerte y el increíble deceso de la pobre Miriam Makeba después de un concierto en su honor han creado en torno a Saviano un cortocircuito entre realidad y ficción hasta hoy inédito y vertiginoso. Es una estrella y los fans se pelean por conseguir su autógrafo como si fuera Barack Obama".

El acto en que participó Makeba, y poco después del cual murió de un infarto, se había organizado el 10 de noviembre de 2008 en Castel Volturno, pero no sólo contra la Camorra sino también contra el racismo, repudiándose en la ocasión el crimen de seis inmigrantes de Ghana. Otros actos similares, que incluyeron recitales o lecturas, se realizaron en Roma y París.

El 26 de noviembre de 2008, un cable de DPA difundió el encuentro de Saviano y el escritor indo-británico Salman Rushdie en un foro organizado por la Academia Sueca "para compartir experiencias de lo que significa vivir bajo constantes amenazas de muerte". Este evento revirtió de algún modo el silencio de 1989 cuando Rushdie fue amenazado por el líder religioso iraní Ayatollah Jomeini al publicarse Los versos satánicos. En aquella oportunidad, dos de los 18 miembros que ocupan el cargo de por vida (Maja Lundgren y Kerstin Ekman) habían renunciado al trabajo activo como modo de protesta ante la indiferencia de la Academia. Sobre este punto, un cable de la misma agencia, fechado el 12 de noviembre de 2008, indicó que antes de mostrar solidaridad pública con Saviano, la Academia debió superar algunas objeciones planteadas por algunos de los jurados que determinan cada año quién gana los Nobel. El secretario permanente Horace Engdahl, por ejemplo, estimó que se trataba de un "asunto meramente policial" y "cuestión de los tribunales", lo cual produjo un fuerte intercambio de ideas hasta consagrar la necesidad del acto, que al fin se realizó el 25 de noviembre en la Bolsa de Estocolmo.

Lundgren y Ekman, entonces, no se anduvieron con vueltas. Trataron de "cobarde" a su colega Engdahl. En declaraciones al diario Dagens Nyheter (citadas por un cable de EFE, del 24 de octubre de 2008), Engdahl había dicho al iniciarse la polémica: "Para que se hable de un problema de libertad de expresión tiene que haber un destinatario, un contrincante que defienda la pena de muerte. La mafia no representa ningún punto de vista (moral, teológico, político), sólo se quiere vengar".

Más allá del altercado interno, parecía muy difícil evitar la invitación de la Academia a los dos escritores; eso era lo menos que se podía hacer cuando ya un manifiesto a favor de Saviano había sido firmado por varios premios Nobel de Literatura como Günter Grass, Orhan Pamuk, J.M. Coetzee, José Saramago, García Márquez y Darío Fo, a los que se plegaron los Nobel de la Paz Mijail Gorbachov y Desmond Tutu, y varios escritores de peso internacional, entre ellos Ian McEwan y Paul Auster.

En crónicas del diario italiano la Repubblica de la misma época se suman otros nombres famosos solidarizados con Saviano, como la escritora y dramaturga austriaca Elfriede Jelinek, la poeta polaca Wislawa Szymborska, el lider de Solidaridad Lech Walesa, el argentino Pérez Esquivel, David Grossman, y gente del mundo del cine como Martin Scorsese, Arthur Penn, Milos Forman, Paul Mazursky, y Ermanno Olmi.

Honores y juicios. En febrero de 2009, Saviano recibió en España el premio Manuel Vázquez Montalbán de periodismo por "el extraordinario valor de su denuncia".

De acuerdo a lo que reproduce la versión digital de El País de Madrid, Saviano también fue distinguido por el Presidente de Israel, Shimon Peres, con una invitación a vivir en aquel país, donde el italiano estaba de visita promocionando Gomorra. En un artículo del Yediot Aharonot, el escritor dio las gracias pero respondió que "ni siquiera en Israel se sentiría seguro".

En marzo de 2009, según dio cuenta la Repubblica, en Nápoles se realizó la mayor protesta de la historia en contra de la mafia italiana. De improviso, sin que nadie lo esperara, en el escenario donde terminaba la marcha, (que movilizó a cien mil personas y estuvo organizada por la asociación civil Libera, fundada en 1995) apareció Saviano para cerrar la oratoria, iniciada por el sacerdote Luigi Ciotti, y en la que se mencionó el nombre de cada uno de los 500 asesinados en el último año.

Por esa fecha, como ya lo había consignado el diario italiano Il Giornale, pesaban sobre Saviano acusaciones de plagio hechas por el periodista Simone Di Meo, que suele colaborar con el napolitano Cronache di Napoli. Según di Meo, en Gomorra no sólo se incluyen datos copiados de sus notas sino también asociaciones de ideas y de hechos. Y además, confesiones que le hizo de buena fe a Saviano ("el joven free lance").

La primera audiencia en tribunales napolitanos que dio inicio al proceso judicial para resolver semejante conflicto tuvo lugar en julio de 2009.

En nota publicada en el diario argentino Clarín el 20 de marzo, el periodista Guido Carelli Lynch ya había informado que: "el sello Mondadori, que editó en Italia Gomorra, y depende de la primogénita del Premier italiano Silvio Berlusconi, negó en un intercambio epistolar con Di Meo cualquier indebida apropiación por parte de Saviano, aunque terminó por aceptar que podría haber incurrido en una omisión de la fuente en un pasaje donde cita textualmente a un artículo, casualmente de Di Meo". Éste, por su parte, declaró en su acusación reproducida por Il Giornale que: "el texto fue levemente manipulado, y en algunos casos reproducido íntegramente para dar vida a un libro al que muchos saludaron como un texto inédito".

Lo más llamativo, y a primera vista paradójico, es que el diario Cronache di Napoli ha sido señalado por Saviano como un medio comprometido con intereses mafiosos. Varios periodistas italianos respaldan a Saviano y sugieren que detrás del reclamo de Di Meo se esconde la Camorra.

NUEVAS GUERRAS. En Italia, la mayor cantidad de muertos en combate son sureños pobres, para los que la última guerra no fue la terminada en 1945, sino las de Bosnia, Somalia, Kosovo, Afganistán, Iraq o Líbano. Éste es el tema del primero de los dos textos que componen Lo contrario de la muerte, el libro de Saviano publicado después de Gomorra y recientemente distribuido en Uruguay.

En forma cruda, en ese relato (que da título al volumen), Saviano narra como un cronista, presenta una ficción que bien pudo ser realidad. En primera persona, recuerda su encuentro con la prometida de un joven soldado muerto en Kabul, Afganistán, cuando un convoy italiano fue atacado por los talibanes.

De modo directo se plantean las expectativas y frustraciones de quienes deciden volverse soldados voluntarios. Y se describen los terribles duelos de los amigos, parientes y hasta vecinos de los combatientes que no vuelven vivos a su tierra.

Más allá del planteo social, Saviano ve en la historia privada que narra, ni más ni menos que la peripecia de un mito al revés, el de Eurídice, que después de ser mordida por una serpiente, murió y provocó en su esposo -Orfeo- un llanto desesperado que lo empujó a descender a los infiernos para rescatarla. En el relato del italiano, Orfeo es la joven María, de 17 años. Y su prometido, Enzo, de 21 años, es Eurídice.

Desde el comienzo del libro, Saviano aparece del lado de las "víctimas", no enjuicia a Enzo por su opción mercenaria. Es más, pone en tela de juicio el término "mercenario" y con ello el concepto "romántico" de que a la guerra se va sólo por razones patrióticas. Los jóvenes pobres del sur italiano pueden ir, por ejemplo, para pagarse la boda. Tal el caso de Enzo.

Saviano se identifica con la joven María en la vida real (y con Orfeo en la mitología). Él escribe después de haber perdido la libertad propia. Y quien pierde al otro que lo ama -como María- o su libertad, en ambos casos en plena juventud, puede terminar viviendo un tiempo alterado respecto a su edad. Escribe el narrador: "María parece haber adquirido una sabiduría que no cuadra con sus años. La ha sacado de algún sitio, de la condensación que ha creado el tiempo que está transcurriendo siempre idéntico, donde los minutos parecen correr más allá de su edad, chocando unos con otros, atropellándose en su vida, que ya no tiene el reposo que debería".

Con esta descripción, Saviano parece confesar su propia espera de un milagro que corte las cadenas del tiempo y le permita volver a un lugar venturoso, sin condenas a muerte. Al escribir Gomorra y quizás más al subir a los tinglados para difundir su libro, se comportó en cierta medida como el joven que va a la guerra por una paga pero también para "disparar y que (le) disparen. Invadir, golpear, desafiar". Fue un histrión a la italiana, furioso, inconsciente. Ahora en cambio ya se siente como el soldado que dio batalla y quiere "volver lo antes posible, regresar conservando el pellejo. Y algunas fotografías". Dicho de otro modo, es el autor de Gomorra que a pesar de contradecirse a menudo en las entrevistas que concede, y a pesar de seguir apareciendo como un militante contra la ilegalidad y el "terrorismo mafioso", odia su éxito, arrepentido, como lo declaró al diario británico The Times y a varios medios más en los últimos meses.

OTROS CHOQUES. En el segundo relato de Lo contrario de la muerte, titulado "El anillo", Saviano recuerda que durante la Segunda Guerra Mundial, cuando en el sur de Italia no llegó nunca a organizarse una franca resistencia a los nazis, se sufrieron en cambio ataques atroces que dejaron más muertos civiles que en las zonas donde realmente se planteó una oposición combativa. Este no es el tema que desarrolla en la narración pero sí una referencia expresa que le permite comparar tiempos. En los actuales, dice, no hay tropas invasoras ni brigadas fascistas asesinando pero siguen muriendo inocentes a manos de compatriotas involucrados con clanes mafiosos.

La aventura que se cuenta es simple: una mujer del norte italiano llega al sur por segunda vez en su vida, después de años, ya casada y convertida en periodista. Ella cree estar segura de que dos jóvenes que conoció en su primera visita fueron asesinados por ser camorristas, en un choque de familias enfrentadas. Para su amigo -y narrador- el conflicto radica en calibrar cómo defenderla mejor, con la verdad a secas o con una mentira poética, como la que instrumentó cuando la forastera visitó el sur por primera vez y fue asediada por lugareños que no disimulaban nada al mirarla de frente, de perfil o desde sus espaldas. En aquella ocasión, él había conseguido colocarle una alianza matrimonial que tomó prestada en la iglesia donde transcurrió la breve historia contada. En el nuevo encuentro, deberá definir si le allana el camino hacia la verdad o si otra vez la protege con una suerte de leyenda heroica. La opción supone elegir una de tres respuestas: los dos muchachos asesinados eran inocentes; los dos actuaban como "soldados" de un clan y fueron ajusticiados por jóvenes a sueldo de otras familias enemigas; o ambos integraban una resistencia emparentada con el valor libertario de los partisanos que conformaron la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Este tema ya estaba planteado, aunque sin especificidad literaria, en el primer libro de Saviano. En Gomorra, el narrador, en efecto, critica el hecho de que centenares de periodistas del norte italiano desembarquen en Nápoles para dar noticias de algún crimen que abordan desde un sitial prejuicioso.

Sobre el punto, Saviano insistió asimismo en declaraciones a la prensa. En entrevista con Carlos Gelli -publicada en El País de Madrid el 5 de febrero de 2009- dice: "lo que a mí me gustaría es que en vez de lanzar a un enviado especial, los diarios del Norte (la Repubblica, Corriere della Sera...) trasladaran buena parte de las redacciones centrales de sus diarios del norte. Le garantizo que Italia sería contada de manera totalmente distinta a como se hace ahora".

Cuentas y cuentos. En el libro Lo contrario de la muerte, Saviano no deja de incluir datos que ayudan a contextualizar las historias. Por ejemplo, advierte que los personajes sobre los que escribe viven en la región italiana que cuenta con el mayor número de jóvenes muertos por causas violentas. Pero su preocupación en este caso es más antropológica que contable, a la inversa de lo que se lee en Gomorra. Este libro, elogiado por Mario Vargas Llosa y Umberto Eco, refleja también el deseo de narrar de Saviano pero al fin resulta un voluminoso reportaje o informe repleto de revelaciones financieras en torno a los negocios de la mafia napolitana, llamada Camorra por los sociólogos pero definida por sus integrantes como "El Sistema".

Aunque no presenta una estructura sólida ni es fluido -por abrumador- el desarrollo narrativo, hay secciones de Gomorra que contienen peripecias atrayentes. Por ejemplo el bloque titulado "Angelina Jolie", donde se da cuenta del negocio clandestino dedicado al diseño y ejecución de alta costura. El modisto Pasquale es francamente un personaje que merecería una novela.

Otro personaje que por sí solo podría ser el conductor de un gran relato es Don Ciro, incluido en un pliego del libro dedicado a las mujeres camorristas. Se trata ni más ni menos que de un "submarino", es decir una persona no afiliada al "Sistema" y encargada de repartir mensualidades entre los niveles más bajos del clan; un perito contable retirado que cobra un sueldo extra para mejorar su jubilación.

Patética y muy significativa también es la aventura del personaje Mariano, un joven licenciado en economía y comercio que ingresó a un clan mafioso para controlar la distribución en bares de algunas marcas de café y de pronto se encontró con una metralleta entre las manos, debido esto a que el Jefe de zona consideraba que todos "sus hombres", fuesen soldados o directivos comerciales tenían que experimentar la sensación de disparar un arma, por lo menos al aire. Siguiendo esas directivas, Mariano al fin un día disparó por primera vez -y nada menos que una Kaláshnikov- contra escaparates de una tienda que, como muchas hoy, lucen vidrios blindados que cuestan 5 mil euros. La acción de Mariano no fue parte de un plan de intimidación sino "una necesidad militar", un examen que disfrutó en exceso y que derivó en su obsesión de entrevistarse con Mijail Kaláshnikov en Rusia, cosa que logró gracias a una beca concedida por su clan.

A la par que da detalles de este encuentro, Saviano recuenta los efectos del invento de Mijail, el AK-47. Si bien el libro no aporta en muchos casos fuentes bien definidas (no contiene notas, ni bibliografía, ni hemerografía, ni números de archivos), incluye evaluaciones que sorprenden. Según Saviano el AK-47 y su veintena de variantes "ha matado más que la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, que la peste bubónica, que la malaria, que todos los atentados de los fundamentalistas islámicos".

Citando sí como referencia oficial a las clasificaciones del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz, de Estocolmo (SIPRI), Saviano agrega que "Italia gasta 27.000 millones de dólares en armas, más dinero que Rusia y el doble que Israel" y concluye indicando que si se suma esos datos de la economía legal a los 3.300 millones de dólares del negocio de armas que gestiona la Camorra napolitana, la Cosa Nostra siciliana y otras organizaciones del sur, en Italia se estaría concentrando tres cuartas partes de las armas que circulan en medio mundo. Entre muchos negocios históricos que se refieren en el libro, uno es el mantenido por la Camorra con la ETA: armas a cambio de droga. Otro es el que se confirmó con la dictadura argentina durante la Guerra de las Malvinas; un conflicto éste que duró mucho menos de lo previsto y por lo tanto dejó "clavada" a una mafia que no llegó sin embargo a frustrarse en demasía ya que le sobran contactos para vincularse con otros países y otras guerras.

Dice Saviano: "En cuanto cayó el telón socialista, la Camorra se reunió con los dirigentes de los partidos comunistas en descomposición. (...) los clanes compraron extraoficialmente a los estados del Este (Rumania, Polonia, la antigua Yugoslavia) depósitos enteros de armas pagando durante años el sueldo a los vigilantes, a los guardias, a los oficiales encargados de la conservación de los recursos militares".

MÁS DATOS. El libro Gomorra se abre con una imagen de corte cinematográfico, espeluznante, a raíz de la cual se explica cómo se produce el tráfico de chinos por el puerto de Nápoles. Por una falla operativa, un contenedor se abre de improviso mientras es transportado por una grúa. Decenas de cuerpos humanos caen al vacío como maniquíes generando el horror de obreros y testigos. Por cómo se cuenta, es verdad que la escena no promete literatura o intensidad artística. Pero sí adelanta la preocupación de Saviano por su oficio de periodista, por el deber de narrar hechos. De aquí en adelante, lo que impera en el libro es el afán de denuncia, que se vuelca cruzando la información conseguida en las calles -por el propio reportero- con diversos testimonios, papeles judiciales y algunos informes, entre otros los de las oficinas de investigación "antimafia".

Saviano noticia por ejemplo la cantidad de muertos a manos de la Camorra desde el día en que él nació, hace 30 años. En total, los clanes napolitanos cometieron 3.600 asesinatos, muchos más que los adjudicados a la mafia siciliana, la rusa, la ETA en España, el IRA en Irlanda o las Brigadas Rojas.

Según Saviano, mientras la mafia siciliana promueve la corrupción porque necesita operar tendiendo redes que la vinculen con representantes políticos, en Nápoles son agentes del poder corruptos los que demandan la intervención mafiosa. En concreto, el autor recuerda que tan solo 9 de 92 ayuntamientos de la provincia de Nápoles no han sido nunca objeto de investigaciones o auditorías por sospechas de actividad delictiva en asociación con clanes de la Camorra.

En cuanto al tráfico comercial, también asombran los números que se reúnen en el libro en torno a las actividades del puerto de Nápoles. Por allí pasa el 70 por ciento de lo producido en China, sobre todo en materia textil. Mientras se declaran 1: 600.000 toneladas, más de otro millón circula sin dejar rastro; el 60 por ciento de la mercancía escapa a la inspección, hay 50 mil falsificaciones de los recibos de aranceles y 200 millones de euros de impuestos se evaden en un semestre. Y todo eso, gracias a una simple maniobra: muchos contenedores tienen la misma numeración. O sea: un contenedor inspeccionado permite el ingreso libre de otro que porta el mismo número.

NOVEDADes. En México, donde Gomorra ha vendido 20 mil ejemplares, el diario La Jornada resume -en su edición del 31 de marzo de 2009- los contenidos de una videoconferencia donde Saviano anunció, entre otras cosas, que está escribiendo dos libros. Uno, sobre Oscar de la Hoya (el boxeador mexicano y estadounidense, medalla de oro en los juegos olímpicos de Barcelona y campeón mundial de seis categorías). Y otro, donde abordaría los nexos entre el cártel del Golfo y la Ndragheta o mafia calabresa.

El tercer libro de Saviano, ya publicado en su primera edición italiana, se titula La belleza y el infierno y propone una suma de artículos y semblanzas escritas antes y después de Gomorra. En su prólogo, el autor narra las peripecias del nomadismo que le ha tocado vivir en los últimos dos años, cómo debió acostumbrarse a más de veinte mudanzas y a sobrevivir perseguido, confiando en salvarse por la escritura y defendiéndose de quienes lo consideran un producto del marketing: "No quiero escribir como los cínicos. El cinismo es la armadura de los desesperados que no saben que lo están", dice.

Se destaca en este libro una extensa lista de agradecimientos que Saviano justificó a mediados de 2009 desde Roma, en entrevista con Miguel Mora, periodista de El País de Madrid: "Son todas las personas que me han ayudado. Al principio (...) sólo tenía a los Carabineros conmigo, y poquísimos amigos. (...) Poner los nombres es una forma de homenaje, y a la vez el relato de un país distinto".

En esta especie de diario del infierno cotidiano, sólo uno de los nombres está incluido con iniciales "A.M. ... luz en esta larga noche". Se trata de la mujer que ha intentado estar cerca de Saviano a pesar de que él en los dos últimos años ha sido, como lo confiesa: "un tipo intratable, nervioso, siempre fuera de onda, sin casa fija".

Del 31 de agosto al 4 de setiembre, Saviano impartió un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, España, titulado "Escritor y ciudadano ante el compromiso". Ahora ajusta detalles de una puesta en escena de algunos textos de La belleza y el infierno, a estrenarse este mes de octubre en el Piccolo Teatro de Milán. Mientras tanto, Saviano vive protegido por cinco guardaespaldas, debe viajar en automóviles blindados y gasta 10 mil euros al mes en abogados para defenderse de las demandas en su contra que ingresaron a tribunales. Atrás quedaron para él aquellos tiempos en que salía a cumplir sus investigaciones periodísticas montado a una Vespa. Atrás quedaron las tertulias con amigos en torno a una mesa de bar repleta con pizzas de todos los gustos.

LO CONTRARIO DE LA MUERTE, (95 págs., 2009) y GOMORRA. Un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la Camorra, (325 págs., 2008), de Roberto Saviano. Debate, Bs. As. Distribuye Random House Mondadori.

Gomorra en cine

EN MAYO DE 2009, el film Gomorra, dirigido por Matteo Garrone y guionado con la supervisión de Roberto Saviano, fue distinguido con siete David de Donatello por la Academia de Cine italiana. Obtuvo, entre otros, los premios a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión y Mejor Producción.

En esa ocasión, se consideró como Mejor Película extranjera a Gran Torino, de Clint Eastwood, contrariando así a los socios de Hollywood, donde ambos films no recibieron nominaciones. Antes, Gomorra ya había ganado el Gran Premio del Jurado en el último Festival de Cannes.

En poco más de dos horas de duración, el film presenta cinco historias que no se cuentan de un tirón, una a continuación de otra, sino entrecortadas entre sí. En esos malabares de montaje se juega el mensaje coral, una ilustración parcial del libro de Saviano que subraya la importancia de la historia colectiva sobre cada historia individual. Ninguna de las cinco historias (que tienen principio, desarrollo y fin) llega sin embargo a ganar en espesor dramático debido al procedimiento elegido para ensamblar escenas.

Los ritos de iniciación, el tráfico de drogas y de desechos tóxicos, el contrabando de armas y el negocio clandestino de la moda son los temas del film.

En todo momento está bien presente el poder retórico de la emoción. La trama de cada historia se centra en el "concepto-imagen", en el ir y venir de personajes propuestos a la manera del neorrealismo italiano (encarnados en su mayoría por actores no profesionales) pero sumergidos en tiempos violentos (y revueltos) a lo Tarantino.

Pero como en un spaghetti o western a la italiana, importa demasiado más la acción que la información. Y por eso debe verse como un suplemento al libro de Saviano, más antropológico que filosófico, con muy buenas interpretaciones y con una cámara que por momentos rememora al "direct cinema" o filmación directa.

Las noticias que se agregan por vía de carteles escritos al terminar el film parecen pretender reafirmar la veracidad de lo contado en la ficción.

Entre otros datos se dice por ejemplo que en las zonas donde se entierran los desechos tóxicos hubo un incremento del 20 por ciento en enfermos de cáncer. Y se agrega que la manipulación de esos residuos, no fiscalizada, ya ha levantado una montaña de 14.600 metros de altura, casi el doble de lo que mide el Everest.

Por su tema y la presentación de personajes nada glamorosos, Gomorra está muy cerca de producciones latinoamericanas como la venezolana Sicario (1994), dirigida por el uruguayo José Novoa, y muy lejos del cine hollywoodense y la televisión americana de Padrinos y Sopranos.

Como todo el neorrealismo, y como el nuevo cine en general, la idea aristotélica que Gomorra revierte es la de creer que la Tragedia imita acciones de hombres "superiores" y la Comedia trabaja con acciones de hombres "inferiores" o "anónimos".

El objetivo del film italiano pasa por mostrar la tragedia cotidiana ubicada en el tiempo y el espacio, centrada siempre en sujetos para nada sublimes o nobles, en simples habitantes de un suburbio plagado de negocios turbios, extorsiones, emboscadas, miserias, traiciones y ajustes de cuentas.

Los consejos de Salman Rushdie

Roberto Saviano

HE CONOCIDO a Salman Rushdie y, cada vez que tengo un problema, le mando un mensaje y me ayuda. Me dice que no haga un mártir de mí mismo, que vea chicas, que me busque un exilio de oro, que no me martirice para ser coherente con el personaje. Una vez no me querían dejar volar con Air France; decían que los pasajeros tenían miedo. Me dijo: "llama a Le Monde y diles que no te dejan". Lo hice. Le Monde llamó a Air France y se arregló. Siempre recordaré que cuando estuvimos juntos en Estocolmo dijo que lleva todavía dentro las heridas que le produjeron los colegas. Siento orgullo de ser atacado por ese tipo de escritores y políticos que me acusan de representar una puesta en escena y de pillar dinero.

(Fuente: El País de Madrid. edición impresa, 30 de junio de 2009. Entrevista realizada en Roma por Miguel Mora).

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